La revolución inteligente
Córdoba cf
Los seis cambios que Paco introdujo en el once para afrontar el duelo de Motril surtieron el efecto deseado · El entrenador cordobesista tendrá que volver a retocar la alineación por la roja de Arthuro


De una semana a otra, seis nuevos. El cambio de cara del Córdoba en Motril fue radical. Rotundo. Paco fue advirtiendo durante la semana de las peculiaridades del choque frente al 74 y acabó plasmando con rotundidad sus convicciones. Desde atrás hacia adelante. De adelante hacia atrás. No hubo una parcela del cambio (excepción hecha de la portería) en la que no hubiera un retoque.
En defensa fueron novedad los dos laterales. Dani suplió a Mario a última hora por la lesión en el calentamiento y suplo borrar del partido al peligroso Luque. Rubén entró por Diego Reyes y se le vio muy suelto hasta, incluso, atreverse a atacar con soltura.
En el centro del campo, la zona del campo que sería clave (y a la vez se esperaba que fuera a ser sacrificada por lo estrecho del escenario), Paco modificó radicalmente el doble pivote. Katxorro se quedó fuera de la convocatoria y Endika en el banquillo. Ito y Acciari, su experiencia y su fuerza, cumplieron a la perfección con la idea que tenía el entrenador del Zumbacón. Si el partido se ponía para ellos el Córdoba tendría mucho que ganar y se puso. Y así empezaron a llevarse los tres puntos.
Además, cumplieron con tanto aseo que, en un partido que se desarrolló por unos cauces muy deportivos, ninguno de los dos vio la tarjeta amarilla. Un encuentro redondo para el extremeño y para el argentino. Se reivindicaron.
El planteamiento defensivo funcionó sin discusión. El Granada 74 no fue capaz de profundizar por bandas. Ni de hacer daño con su característico fútbol directo. Ni siquiera concedió el Córdoba oportunidades a balón parado. La concentración, esa casquivana compañera de viaje esta temporada, fue la mejor aliada el sábado para los cordobesistas.
Para atacar, Paco no quiso prescindir de las bandas a pesar de lo angosto del campo. Juanlu estuvo brillante en su retorno al once y Cristian Álvarez decisivo por su lucha y por el golazo con el que mataron el resultado. Se demostró que, cuando se tiene calidad, no importan las tablas donde se tenga que demostrar. Sea en una ópera o en un corral de comedias.
Como verdugo, el retorno de Arthuro estaba cantado. El brasileño no decepcionó porque ha encontrado ese plus de motivación que le hace encarar cada partido como una batalla. A Julio Pineda no le hace faltan razones. Pelea porque sí y donde sea. Dejó en el banquillo a Asen y cumplió.
El buen hacer de los que fueron alineados el sábado deja dos benditas interrogantes. Primera: la duda de saber si ante el Tenerife recuperarán su puesto alguno de los habituales en su once o, por el contrario, el entrenador cordobés le dará continuidad a los titulares en Motril. Segunda: la cuestión de si será Javi Moreno quien sustituya en la llamada al sancionado Arthuro o si, por primera vez en la temporada, será el canterano Javi Flores. En todo caso, el sábado quedó claro que el Córdoba es un equipo con recursos. Con variantes. Un compromiso que atañe a más de once futbolistas.
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