Antonio Hernández Rodicio
'Borraxeira' política
"Ninguna preocupación”, dicen en La Moncloa. Pues tienen motivos para estar preocupados, porque hay dos jueces trabajando para desentrañar la maraña de datos que tienen sobre la mesa. Por otra parte, gran parte de los que hasta ahora parecían ser solamente indicios se están convirtiendo en datos con soporte de grabaciones que obligan a poner la sospecha sobre el círculo más próximo del presidente. Incluso sobre el presidente del Gobierno. Por mentir –lo que ya no sorprende– y porque estaría al tanto de algunos de los asuntos que se encuentran en este momento bajo investigación judicial.
La UCO de la Guardia Civil ha elaborado informes demoledores para el presidente, precisamente por su conocimiento de aspectos oscuros protagonizados por dirigentes del llamado sanchismo, incluidos algunos de sus ministros. Y, como protagonista de la presunta trama delictiva, nada menos que su mano derecha durante años, su hombre de confianza al que hizo secretario de organización del PSOE, el cargo más relevante tras el secretario general. Le nombró también ministro de Fomento, La cartera con mayor presupuesto, lo que permite acumular enorme poder.
Durante el último año, Ábalos ha estado en el foco de la noticia y de la política nacional. Todos los medios de comunicación se han hecho eco de actividades que podrían ser delictivas, y resuenan las palabras que se le adjudican a Pedro Sánchez que, cuando se le preguntó reiteradamente por las razones por las que había prescindido de él en el gobierno de forma fulminante, Sánchez respondió algo así como “él sabe por qué”.
Ábalos y su asistente para todo, Koldo García, han protagonizado la política española durante varios meses, pero es de justicia reconocer que han sido fundamentalmente cuatro medios de comunicación, los digitales The Objective, Voz Populi y El Debate, más el periódico El Mundo, los que han realizado una investigación exhaustiva sin dejarse vencer por las presiones y por la campaña que sufrieron desde el gobierno. Hubo también intentos de recusar al juez Peinado cuando inició las indagaciones pertinentes para averiguar el papel de la esposa de Sánchez en un posible trágico de influencias para financiar sus actividades privadas, y ante esa nueva situación en la que surgió el caso Begoña, el presidente de gobierno utilizó toda la artillería para neutralizarlo, con la utilización de la Fiscalía General del Estado y la Abogacía del Estado.
Añadiendo además una feroz campaña de desprestigio contra quienes publicaban noticias sobre la presunta trama, añadían nuevos datos cada día, incrementaban el número de personalidades implicadas en esa trama y ofrecían pruebas documentales incuestionables. Investigación no hubo mucha, en el sentido estricto de la palabra. Pero sí un puñado de periodistas que no se achantaron ante las presiones y amenazas, que tenían fuentes excelentes, y recibieron de ellas pruebas contundentes sobre la escasez de trigo limpio en determinadas esferas del poder. Las pruebas contundentes, sobre todo documentos que solo se mueven en las altas esferas, han ocupado primeras páginas y siempre provocaban la misma reacción en La Moncloa y en las terminales sanchistas: fango, bulos, insidias, infamias.
La inquietud empezó a advertirse en los partidos socios del gobierno, y con el tiempo esa inquietud se trasladó a dirigentes regionales. No sólo García Page y Javier Lambán marcaban distancias con Pedro Sánchez –no por corrupción, sino por ceder ante las exigencias de partidos que le obligaban a tomar iniciativas indeseables– sino que otros barones socialistas empezaron removiéndose nerviosos en sus despachos, para acabar expresando abiertamente su posición contraria a algunas de las que se tomaban en Moncloa y se llevaban al Congreso de los Diputados.
Esta semana se vino abajo la “teoría del fango”. El jueves, los medios mencionados aparecieron con titulares que, encajados unos en otros, desenmarañaban la madeja y salía a la luz la trama de corrupción que se ha movido bajo la sombra del poder sanchista. Presuntamente, hay que insistir en presuntamente y en respetar la presunción de inocencia, aunque importantes dirigentes del sanchismo no la respetan en otras familias ideológicas. Pero las pruebas conocidas estos días son muy contundentes.
Víctor de Aldama, conocido empresario de Zamora, era un importante comisionista, un conseguidor, que se acercó a José Luis Ábalos cuando era ministro de Fomento, e hizo amistad también con Koldo García.
Han salido a la luz varios negocios compartidos entre ellos, con Aldama como mediador recibiendo a cambio millones, y también con importante beneficio para Ábalos y Koldo.
Varios han sido los sectores en los que se han movido: la compra de mascarillas durante la pandemia, importante y con apenas control aunque Ábalos siempre explica que en aquella época lo que urgía era suministrar las mascarilla; también intervinieron para que Duro Felguera cobrara una deuda del gobierno de Venezuela. Mediaron también para que empresas de comercialización de hidrocarburos recibieran atención del gobierno y, por último, que el gobierno aceptara el rescate de Air Europa, por una suma total que superaba los 800 millones de euros.
Este último asunto es el que más complica al presidente del Gobierno, porque afecta a su mujer.
El entonces CEO de Air Europa, Javier Hidalgo, patrocinó uno de los másteres de Gómez en la Complutense, y la esposa del presidente escribió una carta al Gobierno, que firmó, en la que expresaba su interés porque la situación de Air Europa. El rescate de la línea aérea se resolvió en apenas cuatro meses. Un plazo que llamo la atención: las empresas que solicitaban ayuda debían en torno al año o más… siempre que el rescate no fuera desestimado.
Se trata de un asunto serio. Los rescates se hacen en gran parte con fondos europeos, y Bruselas ya ha alertado en varias ocasiones al gobierno español sobre la obligación de dar cuenta del destino de esos fondos. Por otra parte, Calviño es hoy la presidenta del Banco Europeo de Inversiones, y no sería extraño que se le pidiera información sobre la operación Air Europa.
En otro nivel, en el de Ábalos y sus colaboradores en la trama, se han publicado multitud de audios, whasapps y vídeos demoledores: las comisiones cobradas por Aldama suman docenas de millones de euros, y 70 de ellos se encuentran en el extranjero. Aldama se encuentra en prisión desde hace unos días. El presidente estaba informado del polémico aterrizaje de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez en Barajas, aunque tenía prohibida la entrada. Es decir, Sánchez mintió una vez más. Los audios demuestran que Delcy y Aldama tenían un trasiego de compra de “barras” de oro venezolano, por valor de 60 millones de euros, y que en la operación intervinieron un avión pilotado por rusos.
Por otra parte, Ábalos recibió una muy buena comisión por sus gestiones, y recibió de Aldama un chalé en La Alcaidesa valorado en 600 millones, al que renunció cuando se separó de su mujer. Y también demuestran los audios que la trama pagaba el alquiler del apartamento de Jéssica, una pareja que le acompañaba a sus viajes oficiales cobrando 1500 euros diarios.
Todo es sórdido, escandalosa, y los jueces determinarán si también es delictivo. La UCO ha trabajado a fondo y hay pruebas importantes de al menos irregularidades incompatibles con el ejercicio de la política.
Sánchez se convirtió en presidente gracias a una moción de censura a Rajoy por presunta corrupción. Rajoy fue absuelto, aunque Sánchez y el entorno de Sánchez siguen refiriéndose al ex presidente como corrupto. Qué va a hacer Sánchez, es lo que hoy tiene en vilo al gobierno, al PSOE... y a los españoles. Mirar hacia otro lado para no enterarte de los delitos que cometen los tuyos, es una falta de responsabilidad… y también delito.
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