El cambio climático hace mella en la producción de vino europeo, que cae un 3%

La producción vinícola europea continúa su tendencia a la baja, con 144 millones de hectolitros tras un descenso estimado de cerca del 3% respecto al año anterior y un 10% por debajo de la media de los últimos cinco años, según el último informe de Copa-Cogeca. La organización representa a los agricultores y cooperativas de la UE apunta a las condiciones climáticas adversas de la última vendimia como principal causa de este descenso, que pone de manifiesto a las dificultades a las que se enfrenta el sector.

El descenso contrasta con los resultados de Italia y España, los dos principales productores este año con sendos aumentos del 7 y el 18%, respectivamente. En el país alpino, la producción alcanza los 41 millones de hectolitros tras una campaña muy desigual entre el norte del país, afectado por lluvias torrenciales, y el sur, castigado por la sequía y los bajos rendimientos del viñedo. España, por su parte, despunta como segundo productor de Europa con 38,1 millones de hectolitros, gracias al impulso de la extraordinaria campaña de Castilla-La Mancha, que representa más de la mitad de la producción nacional y registra un incremento del 23%.

La caída europea de este 2024 responde, básicamente, al fuerte retroceso de Francia, que tras liderar la producción el año pasado desciende al tercer puesto con 37,4 millones de hectolitros, el 22% menos que en la campaña anterior. El informe atribuye el descenso francés a una combinación de factores climáticos adversos, entre los que se incluyen heladas, granizo y problemas de floración.

Alemania también experimenta un descenso del 8,7% en su producción, con desplomes del rendimiento de hasta el 80% en algunas regiones por las heladas y el exceso de lluvias, mientras que países como Portugal, Austria y Rumanía también sufren caídas notables que oscilan entre la disminución del 8% de la producción de vino portugués y la del 25% del rumano. 

El informe publicado por el Copa-Cogeca este jueves advierte de las consecuencias para la vitivinicultura del cambio climático, que está alterando significativamente los patrones tradicionales de producción. En el caso de España, por ejemplo, empieza a ser una norma el adelanto de la vendimia a mediados de julio en algunas zonas que tradicionalmente recogían la uva entre finales de agosto y septiembre-en Andalucía llega incluso a anticiparse a junio-, mientras que regiones como Cataluña, Comunidad Valenciana, Aragón y Murcia mantienen niveles similares o inferiores al año anterior debido a la sequía.

El sector enfrenta además importantes desafíos económicos por la inflación y el incremento generalizado de costes en toda la cadena de suministro, desde el vidrio hasta los fertilizantes, que hacen mella en el beneficio de las empresas. Una situación agravada por el encarecimiento del crédito, que dificulta el acceso a la financiación y las inversiones.

Ante este panorama, Copa-Cogeca subraya la importancia de impulsar las exportaciones a países terceros y las medidas de promoción internacional, que considera elementos claves para dar estabilidad al mercado frente a la caída del consumo. En este sentido, indica que las medidas de crisis articuladas en algunos Estados Miembro han ayudado a aliviar parcialmente la presión, aunque la situación del sector sigue siendo compleja.

En este sentido, Luca Rigotti, presidente del grupo de trabajo sobre el vino del Copa-Cogeca, no oculta su preocupación por el actual escenario económico y la complejidad de los mercados internacionales, si bien se muestra optimista de cara al futuro por la capacidad de resistencia y la iniciativa de los productores europeos para adaptarse a los retos climáticos y las dificultades económicas.