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Copa del rey · racing de santander-córdoba
El Córdoba se metió en los octavos de final de la Copa del Rey gracias al valor doble de los goles en campo contrario, ya que estaba contra las cuerdas en Santander, después de que el Racing levantara el 2-0 de la ida en El Arcángel, cuando Jorge Luque materializó un polémico penalti que ya está en los anales de la historia blanquiverde. Fue en el último minuto de la prórroga, la agónica vía a la que ya se había agarrado el equipo para apear al Numancia y al Rayo Vallecano en las eliminatorias anteriores. Nada más pitar el árbitro, con El Sardinero clamando por la marcha de Portugal, el abrazo entre tres perros viejos como Alcaraz, Pierini y Gerardo simbolizó la gesta. La épica da al CCF la anhelada posibilidad de cruzarse con un grande en la siguiente ronda, a resolver entre el 22 de diciembre y el 5 o el 6 de enero. Días propios de brindis.
La lluvia no había cesado en todo el día y el Racing, sobre un césped más rápido que pesado (qué maravilla de drenaje), salió mandando, aunque sin prisas. Agus cortó el primer centro -del lateral Christian Fernández-, Diop probó fortuna desde lejos y Munitis inauguró la serie de saques de esquina. Pero el Córdoba no se arredraba, tocaba lo que podía y salía apoyándose arriba en Oriol y Pepe. Incluso el de Almodóvar lo intentó desde la frontal tras recibir en carrera y Camille provocó una falta junto al pico del área que, botada con rosca por Callejón, provocó zozobra.
De salida en tromba, nada de nada. Los dos equipos sobaban la bola con parsimonia por momentos, lo que propiciaba pitos en los desangelados graderíos de un estadio en el que dejó de llover. Pierini echaba una mano a Alcaraz, cojo por su reciente operación, en las correcciones a un bloque que se salvó del primer golpe franco, ejecutado por Kennedy, y mantenía el tipo atrás con la inestimable colaboración de un Richy presto en la anticipación.
Pepe Díaz exprimía a sus marcadores con su movilidad y tuvo una gran ocasión en el 21', pero perdió la ventaja en una jugada típicamente inglesa (saque del portero y prolongación del ariete, Riera) al trompicarse a la hora de tirar desde la frontal. ¿La ansiedad del que no marca? Mucha más convicción evidenció la perla de la cantera cántabra, Iván Bolado, tres minutos después: con los visitantes suplicando un respiro porque Gerardo se dolía en el suelo a raíz de una entrada de Munitis, el delantero porfió rodeado de rivales hasta conseguir su propósito, el tanto que estrechaba la eliminatoria. Las protestas por el gesto deportivo y el beneplácito del cuarteto arbitral significó una amarilla para un suplente, Javi Flores. El 1-0, además, acarreó una reacción insólita: la afición se soltó la melena al grito de "¡Portugal, dimisión!".
Precisamente el de Fátima fue el recurso de urgencia por la lesión muscular de Fuentes . Cordobés por cordobés y Camille al lateral. Antes, Lucas castigó su zona técnica con un muletazo porque Callejón resolvió una contra de tres contra dos con un derechazo manso desde la corona del área.
El Racing no quemó las naves antes del descanso. Siguió insistiendo, aunque con el freno de mano echado. Mario metió el puño de manera poco ortodoxa para repeler una falta lateral sacada por Callejón con mala leche y un obús de Munitis, ya al borde del segundo minuto de descuento, se perdió alto.
Varios empleados pincharon el campo durante el receso para facilitar el volteo de la eliminatoria. No llovía, pero el barro ya era una consecuencia inevitable.
Un libre directo de Ponce obligó a Alberto García a desviar a córner; Munitis sacó y Kennedy cabeceó desviado. El Córdoba no podía suicidarse con 45 minutos encerrado, tenía que ofrecer algo en ataque. Lucas aprovechó la tregua meteorológica para incorporarse y acercarse al ruedo. Escasos metros a su izquierda, Portugal escuchaba los chiflidos de rigor. El burgalés encontró un motivo para el alivio cuando Javi Flores, en vez de lanzar a Pepe Díaz con un envío en largo, se la dio al pie. En la siguiente jugada, Callejón centró en busca del almodovareño y Oriol Riera, pero Henrique despejó.
El Racing recuperó la iniciativa con una colada de Bolado que Pinillos terminó enganchando; la testa de Agus, grande y dura como ella sola, ejerció de frontón. En el toma y daca, Flores desperdició otro contragolpe franco por conducir demasiado. Pape Diop achuchaba, Munitis aparecía entre líneas… Enésimo despeje de Agus. En el 59', el ex internacional español hiló fino para dejar solo a Rosenberg, mas Alberto aguantó en el mano a mano. Javi se cruzó oportunamente para conjurar un tiro franco de Kennedy y a Diop le falló el control en una irrupción en el área.
Al Córdoba no le duraba la pelota y sufría. La medida para poner pausa, como tantas otras veces, se llamaba Jorge Luque, que al relevar a Pepe Díaz dejó a Oriol Riera como único punta; Usero se ubicó como mediapunta en un dibujo 4-2-3-1. Portugal respondió con más tralla: otro delantero, Ariel Nahuelpán, por el lateral derecho, Pinillos. Sin tiempo para que ambos conjuntos se reajustaran tácticamente, una falta lateral botada por Kennedy con muchos hombres en el área se coló por el palo largo.
Alcaraz reajustó el plan original con su último cambio: Díaz de Cerio por Usero. Munitis perdonó el tercero con un zurdazo mordido antes de que Portugal sacara a Adrián, el hijo de Míchel, y Ariel cabecera cerca de la escuadra. El último en salir, ya en el 89', fue el prometedor Edu Bedia.
Ya en el tiempo extra, cualquier gol frustraba la tanda. El CCF lo tenía crudo para marcar porque Callejón y Oriol estaban fundidos y Díaz de Cerio no llegaba con ventaja. Tal vez un chispazo de Flores, desacertado hasta entonces… El Racing confiaba en el talento de Munitis, los centros de Kennedy y el olfato de Bolado y Ariel. Richy salvó una situación crítica tras una aparición de Bedia antes de que el larguero conjurara por dos veces el ansia del cordobesismo: una falta bombeada por Callejón y el consiguiente despeje de Christian. De ese córner surgió una oportunidad aún más clara: el balón le cayó a Javi, desmarcado en el costado izquierdo del área, y su definición con la zurda fue mala.
A renglón seguido, el Racing dio la vuelta a la tortilla en una acción muy parecida a la del 2-0, con Edu Bedia como anotador a balón parado. Y volvió a calcarla, con remate final de Ariel, aunque el asistente levantó el banderín. Con más gritos reclamando la dimisión de Portugal (?) y un cuarto de hora por delante, ahora el encargado de remontar era un Córdoba acalambrado y aferrado a una campanada con la posesión, concedida por su adversario. El clavo ardiendo fue Agus, que como falso ariete bajó un balonazo que, tras el remate de Díaz de Cerio, se marchó a córner por la actuación de Ponce. Del banderín llovió el cuero, Flores remató y Delgado Ferreiro señaló mano de Christian ¡a falta de dos minutos! Segundos eternos, flor de piel… salvo en el caso de Jorge Luque, que refrendó su condición de especialista con disparo perfecto.
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