Una fiesta inolvidable
El Arcángel celebra a lo grande el regreso del CCF a la élite Uli Dávila y Albert Ferrer, los más vitoreados El cordobesismo abarrotó un coliseo ribereño que disfrutó del espectáculo de efectos sonoros y fuegos artificiales
Una marea blanquiverde llegó a El Arcángel, que estuvo abarrotado hasta la bandera para festejar a lo grande el ascenso. Una fiesta de Primera. Con las gradas del coliseo ribereño al completo, los seguidores blanquiverdes, sin que los jugadores salieran al terreno de juego aún, tenían ganas de darlo todo. Alegría, jolgorio, bendita locura ser cordobesista. Lágrimas de felicidad por fin. Atrás se quedaron muchos años de sufrimiento, de salvaciones agónicas, de años en los que el Córdoba intentó dar el salto y se quedó en el camino. Ellos siempre estuvieron ahí año tras año, y ayer era su día. En sus asientos, con la familia, con los amigos... el cordobesismo celebró por fin el salto a la élite. Una élite que tocará el cordobesismo tras tocar el cielo de las Tendillas.
Antes de que saltasen los jugadores, todas las caras que se veían era de auténtica felicidad, de un sueño cumplido. La fiesta comenzó con el himno de Queco, cantado por él mismo, y luego cantó Rafa Bocero también. El estadio hizo la ola, botó como nunca y gritó como locos el gol de Uli Dávila. Luego, fueron saliendo los jugadores uno a uno, desde Juan Carlos hasta Mendi, siendo Pedro, López Silva, Abel, Xisco, los Cruz y sobretodo Uli Dávila, los más vitoreados. También saltó el cuerpo técnico al completo. Abel sacó el capote, Pedro no paró de un lado para otro junto a López Silva y Pepillo, el utillero, fue manteado por todos los jugadores blanquiverdes. Todo bajo un marco incomparable con un gran espectáculo de efecto y sonido.
También hubo tiempo para Abel Gómez hablase a la grada. El centrocampista hispalense comentó que "hoy -por ayer- es un día muy importante para este club y para la ciudad". Además, dio "las gracias" a un grupo que ha conseguido una gran gesta. "Por todos ellos -señalando a sus compañeros- y también por los que están en el cielo", que han hecho que se haga realidad un sueño para todos los cordobesistas. Por último, Abel se despidió de la afición con un "viva el Córdoba y el año que viene estamos en Primera".
Tras las palabras del gran capitán, cogió el testigo Albert Ferrer. El preparador barcelonés, agasajado por lograr el tercer ascenso del Córdoba Primera División, dio las gracias a todos por venir y tuvo una bonito gesto hacia "todos los que estuvieron jugadores y cuerpo técnico". En ese momento, la grada estalló con un contundente "illa, illa, Villa maravilla". Y es que el entrenador madrileño fue el primer artífice de este ascenso. Un bonito gesto del Chapi acordándose de éste. Por otro lado, agradeció el "apoyo desde que llegamos, que no fue fácil". Además, indicó que "sin la ayuda de la afición no lo hubiésemos logrado. Muchas gracias a todos y estamos en Primera".
Cuando acabaron los discursos, llegó el momento de los fuegos artificiales, de la rueda al campo de los jugadores y del himno coral del Queco con todos los artistas cordobeses que colaboraron con éste. Así, se terminó la segunda parte de la fiesta cordobesista. Luego, la marea blanquiverde puso rumbo a las Tendillas. El fin de fiesta para el cordobesismo.
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