Del libreto de Luna a la libreta de Campos

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El técnico cordobesista ha convertido al grupo en un bloque implicado y con carácter · El murciano ha borrado los males dejados por Clemente · Ambos llevan un mes en el cargo

Juan Luna Eslava da instrucciones durante un entrenamiento.
Cisco López / Córdoba

21 de enero 2009 - 05:02

Juan Luna Eslava y José Miguel Campos aterrizaron en la Liga Adelante durante el mes de diciembre, con apenas una semana de diferencia a favor del cordobés. Su reto era romper con la estadística actual de que los relevos en los banquillos no suelen dar el resultado esperado. De momento, ambos parecen haber dado con la tecla que haga funcionar a sus equipos, aunque al preparador blanquiverde le ha costado un tiempo más engrasar la maquinaria. Ninguno conoce la derrota en las tres últimas semanas de competición y sus equipos empiezan a avistar tiempos mejores gracias al nuevo libreto expuesto por el preparador de Fernán Núñez y a la libreta mágica del mazarronero, que ha hecho olvidar a un Javier Clemente que todavía osa pasearse por Murcia en busca de cerrar su finiquito con el club.

Luna Eslava ha cambiado la cara de la plantilla. Lo que antes era poco menos que un suplicio -los entrenamientos- ahora se ve como la parte más importante para que el trabajo semanal se vea reflejado en el partido. Liberados del corsé de José González, técnico amante de la estrategia hasta términos extremos, a los jugadores sólo les hacía falta limpiar sus cabezas. Y de eso se ha encargado, poco a poco, el cordobés.

La victoria del sábado ante el Zaragoza fue el fiel reflejo de que algo ha cambiado en los entresijos de El Arcángel en el último mes y medio, y la confirmación de lo esbozado ante la Real y Las Palmas. A pesar de que el dibujo táctico sigue siendo el mismo -4-2-3-1 puro-, el aterrizaje de Luna Eslava ha servido para que el balón ya no queme tanto y la transición defensa-ataque sea más coherente. Pero el logro más importante es que el equipo empieza a funcionar como un bloque con mayúsculas. Implicación máxima, presión extenuante, carácter para ganar todos los balones divididos, decisión en el salto...

Con todo eso ya es difícil perder, sea cual sea el rival de enfrente, ya que la calidad individual brota a borbotones, sin saber bien cuándo ni cómo ni de dónde. Pero no se vio hasta que en la ciudad apareció el superfavorito al ascenso, un Zaragoza que se vio sorprendido por esa marcha más que Luna se encargaba de mantener metida desde la banda. Ahora sólo hace falta aguantar el tirón, alargar la estela positiva ante un Murcia que también ha lavado su cara tras el cambio de técnico.

José Miguel Campos es un teórico del fútbol. Siempre, entrenamiento o partido, está acompañado de su inseparable libreta. Nadie sabe lo que lleva apuntado en ella, pero lo cierto es que le ha permitido corregir todos los defectos de un grupo que, con Clemente en el banquillo, sólo consiguió dos victorias y estaba a siete puntos de la permanencia; ahora tiene un punto de ventaja con respecto al Córdoba, que es decimonoveno y ya está en esas posiciones de castigo.

Después de vencer consecutivamente al Alicante, el Albacete y el Salamanca, el mazarronero -ya se midió al Córdoba en la temporada 2005-06, cuando era entrenador del Baza- ha igualado la mejor racha de la era Lucas Alcaraz, técnico con el que el conjunto grana consiguió su último ascenso a Primera División.

Pero no es su único logro, pues con ese pleno de triunfos, el Murcia ha abandonado los puestos que condenan a la Segunda División B después de 17 jornadas y ha engarzado dos victorias seguidas como visitante tres años y ocho meses después.

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