Ese revulsivo tan ansiado

Todo relevo en el banquillo persigue el mismo fin: que un equipo cambie a mejor. El tan cacareado efecto revulsivo, sin embargo, no suele producirse. El próximo sábado se cruzarán dos entrenadores que al comienzo del curso eran un integrante de la secretaría técnica del Córdoba y el director deportivo del Espanyol. Son Juan Luna Eslava y Paco Herrera, los respectivos sustitutos de José González y Abel Resino; uno en el paro y otro henchido de satisfacción tras golear al Barcelona (4-3) al frente del Atlético de Madrid y dar así vida a la Liga.

El Córdoba no acaba de explotar con Luna Eslava. En Montilivi encajó el gol del empate (1-1) en la última acción del partido. “Como profesionales que somos de esto, tenemos que estar preparados para todas estas situaciones. Hay que levantar el ánimo y seguir trabajando”, señaló en la sala de prensa el de Fernán Núñez, un hombre de la casa que ha dado otro aire al conjunto de su tierra. Pero los números no le dan la razón.

Bajo su tutela, el CCF ha sumado 12 puntos en 11 jornadas. Continuando con esa media, y sumando los 16 puntos heredados en los 15 encuentros dirigidos por José –el gaditano dejó al equipo fuera del descenso pero empatado con el Eibar, ya cuarto por la cola–, la media preocupa: apenas 45 puntos. O sea, billete hacia Segunda B prácticamente seguro. A no ser que los rivales sean aún peores.

El Córdoba de Luna hincó la rodilla en sus dos primeros compromisos, coincidiendo con el epílogo de 2008: 0-1 ante el Rayo Vallecano y 3-0 en Valencia. El técnico sorprendió con un novedoso 4-4-2 en rombo, aunque con la llegada de 2009 pasó al 4-2-3-1. El bloque es más sólido y los resultados han experimentado una mejoría, aunque de momento no es suficiente.

Este año ha deparado tres triunfos, tres empates y tres derrotas. Sin contar los fiascos iniciales ante el Rayo y el Levante, la media de cada partido en 2009 es de 1,33 puntos, lo que conduciría a sumar 49 al término del campeonato. Al filo de los 50. Para Natalio, “si llevamos esta media, la salvación se acercará lo antes posible”.

Hay cierto margen para el optimismo que proclama el entrenador. Aunque aún estaba aturdido por la igualada del Girona, el presidente, Rafael Campanero, indicó el sábado que “lo positivo es que hemos ganado un punto y que se ve que hay un equipo. Y no sólo por este partido, sino por los anteriores”. Raúl Agné, preparador rival, expuso otra versión: “A lo mejor otro equipo hoy –por el sábado– nos mete más, pero ellos no han apostado nada en ataque”. En cualquier caso, Luna Eslava tiene crédito.

Mientras, el Castellón vive en una nube. El combinado orellut no sólo no ha pagado la marcha de Abel Resino, reclamado por el Atlético, sino que mantiene muy alto el listón muy alto. Sigue en la pomada: sexto, a dos puntos de la zona de ascenso que delimita el Hércules. Con sus 43 puntos puede aspirar a todo, por más que el Xerez, el Tenerife, el Rayo o el Zaragoza peleen por el mismo objetivo. Sólo pueden quedar tres.

El cuadro albinegro sólo presenta un borrón desde que Herrera suplió a Abel. El dicho victorioso se cumplió en su estreno (1-2 al Celta en Vigo), continuó frente al Alicante (2-0), se vio truncado en Albacete (2-0) y recibió un nuevo espaldarazo el pasado domingo, contra el Salamanca (2-0). El sábado, en El Arcángel, más. Quizá mejor. Y con dos banquillos en plena ebullición.