Maarten Wetselaar posa para la entrevista con este periódico.
Maarten Wetselaar posa para la entrevista con este periódico. / José Ramón Ladra
Alberto Grimaldi

09 de abril 2022 - 06:15

Madrid/Con una extensa experiencia en el negocio energético, Maarten Wetselaar (Leiden, Países Bajos, 1968) se incorporó a Cepsa en enero de este año para liderar la ambiciosa transformación de su negocio en la transición ecológica. Los primeros pasos de esa transformación se plasman en el nuevo plan estratégico presentado la semana pasada. En esta entrevista, el directivo, que proviene de Royal Ducth Shell, donde era responsable de las energías renovables en más de 38 países, detalla algunos de esos planes y su destacable incidencia en Andalucía.

–Cepsa aspira a liderar la transición energética en España en el próximo decenio. Y para ello, acaba de trazar un nuevo plan estratégico. ¿Hasta cuándo prevé que mantendrán la actividad de refino de petróleo, por qué de momento no le ponen fecha de caducidad?

–En realidad, nuestro negocio de refino genera muchas sinergias con los nuevos negocios que vamos a desarrollar a futuro en las plantas industriales de Huelva y Campo de Gibraltar, como el negocio del hidrógeno y los biocombustibles, que son negocios vinculados con las moléculas verdes. Vamos a construir la nueva infraestructura energética junto a nuestra infraestructura tradicional, para aprovechar al máximo las sinergias y las interdependencias existentes. A largo plazo, produciremos muchos combustibles verdes principalmente para España y para Europa, pero también seguiremos produciendo combustibles tradicionales para el norte de África, donde el mercado sigue creciendo un 5 % cada año, y donde requieren importaciones, cantidades cada vez mayores de Diesel y gasolina. Con una refinería en el centro de Europa no se puede servir a esos mercados, pero si desde nuestros complejos industriales con puertos cercanos al continente africano.

–La compañía siempre ha creído muy importante mantener las refinerías en las ubicaciones estratégicas que tiene, frente a otras decisiones que han desmantelado un buen número de instalaciones similares en Europa. ¿La coyuntura actual nos demuestra que no fue un error?

–Exacto, por dos razones. Por una parte, creo que para España es importante que dispongamos de suficiente capacidad de refino para atender el mercado. Como país, es muy importante de cara a la seguridad e independencia energética tener suficiente capacidad de refino. Y como empresa, sabemos que, al estar integrados con la red de estaciones de servicio, tenemos acceso a nuestra propia gasolina, nuestro propio gasóleo y nuestros propios productos energéticos. En los mercados actuales, con precios altos, eso supone una clara ventaja. Andalucía es la mejor ubicación para liderar la transición energética en Europa. Contar con más horas de sol y viento posibilita que podamos tener electricidad renovable más barata y por lo tanto, que podamos desarrollar hidrógeno verde y biocombustibles de manera más competitiva que el resto del continente. Además, nuestras instalaciones en Huelva y Campo de Gibraltar, de las más eficientes e innovadoras de Europa, están en dos importantes enclaves industriales donde están presentes grandes compañías y cercanos a puertos de referencia internacional, que ofrecen una localización única para el acceso a materias primas y la exportación de productos energéticos. Nos alegramos de haber conservado la refinería porque representa los cimientos para crear una nueva infraestructura de hidrógeno y biocombustibles, no solo para procesar energía, sino también porque son emplazamientos industriales autorizados, seguros, innovadores y altamente competitivos.

–¿Andalucía entonces es estratégica?

–Sí, contamos con la ventaja de tener un gran equipo humano y una gran cantidad de vínculos con las universidades e instituciones científicas, por supuesto, con la sociedad, con los grupos de interés, con la que mantenemos una apuesta constante por el diálogo, por lo que el talento de Andalucía siempre está encantado de venir a trabajar para Cepsa, y esa es una base muy importante que aprovechar. Asimismo, las relaciones con las administraciones, tanto regional como provinciales y locales, son muy estrechas, absolutamente transparentes, para potenciar al máximo las inversiones que vamos a acometer.

–El plan estratégico prevé un intenso ritmo de inversiones para adaptarse a la fuerte transformación que verá el mercado energético con hasta 8.000 millones. ¿Es suficiente para el reto que se plantea?

–Es un plan muy ambicioso, en el que Andalucía será la principal beneficiada. Vamos a transformar la compañía para convertirla en el líder de España y Portugal en movilidad y energías sostenibles. Más del 60% de las inversiones se destinarán a negocios sostenibles, lo que permitirá que nuestro beneficio operativo (EBITDA) vinculado con la energía verde pase de tener muy poco peso en 2022 a más de la mitad en 2030. Son muchas las cosas que queremos hacer a lo largo de esta década. Con este impulso, la compañía seguirá invirtiendo en la siguiente década claramente en los nuevos combustibles para seguir creciendo.

–¿Los dos Parques Energéticos de Cepsa en Andalucía tienen espacio suficiente para ubicar las nuevas necesidades?

–Sí, la disponibilidad de suelo en el parque energético de Huelva es muy buena. También en San Roque, aunque está más restringida.

–Su gran apuesta es convertir las dos refinerías, ambas andaluzas, en productoras de Hidrógeno, además de en combustibles sostenibles. Todavía hay escepticismo respecto al hidrógeno verde, ¿qué le ha llevado a Cepsa a hacer esa apuesta?

–Nos estamos centrando mucho en el hidrógeno verde, pero también en los biocombustibles y, en cierta medida, en el biogás. Esta estrategia no parte de una lógica industrial, sino de las necesidades de nuestros clientes. Todos ellos, desde la aviación, transporte por carretera o marítimo o industriales, tienen como prioridad descarbonizar el uso que hacen de la energía. Todos entienden que electrificar su demanda energética es una forma relativamente sencilla de descarbonizar, porque pueden comprar energía solar y eólica. Pero muchos de estos clientes, que mueven aviones o transporte pesado, o trabajan con fertilizantes o gestionan fábricas o grandes barcos, no pueden electrificarlos, así que necesitan combustibles verdes, y los únicos dos combustibles verdes con cero emisiones son los biocombustibles y el hidrógeno verde. Vemos que la demanda de energías renovables es muy fuerte, pero también es mucha la oferta. Sin embargo, la demanda de combustibles y moléculas verdes es también muy importante, pero no así la oferta, porque es un negocio mucho más complejo y difícil. Cepsa cuenta con una gran experiencia y trayectoria a la hora de tratar estas moléculas y por eso creemos que tenemos una ventaja para diferenciarnos en el mercado.

El CEO de Cepsa durante la entrevista en la sede de la compañía en Madrid.
El CEO de Cepsa durante la entrevista en la sede de la compañía en Madrid. / José Ramón Ladra

–¿Tiene Cepsa garantizada la energía eléctrica renovable para la producción de hidrógeno verde separando del agua las moléculas de hidrógeno y oxígeno?

–Necesitaremos mucha electricidad solar y eólica para desarrollar un negocio de hidrógeno verde de gran envergadura. Y por eso también estamos construyendo centrales solares y eólicas, con el fin de atender nuestra propia demanda, no para vender electricidad al mercado, pudiendo así volver a integrarnos en toda la cadena. Hemos anunciado que construiremos o gestionaremos hasta siete gigavatios (GW) de electricidad renovable para abastecer nuestro negocio.

–¿Veremos una distribución de hidrógeno al nivel que hoy existe de gas natural?

–Creo que parte de los mercados a los que hoy sirve el gas natural y a los que mañana servirá el hidrógeno se solaparán, sobre todo en lo que respecta a la industria o los fertilizantes. El hidrógeno tendrá un mayor peso en el transporte por carretera y marítimo, porque actualmente el gas natural constituye una parte muy pequeña en este ámbito. Donde probablemente tenga menos mercado que el gas natural, de momento, es en la calefacción de los hogares.

–¿Y en movilidad, llegará el hidrógeno a ser el principal combustible? Lo digo porque ustedes plantean en ese negocio una red de carga para vehículos eléctricos alimentados por baterías y no por pila de combustible.

–Tenemos previsto construir una red nacional de recarga eléctrica en nuestra red de estaciones de servicio. Desplegaremos veinte puntos a la semana y tendremos cobertura en todo el país, no solo con nuestra red, sino asociándonos también con Endesa. A la vez, creemos que el hidrógeno se adapta mejor al transporte pesado, que necesita menos estaciones. Construyendo hasta cien estaciones con hidrógeno en España y Portugal, podemos crear una cobertura nacional para camiones. Es muy posible que una vez que exista esa red, también la utilicen los turismos que funcionan con hidrógeno, al igual que hoy en día hay turismos que funcionan con diésel, gasolina y GLP. Creo que en el futuro tendremos turismos que funcionen con baterías, pero también turismos que lo hagan con hidrógeno.

–¿Si el mercado de coches de particulares apuesta por el hidrógeno y desplaza a las baterías, estarán en una posición ventajosa para dar ese servicio en las estaciones?

–En el caso de los turismos, son pocos los fabricantes de automóviles que fabrican modelos de hidrógeno actualmente. Toyota es uno de ellos. Creo que la industria automovilística está centrada en los vehículos de baterías eléctricas para turismos. Pero una vez que exista la infraestructura de hidrógeno gracias al sector del transporte pesado, es probable que haya más empresas de automóviles que produzcan modelos de hidrógeno. En ese momento, sin coste adicional, podemos ofrecer el servicio a los turismos, aprovechando esta ventaja.

–¿Cómo encajan sus planes de vender el negocio químico en este plan estratégico?

–La orientación estratégica del negocio de productos químicos es un proceso independiente, en el que estamos valorando todas las opciones. Los productos químicos de Cepsa son un buen negocio, cada vez más sostenible, coherente con la estrategia que hemos presentado. Por tanto, cualquier posible resultado de este proceso de revisión será válido.

–Los parques energéticos de Cepsa tienen muy buena salida al mar, ¿será Cepsa pionera en la transformación del transporte marítimo?

–Sí, tiene toda la razón, somos el mayor proveedor de combustibles para barcos, con nuestro bunkering, en España. De hecho, con las dos ubicaciones principales que tenemos en Andalucía, estamos mejor situados que nadie para ofrecer amoníaco verde, metanol verde o hidrógeno verde. Sea cual sea la solución que adopte el sector marítimo, podemos producirla y distribuirla, así que creemos que estamos muy bien situados para beneficiarnos de la oportunidad marítima desde ambas plantas. Podemos producirlos recurriendo también a alianzas con partners. En el caso del amoníaco verde, probablemente sería con una empresa de fertilizantes, porque no producimos amoníaco nosotros mismos, pero hay empresas de fertilizantes cerca de nuestras instalaciones con las que podemos asociarnos. Eso también representa una parte importante del cambio. Anteriormente, la empresa hacía todo por su cuenta. En el futuro debemos colaborar en mayor medida con nuestros socios para aportar soluciones de transición energética a nuestros clientes. Ciertamente, la oportunidad marítima es importante para nosotros. Ese sector irá cambiando lentamente, pero es un gran sector, así que si podemos ser el principal proveedor de soluciones.

–¿Cómo va a evolucionar el negocio de la exploración a medio y largo plazo?

–El crecimiento estratégico de la empresa se dirige hacia los combustibles verdes, por lo que nuestra inversión de crecimiento va en esa dirección. No obstante, está claro que el mundo sigue necesitando petróleo y nosotros disponemos de un sólido negocio de Exploración y Producción con un fuerte punto de partida. Lo que no vamos a hacer es ampliar este negocio en nuevas ubicaciones, sino multiplicar el valor de las ya existentes en Abu Dabi, Argelia y Latinoamérica. Así pues, invertiremos igualmente en estos emplazamientos existentes, que podrán ser una fuente de flujo de caja para que el negocio verde crezca.

–¿Cómo se van a financiar esas inversiones de entre 7.000 y 8.000 millones de euros? ¿Cepsa volverá a Bolsa?

–El plan es que sea autofinanciado. Generaremos flujo de caja suficiente con nuestro negocio actual para costear el programa de inversión de entre 7.000 y 8.000 millones, manteniendo nuestras cuentas en orden y destinando dividendos a nuestros accionistas.

–¿Y la salida a Bolsa?

–Respecto a la salida a Bolsa, no está previsto cambiar la estructura de propiedad de la empresa. Primero queremos acometer una significativa transformación y luego nuestros accionistas decidirán lo que quieren. Para nosotros supone una ventaja el hecho de ser propiedad privada de dos accionistas que respaldan nuestra estrategia, para que podamos ejecutarla en los próximos años e ir más rápido que nadie. Es una forma más sencilla y rápida de cambiar la empresa. Creo que, sobre todo durante la transformación, tener un accionariado sencillo supone toda una ventaja.

stats