La UE intenta sacar a Italia y España del peligro
La prima de riesgo española alcanza los 335 puntos por culpa de las dudas sobre el sistema financiero italiano.
Bruselas/Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona escenificaron este lunes en Bruselas un nuevo acto de unidad en torno a la grave crisis de endeudamiento de Grecia, cuyo segundo rescate comenzaron a preparar, con el objetivo puesto en evitar un contagio a uno de los grandes socios de la moneda única, Italia. "Europa está preparada para defender a la zona euro", aseguraba el ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager, en medio de las últimas tensiones en torno a la economía del país transalpino por su elevada deuda pública, lejos de los parámetros del Pacto de Estabilidad.
Roma está bajo la lupa de las agencias de calificación de riesgo Standard & Poor's y Moody's, que advirtieron al primer ministro, Silvio Berlusconi, sobre una posible rebaja en su calificación, por el magro crecimiento de la economía transalpina y el alto nivel de endeudamiento, por encima del 120 por ciento del PIB, cuando el Pacto de Estabilidad fija un techo del 60 por ciento.
En medio de esta nueva coyuntura, que agrega más incertidumbre a la eurozona, con tres socios rescatados, Grecia, pendiente de un segundo rescate, además de Irlanda y Portugal, la Unión Europea (UE) y el Banco Central Europeo (BCE) mantuvieron este lunes una reunión extraordinaria no solo para frenar un posible contagio a Italia, sino también a España, cuya prima de riesgo alcanzaba una cota histórica, en torno a los 335 puntos básicos.
Los encuentros, promovidos por el presidente del Consejo de la UE, Herman van Rompuy, se produjeron casi simultáneamente a un encuentro del Eurogrupo en el cual, precisamente, se abordaron ambas temáticas. Al encuentro asistieron el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, el comisario de Asuntos Económicos del bloque comunitario, Olli Rehn, y el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Trichet, así como observadores del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Fuentes de Bruselas quisieron, sin embargo, restar dramatismo al encuentro y en lugar de calificarlo de "reunión de emergencia", prefirieron etiquetarlo de "encuentro de coordinación", eufemismo que no oculta la gravedad de la situación en torno a la crisis de endeudamiento de Atenas y sus posibles derivaciones a otros socios. En ese esfuerzo por quitar hierro a la situación, el ministro germano de Finanzas, Wolfgang Schauble, aseguró que entre los 27 socios no hay temor en cuanto a la solidez de Italia. "Italia está en el buen camino", dijo.
"Italia debe enviar una señal importante mediante el acuerdo de un presupuesto que cumpla las necesidades de austeridad y consolidación (...) Alemania y todos sus socios están firmemente decididos a defender la estabilidad del euro", reclamaba horas antes la canciller germana, Angela Merkel.
La vicepresidenta económica y ministra de Economía española, Elena Salgado, consideraba que Italia no necesita un rescate de la UE o del FMI, a pesar de sus problemas de endeudamiento. "En mi opinión, Italia puede salir de esta situación por sí sola con la ayuda de todos. Todos necesitamos la ayuda de todos, pero no una ayuda financiera", comentó.
Para agregar mayor volatilidad a la situación, según datos filtrados por fuentes diplomáticas de la UE, los resultados de las nuevas pruebas de estrés a la banca europea, que se conocerán este viernes, serán malos, con varias entidades (incluidas varias cajas de ahorro españolas) que no lograrán pasar los exámenes.
Por otro lado, los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona debatieron los flecos pendientes del segundo rescate a Grecia, por valor de entre 90.000 y 120.000 millones de euros, tras el fracaso de la primera ayuda a Atenas, por 110.000 millones pactada el año pasado por la UE y el FMI. Contrariamente a lo que se pensaba hasta hace unos días, no se prevén decisiones definitivas en el Ecofin (27 socios). El tema quedará pendiente para un reunión posterior del Eurogrupo a fines de agosto o principios de septiembre. El problema central gira en torno a los detalles de la participación, voluntaria, de los acreedores privados, bancas y aseguradoras en ese segundo rescate. Alemania y Austria, junto con Finlandia, son los principales valedores de esta iniciativa para que se reparta la carga. Es, precisamente, el carácter voluntario u obligatorio (parcial o total) lo que enfrenta al Banco Central Europeo con Berlín. La entidad de Fráncfort subraya que debe ser voluntario, pero Merkel considera que ello no es realista y se reafirma en su postura inicial sobre la obligatoridad de la medida.
No obstante, las cosas se complican minuto a minuto. A pesar de que parecía que el segundo rescate a Atenas estaba ya sobre raíles, la agencia de calificación Standard & Poor's echó un jarro de agua fría la semana pasada a la propuesta gala para que bancos y aseguradoras tomaran parte en este nuevo salvamento. La agencia aseguró que esa iniciativa de París, que contemplaba invitar a los bancos a reinvertir el 70 por ciento de los bonos griegos que venzan en los próximos años en deuda nueva a 30 años, sería calificado como suspensión de pagos. El segundo paquete de rescate a Grecia debería permitir al país mediterráneo, que se sumó al bloque en 1981, aguantar al menos hasta 2014 sin caer en la suspensión de pagos.
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