La aeronáutica sevillana Indaero entra en Estados Unidos y se prepara para un gran salto en aviación civil

La firma, conocida por su modelo de gestión sin jefes, logra la prestigiosa certificación POA, que le permite hacer trabajos para los clientes finales sin depender de intermediarios

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Fotografía de familia de los trabajadores de Indaero
Fotografía de familia de los trabajadores de Indaero / Juan Carlos Vázquez

La sevillana Indaero es conocida por su innovador modelo de gestión sin jefes. Pero es mucho más que eso. Fundada en 1969, dio el salto a la aeronáutica en 2002 y se convirtió en un referente en la fabricación de todo tipo de etiquetas para los aviones de Airbus Defence and Space.

Con el tiempo, ha ampliado su actividad hasta abarcar una gran variedad de productos y servicios tanto en el ámbito aeronáutico como en el espacial.

En aeronáutica, Indaero participa en el montaje de interiores de aeronaves y fabrica protecciones (conocidas como covers) para las entradas de distintos equipos. En el sector espacial produce deployers, unos dispositivos que actúan como interfaz entre el satélite y su plataforma de lanzamiento. A día de hoy, más de 4.500 piezas fabricadas por Indaero viajan por el espacio a bordo de satélites de todo el mundo.

Esta variedad de trabajos ha sido posible por los múltiples procesos en los que trabaja Indaero, que van desde el diseño y fabricación de piezas mecanizadas, paneles interiores y exteriores (dentro de los componentes metálicos) a piezas termoformadas, señalización interior y exterior y componentes textiles (dentro de los componentes no metálicos).

La certificación POA, un hito que le abrirá puertas a la empresa

Ahora se prepara para dar un nuevo salto de gigante, ya que ha conseguido la Aprobación como Organización de Producción POA para todos estos procesos.

Se trata de una certificación europea que permite que la empresa “pueda fabricar directamente componentes para los clientes finales sin necesidad depender de grandes fabricantes como intermediarios”, explica Lucía Mateos, del departamento de Desarrollo de Negocio de Indaero. En aviación civil, a la que se circunscribe la certificación POA, esto abre un mundo de posibilidades para la firma sevillana, que es la primera pyme de Sevilla y la segunda de Andalucía que consigue esta certificación. “Muchas empresas de aquí están limitadas a defensa porque la aviación civil tiene ese parapeto”, asegura Julián Giménez, también del departamento de Desarrollo de Negocio de la compañía. En España solo 30 empresas tienen POA y en Andalucía están Airbus, Alestis y M&M. Pero, explica Julián, la mayoría de las firmas están especializadas en productos muy específicos, “mientras que el alcance de nuestra certificación es muy amplio”.

Con este aval, Indaero espera dar un salto cualitativo y conseguir proyectos de mayor envergadura, con el objetivo de continuar una senda de crecimiento casi exponencial. En 2024 la facturación ascendió a 3,5 millones, un 50% más que en el año anterior, y la proyección para este año es acercarse a los cuatro millones de euros. “Se nos solicita (por parte de Krisos, el fondo de inversión propietario de la firma) proyectar crecimientos importantes”, asegura Lucía Mateos. La plantilla, en continuo avance, se sitúa ahora en el entorno de las 50 personas.

Ahora mismo, con la certificación POA tiene varios frentes abiertos con empresas de España, Oriente Medio, La India y Europa, y hay interés por parte de clientes sobre todo en la renovación de aeronaves, lo que se conoce como retrofitting.

Trabajos en Indaero
Trabajos en Indaero / Juan Carlos Vázquez

Inicio de la expansión en EEUU

Indaero también está iniciando su expansión en Estados Unidos, donde acaba de conseguir su primer contrato para el suministro de repuestos, en este caso con la filial de Airbus en el país. La idea es que este primer paso sea la puerta de entrada de más contratos. “Ya hemos visto que hay demanda de nuestro producto allí, tenemos una base”, dice Julián Giménez. Indaero mantiene sus planes de expandirse en este territorio pese a los aranceles y de hecho hace una semana estuvo en misión comercial en Atlanta. Actualmente, el 30% de la facturación de Indaero corresponde a exportación, en su práctica totalidad a Europa.

Por otro lado, la empresa ha aprovechado su ‘know how’ para entrar en el sector médico, “que tiene también muchos requisitos técnicos y de calidad a la hora de la fabricación de componentes a los que podemos hacer frente”, afirma Lucía Mateos. De momento, solo representa el 3% de la facturación. También va a apostar por fabricar “productos propios” para tenerlos en ‘stock’ y venderlos, y no solo a petición de los clientes, ya la firma cuenta con un departamento de ingeniería propio, y muchas veces diseña los productos de encargo desde cero. El cliente únicamente especifica su necesidad y a partir de ahí Indaero ofrece la solución.

Participación en el satélite Alpha, primero íntegramente andaluz

Indaero participa también en el consorcio de empresas, clústeres y universidades que va a lanzar Alpha, el primer satélite íntegramente andaluz. Sus responsables aseguran que ahora están a la espera de obtener ayudas de la línea de financiación lanzada por la Junta de Andalucía para satélites. “Si tenemos apoyo público, estamos seguros de que se va a poder lanzar. Quizás ya este año es muy difícil (esa era la previsión), pero el proyecto sigue avanzando”, afirma Julián Giménez, quien recuerda la complicación de llevar a cabo una iniciativa de este tipo, ya que hay piezas de proveedores que pueden tardar un año en llegar; y luego las ventanas de lanzamiento son muy pocas, ya que en España no hay muchas empresas especializadas en realizarlos.

Un modelo de gestión sin jefes

El fondo Krisos, impulsado por dos españoles y tres holandeses, adquirió Indaero en el verano de 2023 e implantó el modelo de autogestión, sin jefes. No es una experiencia pionera, ya que ya hay otros grupos, como Corporate Rebels, que la han experimentado con éxito. Hay camino recorrido, en España sobre todo en el País Vasco. En Andalucía sí es pionera Indaero.

La gestión de la empresa se organiza en tres foros: uno que se llama “de pilotaje”, que es donde se toman las decisiones estratégias y tecnológicas; otro que es el de “compromiso”, que gestiona las tareas del día a día; y otro de “relaciones”, que es el de recursos humanos. Cada departamento se autogestiona, y son sus miembros quienes deciden quienes van a ser sus representantes.

Los sueldos se deciden a partir de un comité de voluntarios, que elabora una propuesta y que luego aprueba toda la empresa. A partir de ahí puede haber incrementos, pero siempre se hacen a partir de la valoración de los compañeros, no hay una decisión directiva. En cualquier caso, el sueldo más alto nunca puede ser dos veces y medio superior al más bajo.

Todo está protocolizado, también la resolución de conflictos. “Lo principal es que hay una formación previa, con el objeto de resolver los problemas que puedan surgir”, explica Lucía Mateos, que añade: “Tú no puedes decidir si puedes aumentar el sueldo a una persona o a un departamento sin tener formación o conocimiento de la economía de la empresa. Necesitas formarte”.

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