La corrupción acecha a La Moncloa

Las Claves

Balance. Ha sido un mal año para Pedro Sánchez, impregnado de casos que siembran de inquietud su futuro

Pedro Sánchez, durante su intervención en el balance del año.
Pedro Sánchez, durante su intervención en el balance del año. / Alejandro Martínez Vélez / EP

29 de diciembre 2024 - 04:30

Al echar la vista atrás se llega a la conclusión de que 2024 fue un mal año, impregnado de casos de corrupción que han sembrado de inquietud el futuro de Pedro Sánchez, cuyos socios empiezan a valorar si sacan más rendimiento a las dádivas que consiguen al apretar con exigencias a cambio de mantener a Sánchez en La Moncloa, o empiezan a perder crédito por seguir apoyando a quien pierde prestigio cada día que pasa. Tampoco ha sido bueno para Alberto Núñez Feijóo, con vaivenes inexplicables y con un equipo tan débil que ha provocado el comentario casi unánime de que es imprescindible hacer un cambio profundo en el principal partido de la oposición si pretende que el PP vuelva a gobernar algún día. Sí ha tomado una decisión que impide al PSOE igualar al PP con la ultraderecha: Feijóo se ha plantado ante las amenazas de Vox de no seguir apoyando a los gobiernos regionales del PP y Feijóo no ha dudado en romper con el partido de Abascal, asumiendo el riesgo de quedar en precario.

Los independentistas catalanes atraviesan un buen momento, pero el PNV intenta buscar su sitio, desconcertado y al mismo tiempo angustiado porque ha sucedido lo que tanto temían: Bildu le está ganando la batalla. En la izquierda de la izquierda, Sumar se deprecia cada día que pasa y lo que podría ser un elemento para que Podemos renaciera de sus cenizas no está tan claro que lo consiga: Pablo Iglesias hace amago de volver a la política, y no está tan claro que ese movimiento provoque entusiasmo en las bases y simpatizantes de un partido que con el tiempo ha perdido su identidad inicial.

Como no hay final feliz cuando se acumulan los problemas, España ha vivido en pleno otoño la mayor catástrofe de su historia: una dana que ha arrasado varios pueblos de Valencia y ha afectado seriamente a otros de Andalucia y Murcia con el resultado de más de 200 muertos y docenas demiles de familias que han perdido todo: vivienda, negocios, los recuerdosde su vida, familiares y amigos. Sólo logran recuperarse a duras penas gracias a un inconmensurable movimiento de solidaridad que ha demostrado que los españoles sacan lo mejor de ellos mismos ante las desgracias.

La corrupción desatada

En febrero, el partido que ganó la primera moción de censura de la democracia acusando al Gobierno de corrupción, se vio envuelto en una ola de noticias a cual más devastadora para Sánchez, algunos de los personajes más cercanos de su Ejecutivo y de su partido, e incluso de su propia familia, con su mujer, Begoña Gómez, acusada de presuntas ilegalidades para hacerse con una cátedra extraordinaria en la Complutense y tomar iniciativas que podrían considerarse tráfico de influencias. El hermano de Sánchez, músico, cambió su residencia de Badajoz a Portugal, un país menos gravoso fiscalmente y, además, se puso en cuestión cómo había obtenido su puesto de trabajo y el tiempo que dedicaba a ejercerlo en la Diputación de Badajoz.

Nada más aparecer saltar el nombre de Begoña Gómez, Sánchez se tomó cinco días de “reflexión” en los que se encerró en La Moncloa con su familia, sin responder siquiera las llamadas telefónicas. Cuando transcurrió el plazo que él mismo se había marcado, pidió audiencia al Rey, que todo el mundo interpretó como anuncio de dimisión, pues en caso contrario no tenía objeto la audiencia. Sin embargo, Sánchez acudió a La Zarzuela para anunciar a don Felipe su decisión de mantenerse en la Presidencia. Un episodio con trastienda política y personal, que se conocerá algún día.

Las noticias sobre presunta corrupción pusieron al Gobierno y al PSOEcontra las cuerdas, pues entre los presuntos implicados estaban algunos de sus más importantes dirigentes, así como una trama de comisionistas que se movían al máximo nivel. El presunto fraude fiscal del novio de Ayuso, que llegó a un acuerdo de conformidad con Hacienda, fue utilizado por el Gobierno para contrarrestar las noticias sobre la corrupción socialista, con maniobras tan burdas que provocaron la imputación del fiscal general del Estado.

Sánchez ha sobrevivido porque no se arredra ante nada, se defendió atacando a jueces, fiscales y periodistas por investigar las posibles fechorías que se habían producido en entorno, con un enrarecimiento generalizado de la convivencia política y, lo más grave para la continuidad del presidente, el distanciamiento de algunos de sus socios. Los Presupuestos siguen sin aprobarse a finales de año, varias leyes han sido tumbadas porque tanto Junts como PNV se han aliado con el PP y Vox –por razones fundamentalmente económicas, perjudicaban a sus simpatizantes y a empresas importantes de sus territorios– pero también se ha visualizado que algunos socios temen que el apoyo incondicional a Sánchez los contamine.

En Cataluña, Illa se ha convertido en president, Puigdemont ha perdido fuerza pero mantiene su aureola gracias a que Sánchez quiere afianzar más los lazos con él y Feijóo no rechaza llegar a acuerdos que debiliten al socialista. Puigdemont ha tenido su momento de gloria al viajar a Barcelona, pronunciar un discurso en al vía pública... y desaparecer para aparecer a los pocos días en Waterloo. Pocos dudan que fue posible gracias a un acuerdo con el Gobierno.

Además de Puigdemont y el fiscal general, Álvaro García Ortíz, otros personajes relevantes han sido noticia en 2024, aunque por razones muy distintas. Ábalos, su asesor Koldo García y el comisionista Aldama por sus vinculaciones con la corrupción; el dirigente de Más Madrid Íñigo Errejón por un caso de presunto abuso sexual que le han hecho dimitir de sus cargos políticos; Carlos Mazón por su desastrosa gestión de la dana en Valencia; Oriol Junqueras por su reelección como líder de ERC aunque hubo una importante operación para desbancarlo, y una larga lista de nombres propios en la que tiene papel destacado Isabel Perelló.

Gobierno y PP logran desbloquear el Consejo General del Poder Judicial después de 5 años, y fue elegida Perelló nueva presidenta tras la propuesta que hizo el PP de poner sobre la mesa el nombre de una magistrada considerada progresista; en el País Vasco, Imanol Pradales fue elegido lehendakari, tras unas elecciones en las que el PNV ganó por la misma y gobierna en coalición con el PSE.

Se aprobó la ley de amnistía exigida por los independentistas catalanes para seguir apoyando a Sánchez, pero el Supremo presidido por Manuel Marchena –relevado de la presidencia en noviembre al cumplirse su plazo, aunque continúa en el Alto Tribunal– no ha dado luz verde a su aplicación. Los independentistas han recurrido al Tribunal Constitucional, donde su presidente, Conde Pumpido, ha sido cuestionado durante todo el año por apoyar siempre las posiciones que convenían al Gobierno.

La Corona, el rey Felipe

En 2024 se han cumplido diez años de la proclamación de Felipe VI tras la abdicación de Juan Carlos I. Ha sido un año complicado para elRey, al que ha afectado la convulsión política del país y el hecho de que ni el Ejecutivo ni sus socios expresen excesivo entusiasmo, por no decir excesivo respeto, por la monarquía. Se han vivido situaciones en las que el Rey ha tenido que hacer todo un ejercicio de autocontrol ante algunas de esas faltas de respeto por parte de autoridades políticas que no han estado a la altura.

La otra cara de la moneda ha sido la reacción de afecto a la familia real en sus apariciones públicas, la creciente simpatía hacia la figura de la Princesa de Asturias, que este año ha finalizado sus estudios en la Escuela Militar de Zaragoza e iniciarlos en la Escuela Naval de Marín, para ir completando su formación militar, mientras la infanta Sofía continuaba sus estudios en el mismo colegio internacional de Gales que su hermana Leonor.

El año que finaliza ha sufrido una dana que ha conmocionado a toda España y que ha supuesto un supuesto un antes y un después en la percepción que infinidad de españoles han tenido sobre la figura del Rey y de la Familia Real.

Desde el primer momento expresó don Felipe su deseo de acudir de inmediato a la zona más devastada, en Valencia, en compañía de la Reina, y desde La Moncloa se le dijo que debía esperar a que fuera el presidente de Gobierno. Hicieron coincidir las dos visitas con el resultado de todos conocido: gritos y abucheos a Sánchez y a Mazón, agresión al presidente del Gobierno que abandonó la escena mientras los Reyes permanecían en Paiporta, con el rostro y la ropa manchados de barro, aguantado a pie firme y, finalmente, escuchando a las personas que les trasladaban su desesperación. Desde La Moncloa se criticó que no cumplieran los protocolos de seguridad; desde La Zarzuela se trasladó que estaban donde debían estar, expresando su apoyo a la gente.

Cuando se marcharon, prometieron regresar cuanto antes en visita privada. El Gobierno la convirtió en visita oficial a Chiva, Utiel y dos localidades más. Posteriormente presidieron el funeral solemne en la catedral de Valencia. No acudió Sánchez, aunque sí varios miembros del gobierno. Ya iniciados los días previos a la Navidad, hicieron una nueva visita, privada, acompañados de sus hijas. No gustó en La Moncloa. La dana, y sus consecuencias, se convirtió en el eje central del discurso de Nochebuena del Rey, que lanzó mensajes de gran calado, entre ellos, legislar pensando en el bien común, que no se cuestione la validez de la democracia y que el debate político se desarrolle con serenidad.

2024 no ha sido buen año en lo político ni en lo social. La inquietud sobre el futuro de las nuevas generaciones ha sido generalizada, aunque para los políticos el foco ha estado puesto en todo lo concerniente a la corrupción y cómo puede afectar a la continuidad de Sánchez. El presidente, sin embargo, no se inmuta: seguro de sí mismo, convencido en que la oposición no cuenta con la suficiente fuerza para luchar contra él, sigue adelante con políticas que satisfacen a sus socios... y que insatisfacen, y preocupan, a gran parte de los españoles.

stats