El parqué
Nicolás López
Tono mixto
Córdoba cf - girona fc
El Córdoba afronta desde el jueves su tercer play off en los últimos cinco años, un balance que sólo supera precisamente su rival, el Girona, con las mismas promociones en una campaña menos. Como en los dos anteriores, el conjunto blanquiverde tendrá que jugar con el factor en campo en contra, un elemento que al contrario de lo que podría creerse no termina de ser diferenciador en el fútbol moderno. Que se lo digan al propio club cordobesista, cuyos dos últimos ascensos de categoría -el del primer equipo en 2014 y el del filial de la pasada semana- han llegado jugando la vuelta como visitantes. O a su siguiente enemigo, que la temporada pasada fue apeado por el Zaragoza en la semifinal tras dejarse remontar en Montilivi una renta de tres goles. Y si no fuera suficiente, baste con echar un vistazo a lo ocurrido en las fases de ascenso a Segunda B y Segunda que andan en juego, pues los resultados de los que arrancaron la aventura en casa están siendo bastante más positivos que los de sus rivales.
Aunque el propio José Luis Oltra ya indicó a la conclusión del encuentro decisivo ante el Almería que "no es igual" tener el factor campo a favor que en contra, lo cierto es que la historia -al menos la reciente- no acaba de darle la razón al técnico valenciano. Sin dejar de lado que la clasificación podría resultar clave en caso de que alguna serie quedara en empate después de una prórroga -es el elemento elegido para el desempate en lugar de los penaltis-, los precedentes a los que se agarra el cordobesismo para mantener viva la llama de la fe en la pelea por el ascenso a la élite son numerosos. Y más positivos que negativos en los últimos años.
Después de caer a las primeras de cambio en el play off de la campaña 11-12 ante el Valladolid con un 3-0 en Pucela que dejó en nada el empate sin goles de El Arcángel, dos años más tarde la moneda cayó de cara. Nuevamente con la obligación de empezar siempre jugando en casa, el Córdoba cedió el mismo resultado ante el Murcia para luego remontar en La Condomina (1-2) y meterse en una final ante Las Palmas en la que nuevamente resolvió a domicilio tras otra igualada de mínimos en casa. Fue el día del gol de Uli que otorgó el 1-1 final en la última jugada del partido, de la invasión de campo de la afición amarilla y de la mayor explosión de alegría que se recuerda en clave blanquiverde, tanto en la ciudad como en Gran Canaria, pues tocó obrar el milagro a muchos cientos de kilómetros.
Esa experiencia se ha visto reforzada esta misma campaña con la vuelta del filial a Segunda B por la puerta grande. Y eso que en la eliminatoria definitiva de campeones, al Córdoba B le tocó arrancar en casa su serie ante el Lorca Deportiva, cayendo además 1-2 en lo que fue su única derrota de la temporada como local. Nada amilanó al equipo de Luis Carrión, que en el Artés Carrasco remontó con un 0-3 espectacular para dejar en nada el factor campo, como recordaba el mismo domingo Ismael Falcón mirando ya a la serie con el Girona: "Jugamos primero en casa, pero da igual al final. Mira el filial, jugó primero en casa y remontó fuera", reseñó el meta gaditano, que pese a los precedentes positivos con el conjunto ampurdanés tiene muy claro que "el play off no tiene nada que ver con la liga, pero nos motiva que tanto en la ida como en la vuelta sacamos los partidos adelante. Va a ser un partido seguramente complicado, pero hay que intentar sacar algo positivo en casa y manejar el resultado".
En una línea más ambiciosa se mostró Raúl de Tomás, protagonista de la clasificación por su gol del empate ante el Almería, pues aunque "un play off es totalmente diferente a un partido de liga, tenemos que dar el cien por cien tanto aquí como en su campo para intentar ganar en los dos sitios". Eso, sin lugar a dudas, sería la serie perfecta para conseguir alcanzar la final dejando por los suelos toda la ventaja que se le suele atribuir al que juega la vuelta en casa. Un elemento que ha perdido importancia en los últimos años y que se ha reforzado en la presente campaña en las fases de ascenso ya en juego. Así, de las ocho eliminatorias de la promoción de Segunda B a Segunda, sólo en dos -Reus y Hércules- salió vencedor el que tenía la opción de resolver ante su gente, algo que en el play off de Tercera a Segunda B se completó con un escaso tres de nueve en los cruces directos entre campeones.
Queda claro que con eso, y la experiencia amarga de la temporada pasada, el Girona no las tiene todas consigo. Seguro que su dura eliminación en Montilivi puede sobrevolar el ambiente este domingo, aunque antes el Córdoba deberá hacer sus deberes en El Arcángel el jueves con la firme intención de volver a hacer añicos el factor campo, ese que los catalanes le arrebataron en el último suspiro el sábado y que ahora los blanquiverdes quieren convertir en un regalo envenenado, como ya hicieron hace dos años.
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