Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
Gonvarri Steel, filial de Corporación Gestamp, retiró ayer la oferta anunciada el pasado ocho de noviembre para convertirse en el primer accionista de Abengoa. La renuncia de la compañía integrada en el holding de la familia Riberas se debe a las dificultades para sacar adelante la operación, especialmente por la reticencia de la banca para aportar el "importante paquete de apoyo financiero" al que había condicionado la operación, según el acuerdo anunciado el pasado ocho de noviembre. Este apoyo consistiría en la concesión por parte de la banca de una línea de liquidez para Abengoa por valor de 1.500 millones de euros. Además, Gonvarri pedía retrasar la ejecución del plan de venta de activos lanzado por Abengoa.
La decisión de la filial de Corporación Gestamp -que se filtró tras el cierre de la sesión de ayer de la bolsa de Madrid- deja en el aire la hoja de ruta que se había marcado la compañía andaluza para recapitalizarse. La inversión de Gonvarri garantizaba el éxito de la ampliación de capital de 650 millones de euros anunciada por Abengoa el pasado verano. Esta medida se complementaba con un ambicioso plan de desinversiones con el que la multinacional andaluza esperaba ingresar 1.200 millones de euros en 2016 y reducir su apalancamiento. También se había fijado una limitación anual del importe de las nuevas inversiones y se había suprimido el abono del dividendo hasta que mejorara su calificación crediticia.
La compañía andaluza esperaba cerrar la entrada de Gonvarri y la ampliación de capital antes de final de año, según anunció el consejero delegado del grupo andaluz, Santiago Seage, en la conferencia con analistas celebrada el pasado 13 de noviembre con motivo de la presentación de los resultados del tercer trimestre. En ellos, Abengoa se anotó 194 millones de pérdidas como consecuencia del ajuste del valor en libros de su participación en Abengoa Yield, que supuso un impacto negativo de 198 millones de euros. La compañía andaluza se verá obligada a rediseñar la ampliación de capital, cuyos detalles dará a conocer hoy en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores antes de la apertura de los mercados, según ha podido saber este medio.
Gonvarri se había comprometido a invertir 350 millones de euros para hacerse con el 28% del capital y convertirse en el primer accionista de Abengoa. La inyección de capital se iba a ejecutar en dos fases. En primer término, Gonvarri suscribiría una ampliación de capital cerrada por valor de 250 millones de euros. A renglón seguido, aportaría otros 100 millones en una ampliación abierta a otros inversores por un importe de 400 millones de euros. Esta segunda ampliación estaría asegurada por Banco Santander, HSBC y Crédit Agricole, garantizando así la colocación de los títulos en el mercado.
Si la renuncia de Gonvarri es definitiva y no obedece a una estrategia de negociación para alcanzar un mejor acuerdo con la banca, Abengoa se enfrenta a una gran incertidumbre que no sólo puede aumentar la volatilidad de su cotización bursátil. Su auditor, Deloitte, advirtió en el informe de las cuentas del tercer trimestre, que si no salían adelante las medidas puestas en marcha por Abengoa para sanearse, encontraba "dudas significativas sobre la capacidad para continuar como empresa en funcionamiento".
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