Abengoa anuncia a sus empleados que no puede pagar las nóminas de febrero
Su presidente admite en una carta a todos los trabajadores que la falta de acuerdo por ahora con bonistas y acreedores impide afrontar los pagos pero confía en una pronta solución
La multinacional andaluza Abengoa, actualmente en preconcurso de acreedores, anunció ayer por carta a sus trabajadores que no podrá pagar la nómina de febrero, al no haber fructificado aún las negociaciones con los acreedores financieros y los bonistas. La empresa sevillana negocia a contrarreloj su plan de viabilidad que, de ser finalmente aprobado, la salvaría de entrar en concurso. Al no haberse producido aún ningún acuerdo, presumiblemente no habrá inyección urgente de liquidez antes del 29 de febrero, y por tanto, la compañía no podrá abonar las nóminas correspondientes a este mes.
Estaba previsto que una nueva línea de liquidez que se negociaba con los fondos de inversión propietarios de bonos aportara 165 millones de euros para pagos urgentes, pero las peticiones de los bonistas -acciones de Abengoa Yield en garantía de pago y un interés del 25%- han impedido, de momento, el acuerdo. Un acuerdo que sí se produjo en diciembre con la banca, que aportó 107 millones de euros en esas fechas.
El presidente de Abengoa, José Domínguez Abascal, se muestra en la carta consciente "del grave perjuicio que esto causa a un gran número de empleados" y mantiene la esperanza de que la situación se resuelva en los "próximos días". También informa de que, pese a no poder pagar los sueldos de febrero, la empresa está "en la recta final" para cerrar un preacuerdo para la reestructuración financiera. "Confío en que seremos capaces de lograrlo en los próximos días y que a partir de ahí podamos garantizar la viabilidad futura de la compañía". La fecha límite para el acuerdo es el 28 de marzo, que es cuando acaba el plazo de negociación con los acreedores que marca la ley concursal para el preconcurso.
Abengoa cuenta con 24.000 trabajadores en todo el mundo, de los que 6.500 están en España, la mayor parte de ellos en Sevilla. Fuentes conocedoras de la situación informaron a Efe de que el impago de las nóminas afectará sobre todo a los trabajadores en España, ya que las filiales extranjeras aún disponen de circulante.
La pasada semana, el grupo de ingeniería y energías renovables presentó un plan de viabilidad industrial que estimaba que una nueva Nueva Abengoa operativa tendría un valor neto estimado de unos 5.395 millones de euros, aproximadamente siete veces más que si la empresa fuera finalmente liquidada. En ese plan, la compañía cifra unas necesidades de liquidez de 826 millones de euros para este año y de 304 millones más para 2017. Asimismo, estima otras necesidades de "garantías técnicas" para poder iniciar pedidos, por un valor de unos 525 millones de euros. Abengoa plantea a sus acreedores financieros que se queden con el 95% de la compañía a cambio de asumir quitas de hasta el 70% de su deuda corporativa. Eso significaría reducir el endeudamiento corporativo, actualmente valorado en 9.500 millones de euros, a un tercio de la cifra actual.
La hoja de ruta de la compañía, elaborada junto a Álvarez & Marsal, se basa en completar la mayor parte de proyectos de la cartera existente, centrándose en maximizar el valor y reducir al mínimo las necesidades de efectivo, y en enfocarse sobre todo a las actividades de ingeniería y construcción para terceros (proyectos en mano). Contempla desinversiones por valor de 1.500 millones de euros.
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