El 85% de la agroindustria andaluza abrirá canales de venta directa al cliente
El hundimiento de la hostelería por el virus lleva a las empresas a intensificar sus esfuerzos en digitalización y a intensificar la presencia internacional, según una encuesta de KPMG y Landaluz
La disposición a hacer compras corporativas o establecer alianzas va en aumento
Es indudable que el sector agroalimentario español y andaluz ha resistido mejor la crisis, pero también lo es que las especiales circunstancias que ha traído la pandemia han propiciado un cambio profundo en el sector que va a marcar los próximos años.
Eso es lo que refleja el 'VI estudio del sector agroalimentario en Andalucía', realizado por KPMG en colaboración con la Asociación Empresarial Alimentos de Andalucía (Landaluz). En la encuesta incluida en el informe, realizada precisamente a empresas de Landaluz, se constata la previsión de dar un salto en digitalización, de potenciar la internacionalización, de ir a productos más sostenibles y saludables o de crear una línea directa de venta al cliente, entre otras cosas.
El cierre del canal horeca está obligando a estas empresas a modificar en parte su estrategia y establecer una relación más directa con el consumidor. De ahí que, a juzgar por la encuesta, la mayoría de las compañías prevean aumentar la inversión: el 45% la incrementará en 2020 y el 60% prevé elevarla en 2021. El año que viene sólo el 13% estima que reducirá su apuesta inversora.
¿Y dónde irá esa inversión? Las respuestas a la pregunta de qué palancas van a ser claves para el crecimiento de la empresa ofrecen pistas. En primera posición figura la digitalización, considerada como el principal factor de avance por el 53% de las empresas. En 2019 sólo lo consideraba así el 15%. Dentro de este apartado lo que se considera más esencial es el 'big data' (así lo ve el 50%, frente al 30% de 2019), lo que refleja la importancia que cobra el conocimiento en profundidad del consumidor en este 2020; y lo segundo la robotización (33%).
Las ventas se elevan un 36% desde 2013
La primera parte del estudio de KPMG está dedicada a las cuentas económicas, a partir de una muestra de 20 empresas. De ahí se deduce que la industria agroalimentaria andaluza es solvente y tiene una buena situación de patrimonio. Ha incrementado las ventas un 36,8% desde 2013 (un 3,53% en 2019) y el resultado de explotación sólo ha caído en 2016 desde ese año. De las 20 empresas analizadas, nueve aún no superan los 50 millones de facturación.
El segundo factor clave, tras la digitalización, es la internacionalización, con un 48%. En 2019 era la principal palanca de crecimiento, con un 65%, pero eso no es indicador de pérdida de importancia sino más bien de la fuerte irrupción del factor digital. De hecho, el 68% quiere incrementar su presencia en el exterior en 2021.
Detrás van rentabilidad del negocio, expansión nacional y sostenibilidad, elemento este último que crece muchísimo. Llama la atención, por otro lado, la menor resistencia a las alianzas, compras o fusiones: el 15% de los encuestados prevé operaciones corporativas, frente al 0% de 2019 y el 17% cooperación con otras empresas, frente al 8% previo.
El informe de KMPG dedica a un apartado a un aspecto de la digitalización al que parece que pocos van a desdeñar. Se trata del concepto 'direct to consumer', es decir, la venta directa al consumidor. El 85% tiene pensado crear un canal en los próximos tres años, y ello a pesar de que el sector es consciente de que no representará un porcentaje relevante en las ventas totales (el 43% lo sitúa entre el 5% y el 10%). Según el estudio "su desarrollo supone para las
marcas un reto para integrarlo y complementarlo en su estrategia de canales (de venta) y a la vez una gran oportunidad para conocer y fidelizar a sus clientes".
El estudio deja otras conclusiones interesantes Así, las empresas alimentarias creen abrumadoramente (83%) que las firmas de distribución serán las que lideren el comercio 'on line' en alimentación. Hay un vuelco respecto a la encuesta de 2019, cuando la mayoría atribuía este liderazgo a las plataformas digitales. También se fortalece la percepción de que el consumidor prioriza la salud y la seguridad alimentaria en su compra y se considera que las redes sociales y las páginas web o 'app' corporativas son los medios más eficaces para llegar al cliente.
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