El poder de la versatilidad

El cadete del Montilla ha sido una de las revelaciones de la apasionante Liga júnior

El poder de la versatilidad
José Carlos León / Córdoba

10 de marzo 2009 - 05:02

La tristeza todavía se reflejaba en su rostro apenas unos minutos después de que su equipo, el Montilla, hubiese perdido el tercer partido de una épica semifinal de la liga júnior ante El Carmen. Pese a que era el más joven del equipo, su cara contenía la tristeza mientras muchos compañeros eran incapaces de contener las lágrimas. A sus 15 años, Rubén García había vivido uno de los momentos más duros de su aún incipiente carrera, le había tocado la cara amarga de ese eterno juego dual que es el deporte. Pero todos los que presenciaron ese tercer encuentro se rindieron ante la calidad de un jugador que había sido uno de los estandartes del Montilla, pieza clave en el segundo encuentro y referencia en el choque decisivo.

"Y es cadete", resonaba en el viejo pabellón del colegio, aunque lo que diga el carnet de identidad no tiene la mayor importancia cuando alguien juega en la pista con el descaro de Rubén. De hecho, esta misma temporada ha simultaneado el cadete con el júnior del Montilla, siendo pieza básica en ambos. "Ya el año pasado empecé a despuntar", asume el talentoso ala pívot montillano, aunque éste ha sido el curso de su presentación en sociedad como uno de los nombres a seguir en un futuro cercano, incluyendo su primera convocatoria con la selección cordobesa cadete.

Todo empezó hace unos años, cuando siendo aún jugador de minibásket se fijaron en su estatura y en su habilidad durante la liga de verano que se organiza en Montilla. Ya entonces apuntaba las maneras que día a día sigue puliendo, con la versatilidad que le otorga su 1.90 para jugar en el poste y una mano con la que sale a romper las defensas desde la línea de tres.

"Me gusta jugar bajo el aro, al poste, aunque hago lo que necesite el equipo", dice con descaro Rubén, que a sus movimientos une ese peligro especial que tienen los zurdos. Hábil en la zona, peligroso en el tiro exterior… El primer nombre que sale a la hora de hacer comparaciones es Garbajosa, "pero me gusta más Haislip", dice el jugador del Montilla, aunque como todos los miembros de su generación, se mira en el espejo de Pau Gasol.

Rubén une así a las tendencias del baloncesto moderno, del jugador global, quitándose de encima etiquetas que encasillan en un puesto o en un determinado estilo. "No sé hacia qué puesto evolucionaré, porque me gusta jugar por dentro y por fuera", apunta en un momento clave para su formación. Haga lo que haga, seguro que sabrá elegir y seguirá siendo tan peligroso como lo ha sido esta temporada. "Ha sido un gran año. Lástima que hayamos perdido de esta forma", lamenta hoy, pero mañana sabrá valorar la gran campaña que ha firmado tanto en lo personal como en lo colectivo. Así de grande es el deporte, en el que los derrotados salen con la cabeza alta y el orgullo de haberlo dado todo, y como el propio Rubén dice, "seguro que lo mejor todavía está por llegar".

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