La sexta corona es un hecho

Insuperable. Cumpliendo el pronóstico, la selección española se alzó con el sexto entorchado en el Trial Indoor de las Naciones celebrado en Vista Alegre ante un gran ambiente de público. Toni Bou, Adam Raga y Albert Cabestany confirmaron la hegemonía española superando con claridad a Gran Bretaña -la única selección que podía poner en peligro la sexta corona- e Italia, que cumplió su papel de convidada de piedra a la fiesta hispana.

España tardó poco en demostrar su condición de favorita. Desde el inicio, los pilotos se repartieron en las nueve zonas diseñadas para acabar en la espectacular parte final de salto de altura. Pronto quedó claro que la lucha por el título iba a quedar en una desigual pelea entre españoles y británicos, mientras que los italianos quedaron descartados en los primeros obstáculos.

Pese a sus intentos, Gran Bretaña no pudo parar el poderío hispano, ya que sólo Lampkin mantenía el ritmo de los españoles. Además, el inglés no tuvo una de sus noches más brillantes, por lo que el título se fue decantando pronto para España. Zona a zona, punto a punto, Bou, Raga y Cabestany fueron abriendo hueco, y al término de la primera vuelta el título ya estaba decidido.

Con el cetro en la mano, el dream team del trial español se dedicó a agradecer con las mejores piruetas y acrobacias el calor que el público derrochó hacia los pilotos españoles. De hecho, la grada se entregó en todo momento con la selección, pero no dudó en animar a los ingleses e italianos en una noche en la que, más allá del resultado, había acudido a Vista Alegre para disfrutar del mejor trial del mundo.

El título ya estaba decidido y sólo quedaba esperar para comprobar la diferencia por la que España iba a sumar su sexta corona, confirmándose como la gran dominadora mundial del trial en pista cubierta. Los pilotos españoles siguieron mostrando su calidad en cada zona, en las carreras uno contra uno, en la cascada y en los espectaculares saltos de altura, los más aplaudidos por un público entregado. Sin lugar a la sorpresa, España confirmó lo que todos sabían: a día de hoy, es la mejor del mundo.