Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
-A ustedes los editores no les afecta la crisis del papel, más bien lo contrario.
-El sector editorial tiene una ventaja muy importante: la presencia muy fuerte en América Latina, y aquello ahora está muy bien, mucho mejor que el mercado español.
-El idioma es una riqueza en este sentido.
-Totalmente. Lo que pasa es que en España no somos del todo conscientes. Los ingleses sí saben hacer del inglés un negocio. Los españoles todavía no lo hemos conseguido, pero estamos en ello. Fíjese que el 62% de nuestro negocio está en América, y en el año 2007 era del 29%.
-¿Eso vale también para el mercado digital?
-El problema que tenemos en el mercado digital es que aumentan los números disponibles, aumenta la venta de aparatos, pero la gente no está comprando los contenidos. Ahí tenemos un problema serio de piratería. Y España es muy débil, porque no hay una legislación seria al respecto, a diferencia de América Latina, o de Francia.
-Su perfil es el idóneo para preguntarle sobre la enseñanza de la religión en la escuela.
-Yo creo que la religión es una realidad incuestionable de la cultura, y por lo tanto en la escuela tenemos que enseñar todo, hablar de todo lo que tiene que ver con la cultura y la vida de las personas. Es como si dijéramos que en la escuela no vamos a hablar de arte o deporte. Lo que no se debe discutir es que en la escuela hay que hablar de religión.
-¿Pero de qué manera?
-Esa es la segunda parte. Y ahí hay que cubrir dos cosas, desde el punto de vista del respeto a la Constitución. Primera, que todos los alumnos estudien algo sobre la religión y segunda, que se respete el derecho de los padres para que todos aquellos que lo deseen, en esa forma de hablar de la religión, se les enseñe a sus hijos la religión que ellos tienen, pero desde un punto de vista más doctrinal.
-Pero eso no es lo que dice el proyecto del Gobierno actual.
-En el actual proyecto no hay un estudio de la Religión para todos, y a mí me parece una deficiencia, porque la religión es una realidad muy importante de la vida, y en la escuela tienes que estudiar lo que pasa en la vida.
-¿Y eso a los editores les da igual? Desde el punto de vista del negocio, digo.
-A nosotros nos da igual. Los editores no tenemos opiniones políticas, y tenemos que trabajar de acuerdo con la ley que hay. Lo que le he dicho es una opinión personal.
-¿Por qué a cada gobierno que llega le da la ventolera de cambiar la ley de educación?
-Eso es muy curioso. Porque yo trabajo muchísimo en América Latina, y en ningún país la educación se cuestiona cuando hay cambio de gobierno. Y estoy hablando de cambios tan importantes como los habidos en México o Brasil. Pero en España yo creo que es una de las cuestiones que en la Transición no se solucionaron bien, cuestiones que todavía no hemos asumido como país maduro. No puede ser que no haya una política de Estado.
-¿Por qué cree usted que ocurre eso?
-Porque cada partido considera que la educación es un terreno de manifestación directa de su propia ideología, cuando la educación es una cuestión de Estado, y luego sobre esa cuestión puede haber matices, pero no puedes estar cambiando con cada gobierno...
-¿Eso qué consecuencias tiene?
-La principal es que el profesorado está muy cansado. Eso lo desmotiva, y nosotros tenemos que cuidar a los profesores, que son lo mejor que tenemos. No entiendo por qué no puede haber un pacto en educación, si lo hay en otras cosas.
-¿En el fondo no estará esa eterna dicotomía escuela pública-escuela privada, el negocio de la educación?
-No, no, en absoluto, porque no debemos olvidar que los conciertos que tenemos en España son obra del Partido Socialista. Fue el Gobierno de Felipe González el que montó el sistema de conciertos, que se ha manifestado como una realidad bien positiva para este país. Aparte de que yo no tengo una visión negativa ni catastrofista de la educación en España. Al revés, me parece que hay muchos profesores trabajando, motivados, y que no hay derecho a que se les trate de esta manera y que cada cinco años se les invente la rueda. En España, desde mi punto de vista el problema no es que haya un dilema escuela pública-privada. La enseñanza privada en España es muy pequeña, la enseñanza concertada sí es grande.
-Entonces su diagnóstico está muy lejos de esos informes Pisa que sitúan la enseñanza española lejos de los puestos de honor.
-A ver, hay cosas mejorables. Tenemos un problema en Secundaria, de abandono escolar y otras cosas, pero se puede trabajar. Tratar ese problema no significa cambiar la ley. Sentarse con expertos, partidos y hacer un diagnóstico y pactar entre todos una solución, pero no una solución partidista, porque estamos en una situación difícil, el profesorado está desmotivado porque ha perdido mucho poder adquisitivo...
-Pero se les ha llegado a tachar hasta de vagos y que con sus protestas sólo querían trabajar menos.
-Bueno, los habrá, pero yo me muevo mucho y veo que hay profesores muy buenos. Si a mí me preguntan, creo que en 15 días podemos reunir a cien profesores de toda España, motivados, inteligentes, que pueden dar un buen diagnóstico de la enseñanza en España. Pero no se cuenta con el profesorado en España.
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