Tribuna Económica
Carmen Pérez
T area para 2025
Santander/La reconversión del sector bancario ha provocado el cierre de más de 10.000 oficinas desde la Gran Recesión. Eso ha dejado a muchos usurarios sin acceso a servicios bancarios y obtención de efectivo en su entorno.
Esa exclusión financiera se ha vuelto en contra de la propia banca, porque se ha convertido en un nuevo problema de reputación. Por ello la Asociación Española de Banca (AEB) ultima su plan para evitar ese problema, que se marca como objetivo conseguir que medio millón de personas en España vuelvan a tener servicios y acceso al efectivo en sus propios municipios. Así lo ha anunciado este jueves la presidenta de AEB, Alejandra Kindelán, durante su participación en Santander en un seminario en la Universidad Internacional Menénez Pelayo (UIMP) organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE),
Según explicó Kindelán, en pocos días el sector bancario dispondrá de información detallada sobre el nivel de acceso a los servicios financieros de buena parte de la población, especialmente de quienes viven en las zonas menos habitadas. Además, se comprometió a que esa información se haga pública “antes de vacaciones”.
La patronal de la banca se comprometió por boca de Kindelán a que del sector ataje esa brecha entre quienes tienen más dificultades para acceder al efectivo y buscar fórmulas, más allá de un cajero automático, que resuelvan este problema como acuerdos con Correos, ofibuses o la ayuda de agentes de zona.
“La idea es que medio millón de personas más pueda tener acceso al efectivo en sus municipios”, dijo Kindelán para precisar el alcance del plan. La presidenta de la AEB sostuvo que el sector empezó a tomar medidas desde principios de año para mejorar la atención a los mayores, como una anticipación de estos planes contra la exclusión financiera.
Kindelán respondió, respecto a las dudas que muestran las asociaciones de consumidores sobre el alcance de estas iniciativas, que el sector emplea muchos indicadores para medir la situación y, ha recordado, se ha comprometido con el Gobierno a dar cuenta de ellos, “quizá a finales de julio o principios de septiembre”.
Entonces veremos el resultado de las medidas adoptadas hasta el momento, ha explicado antes de avanzar que están "muy satisfechos".
Kindelán también destacó que este objetivo es compartido con CECA, la patronal de las antiguas cajas, y Unacc, que agrupa a las cajas rurales y profesionales, por lo que elogió la colaboración que está existiendo entre las tres asociaciones.
En el coloquio, lo periodistas preguntaron si de esa estrecha colaboración podría surgir una fusión de la AEB y CECA, un escenario que Kindelán alejó. El “objetivo”, dijo la presidenta de la AEB “no es ése sino la coordinación entre ambas patronales”. “En las cosas importantes estamos juntos y seguiremos juntos”, pero descartando convertirse en patronal unificada.
Como no podía ser de otra forma, Kindelán, que acaba de acceder al cargo, defendió la positiva situación del sector. Así destacó la buena situación financiera de las entidades, preparadas para los nuevos retos, invirtiendo en su transformación y con "sensibilidad social" y foco en la transición sostenible.
Hizo especial hincapié en la rentabilidad, porque es un parámetro en el que el sector ha mejorado. Sin embargo, admitió que que aún no cubre el coste de capital y es clave que el sector sea rentable y compita "en igualdad de condiciones con los nuevos jugadores" para cumplir su función de financiar a la economía. Por ello reclamó regulación que permita competir en igualdad “a bancos y no bancos”.
También se le interrogó si la subida de tipos que acomentará el Bancos Central Europeo puede llevar a un problema de morosidad a la banca. “La morosidad del sector sigue en niveles muy bajos y no hay ninguna señal de preocupación al respecto”, dijo Kindelán.
Es más, la presidenta de la AEB consideró que la situación es mejor de lo esperado cuando empezó la pandemia.
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