Un regalo muy especial

Fue un día especial para Fran Cruz. El central cordobés se regaló el ascenso a Primera División el mismo día que cumplió 23 años. Todo un premio a un jugador que la temporada pasada no consiguió el ascenso con el filial tras disputar el play off -luego se logró en los despachos- y que siente el cordobesismo como algo propio. Un defensor de raza, casta y muy inteligente, que sabe lo que hace y cómo lo hace. Un jugador valiente y que ha crecido muy rápido. ¿Quién se lo iba a decir a él? Pero en Los Cármenes, con el Córdoba B, ya demostró sus galones de capitán, quedándose mirando fijamente a toda la afición desplazada a Granada. Fue la imagen de una campaña para el recuerdo. Ese día ya sabía que esta campaña iba a ser miembro a todos los efectos del primer equipo, ganándose un sitio en el once desde la primera jornada. La lesión de Armando en pretemporada permitió que el mayor de los Cruz se hiciese con un puesto en el eje de la zaga. Y lo hizo a un alto nivel, demostrando que no tenía nada de novato. En un comienzo espectacular, Fran Cruz contagió su carácter ganador a un grupo que comenzó como un tiro con las victorias ante la Ponferradina en El Arcángel y posteriormente en Riazor, ante el Deportivo.

A lo largo de la campaña ha tenido varios periodos, ya que de titular pasó al banquillo. Incluso tuvo minutos en el centro del campo, actuando de pivote defensivo, una posición que conoce muy bien de las categorías inferiores. Su buen hacer sirvió para que equipos de Primera División -Málaga, Levante, Real Sociedad y Espanyol- se fijasen en un joven central corpulento, que va bien al corte y por arriba.

En el momento de la verdad, Fran Cruz volvió al eje de la zaga. Jugó junto a Raúl Bravo y Iago Bouzón, pero su mayor sueño se hizo realidad cuando pudo hacerlo junto a su hermano Bernardo. El menor de los Cruz también ha crecido a un nivel altísimo, aunque al final desapareció del equipo tras el encuentro disputado en el Nuevo Colombino frente al Recreativo.

Fran volvió a tener minutos de juego ante el Mallorca, en la última jornada liguera tras unos partidos en el ostracismo para Albert Ferrer. Ese día el equipo logró un empate que valió para que el Córdoba se clasificase como séptimo y disputase por segunda vez en tres años las eliminatorias de ascenso. Ya no perdió su puesto en los encuentros frente al Murcia y en la ida ante Las Palmas. En una semana complicada para el mayor de los Cruz, por sus exámenes de Medicina y porque se le había vinculado al Betis, el zaguero blanquiverde no jugó nada en el Estadio de Gran Canaria. En total, cerró el curso con 32 partidos -2.407 minutos en total- y el domingo fue el día más feliz de su vida. El día que logró ascender con su Córdoba a Primera División. Felicidades campeón.