Editorial: Ya no se puede perder más tiempo
SE debe considerar como una buena noticia el que la gestora presidida por el presidente de Asturias, Javier Fernández, para intentar salvar la situación de crisis y caos que vive el PSOE no haya tardado ni 24 horas en celebrar su primera reunión. Tras la dimisión del sábado de Pedro Sánchez, es urgente que el PSOE tome una decisión que permita desbloquear la situación política de España sin tener que acudir a unas nuevas elecciones generales que serían muy perjudiciales para los intereses del país. Ya no se puede perder más tiempo. La gestora debe poner fecha sin dilación para la celebración de un Comité Federal, máximo órgano socialista entre congresos y el único que, hoy por hoy, puede diseñar una hoja de ruta para facilitar la gobernabilidad.
El PSOE debe ser consciente de que, en la actualidad, está excesivamente debilitado para presentar batalla política al PP. Sus dos primeros objetivos deben ser el iniciar cuanto antes una refundación del proyecto socialdemócrata y la construcción de un nuevo liderazgo, cuestiones que no son fáciles de lograr y para las que necesitará largo tiempo y esfuerzo. Los socialistas deben ver lo positivo de su situación actual: el PSOE sigue siendo el principal partido de la oposición y la referencia de la izquierda moderada española, algo que podría cambiar a peor (aunque la posibilidad sea remota) si se volviesen a celebrar unas elecciones generales. Tanto por el interés de España como por el de su propio partido, los socialistas deben evitar esos comicios.
Será el Comité Federal el que determine qué camino hay que tomar para afrontar el duro trance de apoyar a sus principales rivales políticos. De lo contrario, toda esta batalla interna que ha estado a punto de romper para siempre el más que centenario Partido Socialista no habría servido absolutamente de nada. Por su parte, el PP debe tener también sentido de Estado y patriotismo para facilitar en lo posible las cosas. Lo contrario no sería comprensible y pondría en evidencia una ceguera política difícilmente explicable que, a la larga, podría pasarle factura.
Javier Fernández aseguró ayer con acierto que una abstención no es lo mismo que un voto afirmativo, por mucho que el resultado sea el mismo. En estos momentos, en España hay que desdramatizar el discurso político y empezar a pensar en el bien común. Los socialistas han dado un acertado primer paso y ahora no deben malograrlo.
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