"El violín es un instrumento ideal para el flamenco"

"El violín es un instrumento ideal para el flamenco"
José Joaquín León

04 de agosto 2012 - 01:00

-¿Se le puede considerar un violinista diferente?

-Se me puede definir así, pero no es mi intención romper con las normas o ser excéntrico. Mi intención es hacer lo que me gusta, a mi manera. Siempre con amor al arte y respeto a la música.

-¿Es un músico clásico antes que un showman?

-Ni lo uno ni lo otro. Me considero un músico, ni clásico, ni moderno. No creo en los géneros musicales. He tenido la suerte de conocer músicas de diferentes culturas, de diferentes países.

-Y le atrae integrar o fusionar esas músicas.

-Por supuesto. Integrar, conocer, aprender de esas músicas… He conocido músicos que me han enseñado mucho y espero no perder nunca ese afán de viajar y conocer otras culturas.

-Este verano está presentando varios espectáculos.

-Es cierto que estoy haciendo giras con varios espectáculos. El más antiguo es el de PagaGnini, que acumula ya más de mil funciones por todo el mundo. Y uno nuevo, Los divinos, que une la música lírica y el humor. A final de julio hemos estrenado otro en el Teatro Bellas Artes de Madrid, Capricho para violín y cuerpo, que tiene música de Paganini y danza. Todo eso lo combino con mis giras de conciertos.

-¿Cómo definiría su Capricho para violín y cuerpo?

-Es un espectáculo especial porque hay música y danza, pero es de las pocas veces en que no está el músico por un lado y los bailarines por otro. Aquí el músico, que soy yo, está integrado en la coreografía, aunque no soy un bailarín, y a la vez utilizo a ellos para mi música.

-Es un espectáculo basado en la música de Paganini.

-Sí, es un homenaje a los Caprichos de Paganini y a lo mucho que dio a la música.

-¿Está acercando el violín al gran público?

-Es posible, aunque no hace falta que yo lo acerque. La música está siempre cercana al público en general. Si acaso estoy ayudando a que un cierto público no tenga temor a la música clásica, el jazz, o la música de otras culturas. A nuestros conciertos viene mucho público y ven que no hace falta ser un experto para disfrutar.

-Suele decir que el violín es un instrumento con muchas posibilidades.

-El violín es un instrumento maravilloso. A mí, al menos, me permite transmitir todo lo que quiero, todo lo que tengo en la mente, en el corazón y en el alma. Es perfecto, pero no es el único instrumento que puede transmitir emociones.

-Una de las posibilidades que le ve es el flamenco.

-Sí. Al llegar a España conocí el flamenco. Pude colaborar con músicos de flamenco. Me enamoré de esta música y quería hacerlo. No me considero un músico del flamenco, aunque he grabado discos y lo toco frecuentemente con el guitarrista José Luis Montón. Me ha aportado mucho y es imprescindible en mi actividad.

-¿El violín tiene un buen futuro en el flamenco?

-Estoy seguro de que el violín es un instrumento ideal para el flamenco. Cuando llegué aquí, hace 15 años, el violín se tocaba muy poco en el flamenco. Pero hoy en día casi todos los grupos tienen incorporado un violín. En poco tiempo será un instrumento más, como pasó con el cajón, que no lo era, hasta que lo popularizó Paco de Lucía. Como el violín es tan flexible, permite muchas posibilidades.

-¿Qué es lo más le gusta interpretar?

-Todo lo que toco. Te debe gustar justo lo que estás tocando en cada momento, para emocionar. Por suerte, puedo interpretar lo que más me gusta. Cuando empezaba, me obligaban según el programa, pero ahora puedo escoger yo.

-Paganini será uno de sus favoritos…

-Por supuesto, Paganini es uno de los más importantes para mí. Es más que un compositor. El alma de Paganini está presente en todos los violinistas. Pero hay muchos más a los que admiro. Si citara a todos, estaríamos hablando horas y horas.

-¿A veces escandaliza a puristas de la música clásica?

-Como hago todo con respeto no creo que ofenda a nadie. Nunca he hecho nada para escandalizar, romper o ser excéntrico.

-Pero no siempre está en la ortodoxia de los clásicos.

-Sólo puedo decir que tengo muchos amigos que son grandes puristas de la música clásica y que cuando vienen a mis espectáculos salen encantados y no se sienten ofendidos, molestos ni disconformes.

-El esmoquin de los músicos no le gusta…

-Eso es verdad, aunque no es porque quiera vestir informal. Con el esmoquin me siento como si me pusiera un disfraz. Cuando salgo al escenario quiero ser yo mismo, más que nunca, porque voy a dar lo que tengo dentro de mí. Con el esmoquin no soy yo, estoy representando una imagen.

-¿Y qué dicen los puristas cuando le ven con Verónica Sánchez desnuda?

-Era una imagen de una escena de la película La montaña rusa, en la que se me veía tocando con su cuerpo, como si fuera un chelo. Era una imagen bonita con una mujer hermosa. No ofende a nadie, ni choca. El fotógrafo lo hizo con un buen gusto.

-Es un violinista internacional que vive en España.

-Me siento muy a gusto. Vine a vivir a España porque me encantó el país, su manera de vivir. Mientras no me echen, me quedaré aquí.

-A pesar de la crisis…

-Cuando hay una crisis la sufre también la cultura. Sin embargo, hay que seguir adelante. Ante todo somos artistas. Debemos esforzarnos para que el arte no pare, hacer proyectos, cumplir nuestros sueños.

-Al menos, tiene bastante trabajo por delante.

-Estaremos en Madrid con el último espectáculo hasta el 12 de agosto. Luego iremos de gira por España, Italia, Francia, México, Corea, China, Japón…

-¿Y alguna idea para un nuevo espectáculo?

-Después del verano haré con el guitarrista José Luis Montón un concierto con música de Bach por palos flamencos, que se llamará El payo Bach.

-¿Ese Bach flamenco vendrá porAndalucía?

-Espero que sí.

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