Abelardo Linares, editor y poeta: "No me interesa la mayoría de la poesía que ahora se publica"

El editor de Renacimiento publica 'Duelo al sol. Una controversia literaria', libro en el que conversa de literatura o actualidad con el profesor y crítico José Luis García Martín

Abelardo Linares, entre los fondos de su enorme biblioteca en el Aljarafe.
El editor Abelardo Linares / Juan Carlos Vázquez

José Luis García Martín, crítico literario y profesor, y Abelardo Linares, editor y poeta, conocen como pocos la literatura de este país y parte del extranjero. Saben de la literatura que ha llegado a los manuales o a los libros de texto y, también, de esa otra literatura que no se publica, es decir, la que pertenece al ámbito de la intrahistoria. Linares y García Martín, respecto de la cosa literaria, lo han leído casi todo y, además, han vivido casi todo –de esa suma sólo pueden darse resultados interesantes-. En la editorial Renacimiento, ambos reúnen una larga conversación –llena de debate, piques, ataques y contraataques- en Duelo al sol. Una controversia literaria (Renacimiento) Nosotros conversamos con uno de los duelistas, Abelardo Linares, quien cuenta en este volumen curiosas anécdotas y apunta –con el arma de la dialéctica- apreciaciones sobre literatura o actualidad política.

Pregunta.-Publica usted una conversación, a modo de «duelo» dialéctico, con el crítico, profesor y escritor José Luis García Martín. Si hubiese que elegir otro «rival» para un próximo libro, ¿con quién le gustaría batirse en ese duelo de ideas y razonamientos?

Respuesta.Para otro tomo de discusiones literarias con la pretensión de entretener a los lectores el que no debiera repetir seguramente sea yo. Pero para seguir entreteniéndome yo discutiendo sobre todo lo humano me vale José Luis García Martín.

P.-Intuyo que usted tiene una percepción pesimista del mundo del libro, de la cultura…

R.Yo no me siento pesimista. Yo soy un optimista… pero con bastante información.

P.-También se asombra del éxito de muchos autores, y autoras. Un reconocimiento a su juicio excesivo.

R.Me temo que “asombra” no es la palabra correcta. No es cuestión de asombro. Si yo fuera paseando por la calle y me diera una coz un mulo, no me asombraría exactamente. Aunque sentir la coz, la sentiría. ¡Qué se le va a hacer!

P.-Tampoco tiene buena imagen del Premio Cervantes. Y de otros premios institucionales.

R.El Premio Cervantes, como usted bien dice, aunque sea sin querer, es sobre todo “imagen”. La literatura es otra cosa. El Estado debiera innovar un poco y, en lugar de premiar la calidad literaria, debería premiar, por ejemplo, la melancolía, la impaciencia o el insomnio como actividades en las que reside una inmensa creatividad artística, al menos para quien quiera creérselo.

El Premio Cervantes solo se lo daría a Cervantes. Si no hubiera más remedio y por una sola vez"

P.-He subrayado la anécdota que cuenta sobre el Premio Príncipe de Asturias a Pablo García Baena. Desconocía esa historia. No era el nombre que se había pensado en un principio. Usted intervino en esa elección. Cuéntenos.

R.Ya lo he contado en el libro, tal como usted subraya. Por otra parte, mi papel fue realmente mínimo. Lo curioso, lo relevante es que para muchos lo que tiene importancia es el premio que recibió Pablo García Baena, no la obra que hizo. Pero el regalo que nos hizo García Baena fue su poesía, el Premio Príncipe de Asturias, apenas es el envoltorio de ese regalo.

P.-José Luis García Martín, atinado, cuenta que hay premios que se dan a alguien y hay otros premios que se dan contra alguien. ¿Esto es así?

R.Eso tendría que confirmarlo o argumentarlo José Luis García Martín, que es quien lo ha dicho. De todos modos, el dar un premio a alguien de ningún modo excluye el que a la vez se dé contra alguien, y viceversa. En cualquier caso, tenga o no razón el profesor García Martín, se queda corto.

P.-Apoya usted unas palabras que escribió Francisco Rico: entiende que en la universidad no se debería enseñar autores contemporáneos. ¿Por qué?

R.Sencillamente, recuerdo o constato que hasta hace cosa de medio siglo en la universidad española no se permitía que se hicieran tesis doctorales sobre poetas contemporáneos. Sobre lo que pasó ayer se puede hacer periodismo, pero no se puede pretender hacer historia. Con la poesía pasa algo parecido, hay que mirarla desde cierta distancia si queremos tener una bonita perspectiva.

P.-¿Le interesa la poesía que ahora se publica? Sospecho que no.

R.Pues yo sospecho que publico todos los años, como editor, bastante poesía de la que ahora se publica. Pero es verdad que no me interesa la mayoría de la poesía que ahora se publica. Tal vez porque la mayoría, sin exageración alguna, es muy mala. La cosa no tiene mayor importancia porque eso ha pasado siempre y no es ninguna novedad, no tengo más remedio que reconocerlo. Nunca hubo una época de oro en la que toda la poesía publicada fuese excelente.

Publicaría todo lo que Julio Camba escribió hasta 1936 como podría decir que me comería toda la gamba blanca de Huelva"

P.-Dígame quiénes son algunos de sus autores. Nos habla de Julio Camba y de Wenceslao Fernández Florez.

R.En Duelo al sol no se citan solo dos nombres sino docenas. La mayoría de ellos con admiración. En cierto modo uno es lo que vive. Pero de un modo no menos cierto, uno es también, en ocasiones, lo que lee, lo que ha leído. Muchas de mis mejores vivencias han sido mis lecturas. Por eso le doy tanta importancia a los muchos escritores que admiro.

P.-De Camba usted nos dice que editaría todo lo que el periodista publicó. ¿Por qué? ¿Cree usted que existen lectores para esas publicaciones?

R.Yo digo que publicaría todo lo que Julio Camba escribió hasta 1936 como podría decir que me comería toda la gamba blanca de Huelva. En las dos cosas hay mucho cariño y un poco de exageración. Pero una exageración, eso creo yo, razonable.

P.-¿Cuáles son los títulos que han marcado su carrera como editor?

R.Los libros suelen “marcar” más a quienes los han leído que a quienes los han publicado. No me importa confesar que me he leído muchos de los libros que he editado y que una buena parte de ellos me han marcado.

P.-Entre esos libros quizá se encuentre La caja de plata, de Luis Alberto de Cuenca.

R.Quizás no. Seguro.

P.-Usted también habla con José Luis García Martín de actualidad y de política. Considera un despropósito la amnistía a los independentistas catalanes (no así la amnistía del año 77). Su interlocutor no coincide con ese criterio.

R.Las opiniones políticas de un literato tienen la misma importancia (o mejor, menos aún) que las opiniones literarias de un político. Dicho esto, digo también que la amnistía de 1977 fue fruto de una política de Estado que acompañaba un cambio de Régimen, no de una política meramente gubernamental o incluso coyuntural, que la primera tuvo un consenso que no tuvo la segunda y que las dos tienen pareja legitimidad porque tienen una igual legalidad. En fin, meras opiniones personales sin la menor trascendencia.

P.-¿A quién le daría usted el Premio Cervantes?

R.Yo el Premio Cervantes solo se lo daría a Cervantes. Si no hubiera más remedio y por una sola vez.

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