"Nunca se me exigió tanto anotar"
ENTREVISTA · JAIME ASENSIO 'ASEN'
Asen reconoce el alivio que sintió al volver a cantar un gol ante su afición
El sábado Saturno (El Arcángel) estuvo a punto de devorar a uno de sus hijos (Asen). Sin embargo, el vástago salió contestón y, cuando peor pintaban las cosas, sacudió con un giro de su cuello ocho meses de una personal y frustrante lucha contra sí mismo. Un duelo contra la suerte, contra el destino. Contra la maldición del delantero centro.
Todo ese tiempo -casi tres trimestres- ha sido el que ha necesitado el atacante (mediapunta o punta y medio) madrileño para volver a marcar delante de sus seguidores. Ante una hinchada por momentos quisquillosa y tiquismiquis para la que, pese a todo, tiene Asen buenas palabras. Y una sonrisa. Algo que nunca pierde el dicharachero futbolista. Por algo siempre acaba jugando.
-Ocho meses después, casi un parto, ha vuelto a marcar en casa. Mucho tiempo para un delantero, ¿no?
-Sí, ha sido mucho tiempo, pero lo difícil lo pasé el año pasado, porque el equipo estaba mal y necesitaba de mis goles. En esta temporada te olvidas pronto de lo pasado. Pero es cierto que tanto tiempo sin marcar en tu casa es demasiado para un jugador que actúa en la zona de ataque.
-¿No le da coraje que, habiendo anotando goles tan importantes como los de Pontevedra en el play off de ascenso, el de Ferrol el año pasado… todos los haya hecho fuera de casa?
-Es casualidad. Son cosas que siempre las hablas, pero que se dan donde se dan y no tiene más historia. Pero es verdad que fuera he marcado casi más que en casa, que es donde se celebran más y lo recuerdas delante de tu gente.
-¿Le dolieron quizá por eso más los pitos de algunos aficionados de El Arcángel el sábado pasado durante el partido ante el Girona?
-No, no me dolieron. Cada uno que haga lo que quiera, siempre lo he dicho. Eso sí, si la gente empezara a pensar lo que es beneficioso para el equipo, para el jugador… a lo mejor cambiaba de actitud, pero que hagan lo que quieran.
-Marcar, en cualquier caso y cualquier circunstancia, para un delantero debe ser como quitarse un peso de encima...
-Sí, hombre. Si llevas tanto tiempo sin hacerlo sobre todo, sí. Yo siempre he tratado de separarme un poco de esa visión, porque ni siempre he sido un gran goleador ni siempre se me ha exigido tanto meter goles ni nada. Pero parece que aquí, en esta ciudad, las cosas tienes que hacerlas porque, si no, ya empiezas a ser malo y comienzan a cambiar la forma de verte. Trato de no preocuparme mucho, aunque qué duda cabe que jugando arriba es tu misión meter goles.
-Además, es que han sido ocho meses de fútbol en activo y viviéndolo en primera persona, porque no ha parado de ser titular en todo este tiempo.
-Por oportunidades no habrá sido, desde luego, porque sí que es cierto que jugar he estado jugando siempre, aunque fuera saliendo desde el banquillo.
-¿Y qué come para nunca enfermar ni lesionarse? ¿No se lo preguntan sus compañeros?
-No sé, tío. No quiero darle muchas vueltas porque cuanto más te paras a pensar, más te quieres cuidar y lo mismo la lías y te lesionas. Ojala siga así la cosa y pueda seguir disponible. Todo jugador cuando llega el fin de semana quiere sentirse listo y dispuesto para el entrenador.
-¿En Jerez forzó para jugar?
-No. Yo estaba bien. De hecho, el sábado estaba perfectamente. Después de toda una semana sin entrenar siempre te preguntan el viernes y ya tienes que decidir. El día de antes del encuentro ya estaba diciendo: me cago en la leche, sí que podría entrar de inicio.
-No se lesiona… y eso que se mueve más que nadie en el campo.
-Todo el mundo sale al campo a entregarse, pero es verdad que cada uno tiene sus características sobre el terreno de juego. Yo soy a lo mejor de mucha movilidad y con lo que se pide en defensa en este equipo con José González, pues sí que tengo un trabajo más de media punta. Si no lo hiciera yo, otro haría el mismo trabajo que yo, seguro.
-En el Extremadura metió 21 goles hace tres temporadas jugando en punta. Cuando llegó dijo que se sentía más cómodo jugando arriba. ¿Lo mantiene o ya se ha hecho a dar un pasito atrás?
-Jugando arriba, siendo muy claro, haces menos esfuerzos. Trabajas menos. Estás únicamente para cazar goles y eso se nota luego en el número de goles que consigues marcar. Tu décima de segundo más la tienes y tus fuerzas guardadas también. Si te centras más en una cosa seguro que la haces mejor. Por eso, si te retrasas tienes que trabajar a lo mejor más en otros aspectos diferentes, dándole otras opciones al equipo. En el Extremadura me pusieron arriba y salió bien en el sentido de los goles… igual que me podría haber salido mal.
-El Salamanca va líder de la categoría habiendo marcado únicamente cinco goles. Como delantero… ¿no cree que se está traicionando un poco el fútbol de ataque en esta categoría?
-La verdad es que no puedo hablar con mucha capacidad porque es mi segundo año aquí. Pero sí que es verdad que he notado que los equipos tienen que ser defensivamente muy serios y que el planteamiento de inicio es que tiene que ser difícil que te marquen un gol. Es una categoría en la que se notan más los fallos que se cometen o las estrategias. Cuentan demasiado. A lo mejor no se cuenta con la calidad de los jugadores de Primera para dar la vuelta a un marcador. Aquí cuenta mucho ponerse por delante en el marcador y eso le importa mucho a los entrenadores. Aunque yo creo, de todos modos, que siempre se ha cuidado. No creo que se haya cambiado el fútbol de Segunda ahora, al igual que en Segunda B siempre se ha practicado un fútbol más ofensivo y con menos precauciones.
-Es un jugador generoso con sus compañeros. Eso, siendo un atacante… ¿es virtud o maldición?
-Ser generoso siempre es bueno. Si todo el mundo fuera generoso todo estaría equiparado en el mundo. Lo que pasa es que luego se habla en el fútbol, y es verdad, de que si no tira nadie dentro del área o no se hace la jugada individual no se progresa ni se crean ocasiones de gol. Hay que tratar de buscar el equilibrio. En el global hay que ser más generoso que individualista. Pero alguien tiene que rematar las jugadas, claro.
-¿Nunca ha pensado que si hubiera sido más egoísta su mala racha goleadora en casa se habría terminado antes?
-No me lo he planteado. No sé si soy muy generoso en realidad. Yo trato de hacerlo lo mejor posible para marcar y para mis compañeros. No puedo ver cosas que soy incapaz de hacer.
-Le estará haciendo gracia ser el centro de atención esta semana a raíz de haber marcado un solo gol.
-Sí, la verdad es que sí. No tiene la importancia en sí el gol… sino que hemos conseguido ganar y encima delante de tu gente. Pero la diferencia del antes y después del tanto… ¿Es que los aficionados que me pitaron luego no celebraron el gol? Eso es el fútbol. Es entendible que la gente en ciertos momentos se canse de ciertas cosas porque te ven mucho, te conocen de sobra…
-El buen ambiente en el vestuario es el síntoma más inequívoco de que las cosas van bien, ¿no?
-Desde luego que el futbolista y todo lo que le rodea depende del resultado. Puedes tratar de hacerte fuerte y trabajar, pero lo que te da la vida son las victorias, la posición desahogada… Como todo en el mundo. Si trabajas en una cosa y ves que da resultado lo haces más a gusto que si ves que fallas y fallas y no consigues nada.
-El domingo Diego Reyes os podrá volver a contar un chiste en Castellón. ¿Le echáis de menos?
-Sí, hombre. Los que le conocimos le echamos de menos, porque realmente se hizo un núcleo de gente que estuvo aquí desde Segunda B y nos llevábamos muy bien. Él aportaba muchas cosas dentro del vestuario y dentro del campo también porque jugó muchísimo. La suerte que tenemos es que seguimos hablando bastante. Él también se preocupa muchísimo de toda la gente de aquí y no para de preguntar. Por eso le sientes hasta cerca y sus gracias y esas cosas las tenemos guardadas porque son momentos muy grandes.
-Pero luego sobre el césped de Castalia, ni una broma…
-No, claro. Él sabe cómo somos nosotros y nosotros cómo es él. La gracia del encuentro se va a acabar cuando pite el árbitro. Seguro.
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