El PSOE llega desgarrado a una jornada clave para su futuro
Sánchez anuncia que dimitirá si el Comité Federal apoya la abstención a Rajoy, una postura que, según el líder socialista, "daría lugar a la legislatura del chantaje"
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no varió ayer ni un milímetro su posición. Al contrario, aumentó anoche la presión sobre el Comité Federal, al vincular la creación de una gestora con una abstención a Mariano Rajoy y propiciar su investidura como presidente del Gobierno. Aunque la reunión de hoy sólo debe convocar el congreso extraordinario y ponerle fecha, Sánchez aseguró que, en realidad, el Comité decidirá si crear una gestora y darle el Gobierno a Rajoy o "darle la voz a los militantes".
"La abstención daría lugar a la legislatura del chantaje", lanzó como un aviso un cariacontecido Sánchez, que compareció ante los medios en la sede de Ferraz al filo de las nueve de la noche para tratar de enmarcar el Comité de hoy en un sí o un no a Rajoy cuando, en realidad, su único punto del día es el congreso extraordinario. El todavía máximo dirigente socialista advirtió que en ese escenario, de nuevo con Rajoy al frente de un Ejecutivo del PP, el PSOE "no podría bloquear los Presupuestos del Estado o las leyes más importantes que presentará" ese Gobierno.
La nota más destacada de la comparecencia de ayer de Sánchez -con una intervención en la que dio su visión de la crisis sin admitir preguntas de los periodistas- fue que por primera vez expuso su voluntad de dimitir si el partido creaba la gestora y se abstenía ante Rajoy. "Si el Comité Federal decidiera cambiar su posición y pasar a la abstención, obviamente, yo no podría administrar una decisión que no comparto. Si algo me enseñaron mis padres es que lo único que tengo y lo único que debo preservar es mi palabra y son mis convicciones", sentenció.
Sánchez no intervendrá hoy en el Comité Federal, por lo que su declaración de anoche se debe entender como el mensaje que no podrá lanzar ante sus miembros. Para los críticos, es "una manipulación en toda regla, él es la militancia y quienes se oponen, los partidarios de la abstención".
Para los oficialistas, la verdadera razón que hay detrás de las dimisiones de la Ejecutiva es la de favorecer un Gobierno del PP. De este modo, ni parece probable que hoy se produzca un acuerdo. Visto el modo de actuar de Sánchez anoche, todo indica que es consciente de que no tiene la mayoría en el Comité y que éste certificará la defunción de la actual dirección para crear una gestora que lleve a los socialistas hasta un congreso extraordinario.
En caso de que ese cónclave se reuniese después de que España contase con un Gobierno, volvería a ser el Comité Federal el que decidiese si hay cambio de opinión en el Congreso respecto a Rajoy. No sería la gestora. Sánchez recordó lo sabido: que él se opone a la investidura del presidente del PP y que desea buscar un Gobierno alternativo.
Sánchez aprovechó el eco mediático de su aparición en directo en las pantallas de televisión para proclamar que la reunión de hoy supone "un debate decisivo", por lo que no puede ser una discusión reglamentaria, sino política. "Ésta y no otra es la cuestión de fondo. Éste es el auténtico debate y espero que entre todos podamos aclararlo".
Sánchez defendió que los socialistas pueden hablar sobre este asunto y apuntó que "los argumentos de unos y otros son conocidos". "El debate es sano, es democracia, nunca fractura. Yo quiero una organización que debata hasta la extenuación, que vote y, una vez votado, toda la organización vaya a una detrás de la decisión", reivindicó el secretario general socialista para después advertir que "lo contrario, la discrepancia de voces, no hace bien" al PSOE.
Por eso, Sánchez hizo hincapié en que "resolver el debate es indispensable y urgente". "Es importante para el PSOE y también para España que el principal partido de la izquierda transite por un único camino", remachó. Pero al mismo tiempo defendió que el lugar donde deben "expresarse" los militantes es el congreso federal. A su juicio, y a diferencia de lo que sostiene el sector crítico, "se puede pensar en España y en el PSOE a la vez" porque "hay tiempo" para ello. "No debemos alargar esta situación. Es una mala situación, pero podemos empezar a resolverla mañana [por hoy] mismo". Por eso pidió "serenidad y altura de miras para este Comité" que tendrá lugar en unas horas y que, a su juicio, debe abordar la posición del PSOE en la situación política.
El de anoche, en la víspera del decisivo Comité Federal, fue el contraataque de un dirigente al que los críticos no reconocen ya legitimidad y defienden que dicho órgano sólo se puede reunir hoy para poner en marcha una gestora que dirija el proceso de sucesión. Con las posturas enconadas, Sánchez decidió hacer esta comparecencia a pocas horas de esta cita trascendental para el socialismo español, que se desarrollará en un ambiente de tensión inédito. Y la comenzó agradeciendo las "múltiples muestras de apoyo y cariño" que ha "recibido durante la última semana", a la vez que transmitió que comparte "el desgarro que sufren muchos progresistas ante esta inédita situación". Sánchez no se olvidó de recalcar que fue el primer secretario general elegido por el voto directo de la militancia y defendió que "esa puerta abierta a una mayor democracia no puede cerrarse". "Debe permanecer abierta, defenderé que la puerta al voto de la militancia permanezca abierta para nunca cerrarse", insistió.
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