Un punto de arranque

El batacazo de Barcelona emborronó la notable trayectoria reciente del Córdoba. Y sesgó, quizás demasiado rápido, la ilusión de gran parte del cordobesismo. Ya se sabe de la bipolaridad de esta ciudad, que para casi nada tiene término medio. Fue un bofetón en toda regla, dado por unos niños que apuntan a dirigir en un futuro no muy lejano los designios del que hoy es el mejor equipo del mundo. Pero un bofetón que en la clasificación sólo se reflejó en que los tres puntos subieron al casillero del filial azulgrana. Nada grave, por cierto. Porque el Barça B, que no puede pelear por subir, ya ha demostrado a lo largo de la temporada que está al nivel de los tres mejores de la categoría, lo que le permitirá restar aún muchos puntos a los aspirantes a meterse en ese preciado play off.

Entre ellos, cómo no, hay que meter al CCF, que cuenta con el aval de la victoria lograda en la primera vuelta. Tres puntazos que otros ni siquiera saborearon. Y que, junto a los otros 32 amarrados durante lo que va de competición, dejan al conjunto blanquiverde en disposición de luchar por todo. De momento, hoy encara una nueva batalla con unas sensaciones mucho mejores que las de su enemigo, rival directo por esos puestos de honor, que acumula cinco derrotas en las últimas seis fechas. No en vano, tras los primeros cuatro encuentros disputados ayer, el billete para acercarse a Primera sigue estando a seis puntos y el descenso, a ocho. Una buena noticia para pensar que nada está perdido.

Más que nada porque la semana ha despejado el horizonte institucional de manera definitiva, cumpliendo con el deseo del vestuario y la afición, los que más se habían resentido en todo este carnaval de dislates en el que se había convertido el proceso de compra-venta del paquete mayoritario de acciones del club. Por fin parece que en El Arcángel sólo se hablará de fútbol. El anuncio del Grupo Prasa de la ruptura final con Signum Inversiones y Víctor de Aldama ha dado carpetazo al asunto. Al menos por ahora, hasta que a alguno de los actores principales le dé por reventar nuevamente la tranquilidad de un proyecto que, hasta la fecha, sólo está dando la altura en lo estrictamente deportivo.

En ese aspecto, que al fin y al cabo es lo que importa para tumbar al Numancia, Lucas Alcaraz tiene las ideas clarísimas. Con Gerardo y Javi Flores lesionados y Gaspar buscando el tono físico adecuado tras estar toda la temporada en el dique seco, el técnico granadino ha citado a los 19 jugadores de su confianza, entre los que tendrá que hacer un último descarte minutos antes del inicio del choque. Son los mismos que viajaron a Barcelona el pasado lunes. Queda claro, pues, que Dañobeitia y Beobide cuentan cada vez menos, ya que ayer fueron los dos primeros despachados por el jefe.

Con esos mimbres, todo hace indicar que Alcaraz no hará cambios drásticos en el once respecto a las últimas citas. Sería una señal inequívoca de que el tropiezo de Barcelona fue sólo un accidente. Entre las novedades se espera el regreso de Alberto Aguilar al eje del centro del campo, probablemente en detrimento de Usero. El resto serán los mismos. Si acaso, alguna variedad en ataque, buscando mayor verticalidad y velocidad con Sesma o Pepe Díaz en lugar de un negado Oriol Riera.

Porque, quizás, la velocidad -y una fuerte presión lo más arriba posible- vuelva a ser la mejor arma del CCF ante el rival más parecido al Barça B de la categoría. El Numancia, con la escuela de Juan Carlos Unzué y, por ende, el sello de La Masía, no renuncia al toque ni en los peores momentos. Como los que ahora vive. Acumula cinco derrotas en las últimas seis jornadas, un dato que se recrudece más aún lejos de Los Pajaritos -es el segundo peor visitante de la categoría-, y el entorno empieza a pedir ya la cabeza del navarro, que esta semana fue ratificado por el director deportivo. Mala señal. Y es que en todos lados cuecen habas.