En Málaga se 'reparten' cargos
Aznar abre la convención del PP acusando al Gobierno de buscar guiños de ETA · La confianza en la victoria dispara todas las quinielas · La bajada de impuestos irá sujeta al equilibrio previo de las cuentas.
"Quien os diga que Mariano le ha dicho algo no le creáis, yo lo conozco y de esto no habla con nadie". Quien así se manifestaba es un alcalde de una de las ciudades más importantes del país, y el tema es el asunto que rondó ayer en los pasillos y en la sala de plenos del Palacio de Ferias de Málaga, donde el PP inauguró su convención nacional. ¿El asunto? La nómina de ministros del próximo Gobierno de Mariano Rajoy. Y es que los populares andan tan seguros de su victoria en las próximas elecciones del 20-N que en Málaga parecía que se repartían cargos. El PP reunió a sus principales cargos del partido, a alcaldes, diputados, senadores y presidentes de comunidades autónomas para elaborar el borrador de su programa electoral, pero habrá que esperar al día de hoy para conocer si los populares publicitarán el grueso de su programa de gobierno que, efectivamente, es del máximo interés, debido a sus grandes posibilidades de victoria.
Si en la conferencia política del PSOE de la semana pasada, Felipe González abrió el cónclave socialista, en Málaga fue José María Aznar quien pronunció un discurso conciso y muy duro con el actual Gobierno, a quien acusó de suplicar a ETA algún movimiento para sacar rédito electoral en sus mítines. "Derrotar a ETA -afirmó el ex presidente- significa que no se suplique cada día a la banda terrorista que por favor haga algún gesto, alguna declaración, algún documento, algo que se pueda llevar al próximo mitin y que justifique la colección de cesiones que se le están regalando". "Derrotar a ETA -siguió Aznar- significa no convertir a Bildu en los hombres de paz del momento porque no lo son".
Menos moderado que en la conferencia que el PP celebró en Sevilla poco antes de las elecciones municipales del 22 de mayo, y que supuso la reconciliación pública de Aznar y Rajoy, el ex presidente alertó contra lo que él entiende como una deriva autonómica que puede llevar a la creación de "17 miniestados inviables". Eso sí, Aznar se puso a disposición de Mariano Rajoy -"hoy es nuestro líder"- y se mostró muy seguro de la victoria en las generales.
Fue, precisamente Aznar quien recordó a Manuel Fraga, el fundador del partido que, por vez primera, se ausentó de una de las grandes convenciones del PP. En los últimos años, Fraga permanecía en la primera fila de los congresos en silla de ruedas, donde daba claros síntomas de agotamientos debido a su edad. Aznar contó que había visitado recientemente al político gallego, y ya a primeras horas de la mañana se lo había encontrado con todos los periódicos leídos y subrayados.
Pero sí... Manuel Fraga esta vez no estaba en la primera fila. Junto a Rajoy se encontraba su esposa Elvira Fernández, que en muy contadas ocasiones acompaña al líder del PP en los actos del partido. Ella sí estuvo en el balcón de Génova la noche de las elecciones de 2008, cuando Rajoy pronunció aquel "adiós" de verdad y definitivo, una despedida que sólo supo reconducir Javier Arenas, el otro gran protagonista de esta convención.
En la primera fila, junto a Rajoy y su esposa, estaban algunos de los que muchos consideran probables ministros de un posible gobierno popular. Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, a quien se da por seguro que sustituirá Ana Botella para que marche al Congreso y a un posible ministerio; Miguel Arias, que finalmente no se presentará por la provincia de Cádiz, sino por la circunscripción de la capital de España, y que forma parte del núcleo más cercano de Rajoy junto a Soraya Sáenz de Santa María; Ana Pastor, la ex ministra de Sanidad, con cara de repetir en el cargo, y Cristóbal Montoro, cabeza de lista por la provincia de Sevilla y probable responsable económico de un gabinete popular. Pero, claro, tal como dijo el alcalde citado, Mariano Rajoy no habla con nadie de esto, y quien lo afirme, miente.
El PP debe comenzar a desgranar parte de su programa electoral a partir de hoy, pero todo indica que el borrador se puede quedar en un goteo de ideas, y es que aún quedan 44 días de campaña electoral y la máxima que se ha instalado entre los populares es que lo importante no es equivocarse.
La onubense Fátima Báñez, una de las personas que de un modo u otro estarán en el equipo económico del Gobierno, sí anunció una "bajada selectiva de los impuestos", aunque mantuvo que llegará cuando "las arcas estén equilibradas". La bajada de impuestos se aplicaría, en una primera fase, a los autónomos y a las pequeñas y medianas empresas. En cualquier caso, el responsable económico del PP, Cristóbal Montoro, aseguró que su Gobierno nunca incrementaría los impuestos, un asunto sobre el que sigue existiendo la duda, ya que Rajoy no ha descartado del todo una subida del IVA. Báñez mantuvo que su partido no aplicaría una "recaudación a la desesperada" tal, como en su opinión, ha venido haciendo el Ejecutivo de Zapatero en los últimos meses.
La media jornada se cerró con una mesa redonda sobre política exterior dirigida por Baudilio Tomé, el hombre que debe confeccionar finalmente el esperado programa. Entre el público, cuatro embajadores, los de Estados Unidos, Francia, Rusia y el Reino Unido. Una nómina de consideración; seguro que ellos también quieren conocer la quiniela.
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