Telepizza busca nuevos formatos para entrar en municipios pequeños de Andalucía
La cadena se abre a fórmulas que no sean la tienda estándar, como establecimientos con menos superficie, temporales en costa, 'containers' o 'foodtrucks'
Ha abierto 42 tiendas en la región en los últimos cinco años y copa el 62% de los establecimientos de pizzas en la región
Está presente en todos los pueblos que tienen más de 30.000 habitantes
Telepizza llega en moto y con todo su sabor a Carmona
Telepizza, la cadena de pizzerías que cumple 35 años en este 2022 y que es propiedad de Food Delivery Brands (también dueña de Pizza Hut), quiere pisar aún más fuerte en Andalucía.
Según informa Raúl Garrido, su director regional en la Zona Sur, en los últimos cinco años -con pandemia de por medio- la marca ha sumado 42 nuevas tiendas en Andalucía (de las 145 aperturas a nivel nacional), hasta contabilizar 133 en total (hay 718 en España).
Con este número, afirma, Andalucía es la comunidad "con más capilaridad y más tiendas de España y suma más de 2.000 empleados", asegura Garrrido. Pese a la creciente competencia de otros operadores, Telepizza aún copa, continúa, el 62% del total de las tiendas de pizzas que hay en la región, "lo que significa que, con seguridad, tenemos más del 50% de la cuota de mercado". La mayor concentración se da en Sevilla, con 34 tiendas, seguida de Málaga, con 24, y Cádiz, con 21
"A nivel nacional ya hemos cubierto el gran objetivo de estar en todas las poblaciones de más de 40.000 habitantes y aquí estamos ya en a las poblaciones de más de 30.000. A partir de ahí nos planteamos otros objetivos: no nos imponemos una tienda estándar para abrir, podemos tener nuevos modelos y no nos ponemos freno", afirma Garrido. Telepizza, pues, está dispuesta a escuchar "nuevas propuestas" y, también, a entrar en cualquier población, por pequeña que sea, siempre que haya posibilidad de negocio.
En los últimos años, por ejemplo, ha abierto una tienda temporal en Matalascañas (un local de 80 metros cuadrados en una esquina de un centro comercial), que solo abre en el Puente de Andalucía, en Semana Santa y de junio a septiembre. En Isla Antilla hay otro modelo similar y en Mazagón una tienda que "abre todos los días del año, en una población de menos de 2.000 habitantes". Otro formato es del los 'containers'. Se instaló uno ya en el pico del Veleta durante los mundiales de esquí de Sierra Nevada, hace 25 años, y ahora hay un Telepizza justo en la falda de la montaña. En las localidades jiennenses de Alcalá La real y Baza hay dos foodtrucks, un modelo muy adecuado para festivales y ferias. Y Garrido también aventura la posibilidad de tiendas hechas con materiales propios de casas prefabricadas.
En cualquier caso, lo normal es que la expansión venga de tiendas convencionales de entre 120 y 200 metros cuadrados. "Nuestro objetivo es poder llevar una pizza a cualquier punto de Andalucía; ahora mismo hay un establecimiento a 8,5 minutos de cualquier punto en España, cifra que se rebaja a siete minutos en la región". La región es, por otro lado, la que tiene el mayor porcentaje de franquiciados de España, el 99% del total. Solo dos tiendas, las dos de Jerez, son propias.
Esta búsqueda de una mayor capilaridad (en España se prevé que abran 25 tiendas en 2022) va aparejada con una campaña de relanzamiento de la marca. Telepizza ha renovado la receta original con "una masa más consistente y esponjosa que facilita el proceso de estirado en tienda y garantiza un grosor uniforme; una nueva salsa de tomate sin freír y sin aceites añadidos y aliñada con orégano; y un nuevo queso fundido, 100% lácteo, que aporta mayor cremosidad a la pizza", informa la cadena.
Telepizza es la única cadena que fabrica su propia masa y, por tanto, es responsable de todo el proceso. Éste dura diez días y comienza en en su fábrica en el municipio de Daganzo de Arriba (Madrid). Allí se prepara durante siete días y después pasa a tienda, donde está 72 horas en fermentación. Después llega el amasado y el estirado a mano en el propio establecimiento, justo antes del horneado. "Es un proceso manual, el maestro de masa se encarga de estirarlas una a una, con harina. Saca un borde de un centímetro, para que la masa quede homogénea por todos los sitio. Eso hace que cuando pase por el horno la miga se mantenga en el mismo grosor y sea más esponjosa", afirma Garrido.
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