Con lo justo... y necesario

Sobre el tapete verde de Castalia muy pronto se pudo observar que la seguridad defensiva del Castellón iba a continuar una semana más, mientras que el Córdoba sorprendía con su capacidad para mantener el orden y la solvencia. Las consignas de José, poco a poco, se van cumpliendo.

En ambos bandos, dos de los responsables de esa solidez fueron Diego Reyes y Rubén Párraga. El primero tenía una oportunidad única para reivindicarse -y quién sabe si para vengarse- ante aquéllos que decidieron no apostar por su continuidad en el Córdoba, mientras que el segundo se afianza una semana más en su puesto. Ambos cumplieron con su labor, aunque sin excesivas alharacas.

El cordobés tenía la papeleta más complicada. Arana es el arma más peligrosa de los castellonenses. Por su parte, Diego Reyes gozó en el primer tramo de partido de algunas jugadas a balón parado. El gaditano fue el encargado de botar las primeras faltas desde larga distancia, ya que el verdadero maestro en esta especialidad es Arana. Así, Reyes, en el minuto ocho, obligó a intervenir a Raúl Navas tras colgar el cuero al interior del área. Cuatro más tarde, la jugada se repitió con idéntico resultado. Navas atajó el balón.

Fue entonces cuando Rubén salió a escena y, precisamente, en una tarea en la que no se prodiga en exceso, esto es, en labores ofensivas. El lateral se plantó en tres cuartos de campo, regateó a un contrario y centró con la diestra para Cristian, quien conectó con un esférico que fue atrapado por Carlos Sánchez, en la ocasión más clara hasta el momento.

Alcanzado el ecuador del primer acto, Arana dio el primer aviso. Recibió una pase en largo de López Garai, dribló y cedió para un compañero, pero Carpintero apareció para abortar la acción. Rubén estaba desbordado ante la calidad individual del sevillano. Cinco minutos más tarde, de nuevo dio muestras de ello en otra jugada del extremo.

El colegiado Pino Zamorano, a la media hora de juego, le perdonó la primera amonestación a Diego Reyes cuando éste zancadilleó por la espalda a Asen. El castellonense reincidió -por lo que sí se le mostró la cartulina amarilla- en la siguiente acción, en esta ocasión realizando falta sobre Ceballos.

En el bando cordobesista, Rubén se limitaba a achicar como podía. Pero no fue por su carril por donde el Castellón hizo más daño, sino por el centro de la zaga. Ulloa lo aprovechó para estrenarse en Liga con un gol que daba ventaja a los suyos.

El tramo final de la primera mitad tan sólo sirvió para que Rubén cometiese una nueva falta, esta vez sobre el punta argentino, cuyo lanzamiento acabó sin consecuencias.

Tras el intermedio, ninguno de los dos laterales entró demasiado en juego. La línea de medios de los locales no lograba conectar con Arana, lo que descargó un tanto de responsabilidad a Rubén. Por su parte, Cristian Álvarez tampoco logró atrapar el cuero, pues tan sólo lo hacía a balón parado. Aunque en la primera que tuvo, hacia el 57', se marchó sin complicaciones del zaguero gaditano, pero su centro fue cortado por Mora. Reyes no estaba demasiado brillante.

A falta de nueve para la conclusión del choque, una nueva ación del extremo diestro del plantel levantino fue parada en falta por el lateral blanquiverde. El lanzamiento de ésta obligó a Navas a enviar a córner.

El trabajo de Reyes y Párraga en la retaguardia les limitaba en sus incorporaciones en labores ofensivas, por lo que apenas pisaron la parcela rival. La calidad diabólica de Javi Flores se vio castigada con un manotazo del lateral gaditano ya con el tiempo cumplido, pero el colegiado no señaló nada punible en la acción.

Al final, un reparto de puntos en el tanteo. Rubén cumplió, no sin problemas, con su cometido, puesto que Arana se vio anulado en varias fases del encuentro -el cordobés se marchó sin tarjeta del partido-, mientras que Diego Reyes estuvo un tanto gris en su labor, aunque tampoco pasó excesivos apuros.