Un esfuerzo para un 0,3%

Los 8.003 abonados con los que el club cerró la primera fase de la campaña de renovación apenas mejoran los números del curso pasado El objetivo de los 10.000, cada vez más lejos

La afición del Córdoba luce sus bufandas durante un encuentro de la pasada temporada en El Arcángel.
La afición del Córdoba luce sus bufandas durante un encuentro de la pasada temporada en El Arcángel.
José Carlos León Córdoba

02 de agosto 2013 - 05:02

Un aumento total del 0,32% respecto a la pasada temporada. Ése ha sido el efecto que ha tenido la agresiva campaña de marketing emprendida por el club en el periodo de renovación de abonos para el incipiente curso. Los 8.003 socios con los que el CCF ha acabado esta primera fase son la cifra más alta de los últimos años superando ligeramente los 7.977 del ejercicio pasado, pero esos 26 abonados más suponen un aumento ínfimo para la enorme apuesta lanzada por la entidad para la campaña que debe devolver al Córdoba a Primera División.

Ni el compromiso de regalar el abono en la temporada 14-15 si el equipo no alcanza el play off ni el descuento de un 50% en el caso de un hipotético ascenso a Primera División han sido suficientes para arrastrar masas hacia las taquillas de El Arcángel. Esos 8.003 abonados se desgranan en 7.058 que han renovado su carnet y 945 altas, aunque 500 de ellas pertenecen a los abonos retirados por una de las empresas colaboradoras del club, asi que la cifra real queda en 445.

Los datos tienen múltiples lecturas. Por una parte, y mirando el lado postivo, el Córdoba refuerza su núcleo de fieles seguidores, una masa social que desde el regreso a la Liga Adelante en 2007 se ha consolidado por encima de los 9.000 abonados, con el único borrón de la campaña 12-13, en la que la cifra superó por poco los 8.000 socios. Con los números actuales, más los que pueden esperarse en la fase de venta libre que se abre el lunes, la cifra podría moverse en unos parámetros similares, con lo que el objetivo de mantener los 9.032 abonados del curso pasado (cifra oficial que aparece en la LFP según datos ofrecidos por el propio club) estaría conseguido.

De hecho, ésa era una de las principales metas de la campaña tras la decepción arrastrada por el pésimo final de temporada. La respuesta a una posible desbandada de seguidores fue una apuesta arriesgada acompañada por una fuerte campaña publicitaria. El club se lo jugó a todo o nada, y ante el riesgo de quedarse con un estadio desierto, la fidelización de su masa mayoritaria de socios se puede considerar como un éxito.

Pero el problema es que la ambiciosa campaña de captación de socios pretendía retos bien distintos. Por una parte estaba romper la barrera de los 10.000, una cifra que se le resiste al club desde el ascenso a Segunda en 1999. Más allá de ese número, el CCF pretendía elevarse por encima de los 12.000 abonados con un mensaje agresivo y apostándolo todo al retorno a Primera, pero por el momento no ha calado. La situación económica, la falta de fichajes de excesivo lustre -aunque la continuidad de Xisco puede servir como estímulo en estas semanas previas al inicio de la Liga- o la poca brillantez del equipo en sus primeros compromisos de pretemporada pueden tener la culpa, aunque el caso es que los números siguen muy lejos de los objetivos marcados desde la zona noble de El Arcángel.

Hay un dato especialmente preocupante. Las 7.058 renovaciones sobre los 9.032 abonados del curso pasado suponen una pérdida de 1.974 fieles respecto a la campaña 12-13, nada menos que un 24.6% de la masa social de una entidad que necesita el apoyo de todos en un curso clave. Aquéllos que no hayan renovado su carnet en esta primera fase podrán seguir haciéndolo a partir del lunes, aunque ya no tendrán prioridad para mantener su asiento y no podrán aprovecharse de los descuentos del 20% por pronto pago y el 10% que el club había ofrecido a los que hubiesen asistido a los 21 partidos de la pasada campaña. Sin esas ventajas, no parece factible que la pérdida de fieles se palie significativamente en las próximas semanas.

Porque otro dato que no invita al optimismo es la tendencia a la baja experimentada en las taquillas del estadio. Tras un inicio titubeante, la primera fase de la campaña concluyó con unos números esperanzadores que por primera vez superaban los 7.000 renovados a esas alturas de la campaña, pero desde el pasado 7 de julio el ritmo sufrió un considerable bajón. Ahora, en pleno mes de agosto, resultará difícil recuperar la velocidad de crucero para superar la barrera de los 10.000.

El desafío ahora es la venta libre, la última bala que le queda al club para llegar a las cifras que se marcó el 17 de junio con el inicio de la campaña. La dinámica de las últimas temporadas apunta en torno a los mil abonados extra en esta fase, que se extenderá en el tiempo incluso una vez comenzada la competición, por lo que el tirón dependerá en gran medida del rendimiento del equipo de Pablo Villa. El partido de presentación del próximo día 10 ante el Almería y los dos primeros encuentros ligueros en El Arcángel -frente a la Ponferradina y el Alavés-, aún en pleno mes de agosto, tendrán un peso importante en la reacción a última hora de una afición que no ha terminado de engancharse al Córdoba del futuro.

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