El PP arranca su convención con la ausencia del presidente andaluz

Convención del PP

A falta de Moreno, Rajoy se llevó el baño de multitudes en el arranque de la cita en la que Casado busca una refundación ideológica, treinta años después de la de Manuel Fraga.

El problema ahora le llega por las dos alas con la sangría de votos que sufre el partido a manos de Ciudadanos y de Vox.

Pablo Casado y Mariano Rajoy, en la convención del PP / J. J. Guillén
Antonio Méndez

18 de enero 2019 - 18:07

Madrid/A falta de Juan Manuel Moreno Bonilla, Mariano Rajoy se llevó el baño de multitudes en el arranque de la convención del PP, en la que su líder, Pablo Casado, busca una refundación ideológica, treinta años después de que Manuel Fraga sacrificara su Alianza Popular para alumbrar una nueva formación capaz de atraer a todo el espectro ideológico de la derecha. El problema ahora le llega por las dos alas con la sangría de votos que sufre el partido a manos de Ciudadanos y de Vox.

El nuevo presidente andaluz no llegará hasta el sábado a la capital. Decidió quedarse en Sevilla para pasar la jornada con la familia, según fuentes cercanas. El futuro gobierno de la Junta y los flecos pendientes también, según otras fuentes del partido en Andalucía. Fue el ausente en el AVE que partió de la capital hispalense a las 13:40 y en el que Casado y Rajoy compartieron trayecto, pero protagonizó el arranque de la cita popular.

El presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, le felicitó en su primera intervención tras proclamar que era la primera gran victoria del mandato de Casado. El dirigente alemán, de campaña para presidir la próxima Comisión Europea tras las elecciones de mayo, supo ganarse los aplausos del público. Primero al recordar que ningún representante de la Unión Europea ha recibido en estos meses al ex presidente de la Generalitat Carles Puidemont en su huida a Bruselas y defender que Cataluña no puede desgajarse de España. Luego al defender el legado económico de Mariano Rajoy en los peores años de la crisis.

Pero el tono de la reunión lo marcó el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo. Su intervención fue un canto al orgullo del PP. Al que situó como clave para que España superara la crisis de los 90, para que entrara en el euro, para convertir al país en una de las naciones más potentes del mundo, gracias a la presidencia de José María Aznar, o para superar el momento económico más complicado de los últimos cuarenta años por la labor de Rajoy. Feijóo, puestos a defender los legados, también reivindicó el de Javier Arenas, al que atribuyó que abriera el camino para que hoy los populares hayan alcanzado la presidencia de Andalucía.

Pablo Casado ha enviado una carta a los casi 7.000 posibles asistentes a la convención del llamado “rearme ideológico” de la formación. El líder popular defiende una nueva etapa para lograr una “reactivación nacional” que logre contener a los populismos. Una España europea y europeísta, autonómica y autonomista es el juego de palabras que usa para definir su posicionamiento territorial y que le sirve para marcar distancias con Vox, el partido que le compita por su ala más conservadora pero que rechaza sin distinción las autonomías.

El dirigente apela a la necesidad de cambiar el que, a su juicio, es el voto por descarta que se impone cada vez más entre el electorado ante la desafección política por otro que contemple la ilusión y la convicción del que lo ejerce.

Casado pretende utilizar la convención para aproximarse a los votantes perdidos del PP, aquéllos que han buscado refugio en el partido naranja o en la formación de Santiago Abascal. Por ello no es casual que el cónclave a apele a una nueva refundación de proporciones similares a la que hace tres décadas facilitó la llegada del PP como aglutinador de todas las sensibilidades de la derecha en España.

Durante la cita, los populares darán a conocer una nueva app, denominada Freedom, que pretende convertirse en una red social para afiliados. También han estrenado el nuevo logo que convierte el tradicional charrán en un semicorazón, abrazado por una bandera española. “España en libertad” es el lema de este encuentro en el que hasta el domingo más de cien personas tomarán la palabra.

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