Con una mano de pintura no basta
Betis b | lucena · la crónica
Gris Un serio Lucena, que maniató a su rival durante gran parte del partido, cae en Sevilla víctima de un error de Toni García Aguanta Salvo sorpresa, la mejoría en la imagen permitirá a Antonio Gutiérrez sentarse en el banquillo ante el Cádiz
El Lucena sigue con su particular cuesta abajo. Anoche durmió en la plaza de play out tras encadenar su sexta jornada sin ganar al caer ante un Betis B que, sin hacer nada del otro mundo, aprovechó un regalo de Toni García para hacerse con el triunfo. El tropiezo, unido a la victoria del Antequera ante el Granada (4-2) precipitó al conjunto celeste al purgatorio de la clasificación, si bien el susto es transitorio, pues el goal average particular, que sólo se computa al final de la temporada, es favorable a los lucentinos.
A pesar de la derrota, el equipo aracelitano mejoró la imagen dada en sus últimas apariciones, sobre todo en las salidas a Écija y Granada. Y esta mínima evolución puede ser clave para que Antonio Gutiérrez mantenga, salvo sorpresa mayúscula, su puesto en el banquillo celeste al menos hasta que el próximo domingo visite la Ciudad Deportiva el intratable líder de la categoría, el Cádiz. Un revés con el grupo caricaturizado como ocurrió en Los Cármenes hubiera significado el precipitado adiós del técnico apenas dos meses y medio después de que relevara en el cargo a Nene Montero. Y es que, a día de hoy, los problemas son los mismos que rompieron aquel matrimonio que parecía idílico: diferencias irreconciliables con el vestuario, pérdida del patrón de juego y una caída libre alarmante en la clasificación.
Con todos esos problemas y un parte de bajas que dejó al equipo en cuadro, el Lucena planteó un encuentro serio, de claro carácter conservador ante un Betis B que ha perdido la frescura del inicio del curso, pero que aún así sigue siendo un enemigo con unos argumentos notables. Gutiérrez, tal y como hiciera en el viaje anterior a Granada, planteó la batalla con un dibujo novedoso en su libreto: un 4-4-2 con Babin y Pérez escoltando en los laterales a un recuperado Rubén García y Argüello. Velasco regresó al costado izquierdo -Luija ocupó el derecho-, y Cabello y Julio Pineda volvieron a formar dupla ofensiva. La responsabilidad creativa recaía en Sergio Ortiz, pues Sarmiento, que regresaba al once tras cumplir un partido de sanción, era el encargado de dirigir una presión asfixiante que nubló las ideas del filial bético durante gran parte del duelo.
Con los locales perdidos y los visitantes más pendientes de guardar su parcela que de asaltar la enemiga, el primer periodo se fue consumiendo con muy poco que reseñar. Cabello, tan perdido como en comparecencias anteriores, pifió dos remates dentro del área cuando los equipos todavía andaban colocándose en el terreno de juego; tampoco acertó a conectar una buena volea Rubén Cruz en la primera llegada local.
Con el paso del tiempo, el Lucena empezó a sentirse más cómodo. Sarmiento agobiaba a Rodri, el cerebro verdiblanco, cada vez que la pelota se acercaba a sus dominios. Así, la responsabilidad de iniciar los ataques quedaba en los pies de un Parra errático al que la grada no le perdonaba una. Mientras, de Diego Segura, Israel y Rubén Rivera no se sabía nada; y ésa era la mejor noticia para los intereses de una escuadra lucentina que acarició el gol en una arrancada de raza de Cabello -la única de todo el partido- que René desbarató cuando Julio Pineda estaba ya con la caña preparada.
Tan táctica era la batalla que todos apuntaban a la estrategia como arma más fiable para romper el equilibrio. Sin embargo, las defensas se mostraron muy superiores en todos los saques de esquina y faltas laterales botados. Y en la única infracción en la frontal del área visitante, Toni García respondió con una manopla a ras de suelo para desbaratar el envenenado zurdazo de Toni. Así murió un primer periodo en el que, a los puntos, salió victorioso un Lucena que fue capaz de llevar el partido adonde más le convenía.
El paso por los vestuarios pareció sentar mejor al bando aracelitano. Pineda tiró de experiencia para robarle la cartera a Álex Ortiz, alcanzar el área pequeña y dar un pase al segundo palo al que Velasco no supo ponerle rúbrica. Sólo habían transcurrido dos minutos y el Lucena acababa de tirar al cubo de la basura la llave del encuentro. Porque, a partir de ese momento, el Betis B dio un paso al frente y, aprovechando la inercia del cambio de un Fran Machado que metió una marcha más en labores ofensivas, fue poco a poco poniendo cerco a la portería de Toni García.
Primero lo intentó Rubén Cruz con un zurdazo desde la frontal al que respondió bien el meta cordobés, que poco después protagonizó la jugada desgraciada de la tarde. Zamora metió en el área lucentina una falta lejana, buscando el segundo palo, y ante la salida en falso de Toni, Parra se elevó por encima de los centrales celestes para conectar con el balón y conducirlo mansamente a la red.
Tocado por el tanto encajado, el Lucena quedó desconcertado y a punto estuvieron de dejarlo sin opciones para el tramo final. Rubén Rivera, crecido por su conexión con Machado, llegó a la línea de fondo y puso un centro-chut al que respondió bien Toni. Y, minutos más tarde, el extremo volvió a acariciar el gol con otra internada a la que sólo pudo poner freno el poste derecho de la portería lucentina. Con todo perdido, el cuadro de Gutiérrez trató de reconducir la situación. Sergio Ortiz lo intentó con un tiro flojo desde la frontal. Fue la última llegada clara, ya que la zaga local se mostró infranqueable ante el bombardeo final de los celestes.
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