Pilar Cernuda
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Pedro Sánchez ha presentado este mediodía en Madrid un total de 370 propuestas para un "programa común progresista" y ha ofertado altos cargos a Unidas Podemos, extramuros del Consejo de Ministros. En un acto en un local del barrio de Chamartín, el presidente en funciones ha desgranado una panoplia de medidas sociales que "beben de fuentes de la sociedad civil", un ideario de acción conjunta para seducir a Unidas Podemos y tratar de desbloquear la formación de Gobierno, aunque daba la sensación, con numerosos ministros y dirigentes socialistas arropándole en primera fila, de que era el pistoletazo de salida de la campaña electoral de las presuntas elecciones generales del 10 de noviembre.
Entre las medidas más destacadas, que han ido adelantando diversos medios a lo largo de la mañana, figuran una reforma de "los aspectos más lesivos de la reforma laboral de 2012"; el blindaje en la Constitución del sistema público de pensiones; un ingreso mínimo vital, para hogares en situación de pobreza; seguir impulsando la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad; una reforma de la la legislación penal para garantizar que el consentimiento de la víctima sea clave en los delitos sexuales; frenar las subidas abusivas del alquiler; o una ley de eutanasia y su inclusión en la cartera común de servicios del Sistema Nacional de Salud.
El PSOE también apuesta en su rutilante plan de "programa común progresista" por derogar la ley mordaza y aprobar una nueva Ley de Seguridad Ciudadana que garantice el derecho a la libertad de expresión y a la reunión pacífica.
Otra medida a pedir de boca es la del compromiso de introducir progresivamente la atención a la salud bucodental de la población en los servicios del Servicio Nacional de Salud. Amén de otro guiño a las mujeres con la promesa de potenciar las vocaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) entre las jóvenes para cerrar la brecha de género en estos estudios. Es más, el PSOE plantea la matrícula gratuita el primer año para las que se matriculen con una media de menos del 30% de ellas.
A Pablo Iglesias, la música le suena bien, según confesó el propio líder de Unidas Podemos en una entrevista en Los desayunos de TVE pocas horas antes de la presentación del programa común progresista, aunque no ha dejado de insistir en que si no entra a formar parte de la orquesta no hay nada que hacer y la izquierda se hundirá como el Titanic en ese desencuentro glaciar que los dos desafectos protagonizan desde las elecciones del 28 de abril.
El presidente del Gobierno en funciones ha culpado en la presentación de su propuesta a su socio natural y a PP y Ciudadanos, del bloqueo político y ha apuntado su disposición a resignarse a la repetición de las elecciones generales como salida del bucle.
Sánchez se ha mostrado convencido de que la coalición que exige Iglesias supondría en realidad "dos Gobiernos en uno", cuando lo que necesita el país, que está en un "momento crítico" a decir del líder socialista, es un Gabinete estable.
Iglesias ha explicado por su parte, informa Europa Press, su cerrazón a la propuesta socialista, aunque no obstante aseguró que la formación morada la estudiará y no la despachará en unas horas como hizo el PSOE cuando Unidas Podemos le presentó otra extensa oferta programática hace una semana. "Ya hemos aceptado suficientes humillaciones", expuso el líder morado, que afirmó que se sintió como tal en el momento (meses atrás) en que el PSOE lo vetó para formar parte de un hipotético Ejecutivo de coalición y que subrayó que las bonitas promesas deben estar arropadas por sólidas garantías.
Y dicho esto, Iglesias subrayó que a lo que no está dispuesto es a que se orille a "los casi cuatro millones de votantes" que se decantaron por Unidas Podemos el 28-A. Y reiteró que quedar relegado en un hipotético Gobierno de coalición a una Vicepresidencia simbólica, un ministerio hueco de competencias como Sanidad y a dos de nuevo cuño, como Vivienda e Infraestructuras, es un aro por el que no pasará salvo que también recibiera algunas de las políticas activas de empleo.
En un juego de contrastes, Iglesias también consideró "otra humillación" pedir al PP que se abstenga para la investidura con las ex presidentas madrileñas Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes camino del banquillo por corrupción y, al tiempo, evitar la alianza con Podemos, que "no ha robado un euro".
El problema, recalcó Iglesias, es que, aunque el documento que Sánchez ha presentado no le resulta fiable, y rememoró malas experiencias, como viejos compromisos incumplidos de Sánchez de publicitar la lista de amnistiados fiscales o derogar la reforma laboral, que ahora emerge.
Sánchez ha ofrecido además este martes a Unidas Podemos una oficina de seguimiento de los pactos que puedan alcanzar y cargos en relevantes instituciones del Estado, que no estén supeditados al Consejo de Ministros. Esa línea roja que ilumina a los morados, cuyo líder ha pedido al presidente en funciones que "reflexione" si en verdad desea la repetición electoral, pues se ha mostrado convencido de que los españoles pasarán factura a esta división de la izquierda, que tiene un claro beneficiario claro al otro lado y que espera sentado expectante con una media sonrisa.
Que sí. Que el acto que ha protagonizado Sánchez este martes desprende un gran aroma prelectoral. Para muestra el botón de que unas de sus 370 medidas con las que se quiere ganar el favor de Podemos para negociar un programa progresista es un rotundo y expreso rechazo a un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Un golpe en la clave de de bóveda de este castillo de naipes que quiere construir con los de Iglesias, que defienden precisamente la necesidad de convocar a los catalanes ante las urnas para pronunciarse sobre la autodeterminación, siempre, eso sí, con el no de Podemos por delante.
Un asunto espinoso y sensible, más cuando aunque se diera la lejana posibilidad de que Sánchez e Iglesias acabaran negociando el pacto de investidura, el líder socialista necesitaría además los votos de los independentistas de ERC y JxCat.
El PP también considera que "el PSOE busca elecciones a toda costa", según ha expuesto este jueves su secretario general, Teodoro García Eegea, informa Efe. La cuenta atrás hacia el 10 de noviembre parece imparable. Pero Sánchez no tira la toalla y ha emplazado a Unidas Podemos a una reunión el próximo jueves. La voluntad de acuerdo parece que se quiere abrir paso, el desenlace es imprevisible, aunque la del 10 de noviembre es la reina indiscutible de las apuestas.
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