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Los españoles acuden a las urnas tras una campaña electoral atípica salpicada por la polémica de las listas de Bildu con 44 ex convictos de ETA y las detenciones por presunta compra de voto en Melilla, también en Mojácar y Albudeite (Murcia), que han roto la campaña y modificado las estrategias de los partidos sobre la marcha, dejando un escenario muy abierto para el 28M en comunidades y ciudades clave.
A estos casos que afectan a Coalición por Melilla, así como al PSOE andaluz, se ha sumado la petición del juez al TSJA para investigar al número tres del PSOE de Andalucía, Noël López, en relación al secuestro de una concejal socialista en Maracena (Granada) y las denuncias del PSOE y Podemos contra el PP en varios pueblos de Huelva, Castilla y León y Murcia por el voto por correo.
Esta sucesión de escándalos no solo han tensionado la campaña, sino que han sepultado el diseño original que los partidos habían programado, dejando paso a un escenario muy abierto en comunidades autónomas como la de Valencia, Baleares o Aragón y capitales importantes, como Barcelona, Valencia o Sevilla.
Los socialistas, que habían planificado una campaña de anuncios electorales en mítines -como la construcción de 186.000 viviendas o la bonificación del interrail para atraer el voto joven- que después eran aprobados en los consejos de ministros del martes, concluyeron la campaña electoral a la defensiva y evitando pronunciarse sobre los mencionados escándalos. Sánchez, que eludió en sus mítines estos asuntos, atacó al PP acusándole de "embarrar" la campaña para desmovilizar al electorado.
Numerosos casos de posibles fraudes electorales con compra de votos también han salpicado la campaña electoral de las elecciones del 28M.
Por orden de antigüedad apareció primero el caso en Melilla, donde una juez de ha puesto en marcha una investigación por presunto fraude electoral, mediante la compra de 10.000 votos por correo, sin descartar su posible conexión con formaciones políticas. En concreto, indaga en dos tramas que, presuntamente, habrían pagado entre 50 y 200 euros por cada voto irregular.
La Policía Nacional detuvo en Melilla a diez personas por su presunta implicación en la trama de compra venta de votos por correo en Melilla, entre ellos el número 3 de las listas de Coalición por Melilla (CPM) a las elecciones del 28 de mayo, Mohamed Ahmed Al-lal, delito electoral y pertenencia a grupo criminal.
Días después un caso similar sacudió en campaña a Andalucía, terminando con la detención de al menos siete personas por fraude en Mojácar, dos de ellos incluidos en las listas municipales del PSOE.
Los implicados en la trama habrían estado ofertando cifras que rondan los 100 euros, aunque en algunos casos la cifra se elevaría a 200 euros, dirigidas a personas de bajo poder adquisitivo, entre ellos principalmente ciudadanos de origen latinoamericano. También hay indicios que apuntan a otros compromisos a cambio del voto, como facilitarles un empleo tras las elecciones municipales.
A tres días de las elecciones municipales, Maracena añadió un nuevo giro de guión en el caso secuestro el 21 de febrero pasado de la concejal socialista Vanessa Romero –que no repite en las listas-, y por el que está en prisión el que era novio de la candidata del PSOE, Berta Linares, después de que el juez levantase el secreto del sumario y se hayan detectado posibles indicios delictivos, como supuestos inductores del ex alcalde de la localidad granadina y secretario de Organización del PSOE-A, Noel López, la alcaldesa del municipio, Berta Linares, y del concejal de Urbanismo, Antonio García Leiva.
El aforamiento del primero obligaba al magistrado a remitirlo a la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) para que asuma esa investigación y tome declaración como imputados en caso de estimarlo oportuno.
El presidente del Gobierno que dio comienzo a la campaña visitando en la Casa Blanca al presidente de los EEUU, Joe Biden, ya se había visto obligado a pronunciarse desde Washington para tratar de zanjar el asunto de Bildu. "No es decente aunque sea legal", declaró desde los jardines de la mansión presidencial. Por su parte, el líder del PP cogió el asunto como bandera y durante los 10 primeros días de campaña recordó los pactos y cesiones del PSOE a Bildu, machacando con la pregunta de si Sánchez volvería a pactar con este partido.
Los intentos de Sánchez de reconducir la campaña, apostando por atraerse el voto femenino con la Ley de Paridad, los anuncios en Sanidad o la puesta en valor de los logros económicos, quedaban tapados por los otros asuntos.
Esta situación ha provocado preocupación en muchos sectores socialistas que temen un efecto negativo en el voto del próximo domingo. Por el lado de los 'populares' la sensación en el final de la campaña ha sido bien distinta ya que Feijóo ha aprovechado todos estos casos para intentar que los indecisos se decanten por el PP, ayudándoles a lograr claras mayorías en CCAA y municipios.
También Santiago Abascal, que venía cargando contra el PP por su resistencia a pactar con Vox para formar gobiernos, se lanzaba en la recta final a utilizar todos estos casos contra el PSOE pero sin perder de vista a Feijóo.
Incluso se ha presentado como el único partido capaz de frenar la marroquinización de las ciudades autónomas, tras apuntar a la posible implicación de Marruecos en la compra del voto por correo. Y Podemos hacía lo propio, tratando de robar voto de izquierdas al culpar al bipartidismo de la situación, cargando especialmente contra el PSOE y erigiéndose como el único espacio político capaz de acabar con esta "corrupción".
Belarra remataba así una campaña dura contra el partido de Pedro Sánchez, pero sin descuidar las críticas contra Sumar recordando que Coalición por Melilla, acusada de la compra del voto por correo, formaba parte del Pacto del Turia que apoya a Yolanda Díaz. Además, Ciudadanos reenfocaba su campaña pidiendo una comisión de investigación en el Congreso tras tildar de "bochornosas" las presuntas compras de votos.
Los resultados de esta atípica campaña son inciertos. Según el último sondeo flash del CIS realizado tras la polémica de Bildu, el PSOE recortaba su ventaja sobre el PP a 2,3 puntos y Vox se situaba como tercera fuerza con 8, tras crecer 1,2, empatado con Podemos, que solo avanza una décima y se sitúa en 7,9 puntos. Ciudadanos se quedaba con un testimonial 2 por ciento. Sin embargo, otros sondeos como el de GAD 3, daban como ganador al PP con una ventaja de 4 puntos en las elecciones municipales. En cuanto a las autonómicas, las encuestas dan un crecimiento al PP en todas las plazas tras absorber buena parte del voto de Ciudadanos. Así, la mayoría de sondeos dan la victoria a los populares en La Rioja, al igual que en Murcia, mientras que el PSOE seguiría gobernando en Extremadura. También parece claro que Ayuso gobernará en Madrid con la única duda de si será o no mayoría absoluta. Pero quedan muy abiertos otros territorios como la Comunidad Valenciana, Baleares y Aragón. Que el gobierno de la comunidad que ahora preside Ximo Puig sea de izquierdas o de derechas puede depender en gran medida de que Podemos entre en el Parlament. No en vano, los líderes de todos los partidos se han volcado en este territorio, especialmente Sánchez y Feijóo -este último llenó la plaza de toros como en los buenos tiempos del PP en la Comunidad-, pero también Yolanda Díaz. Aunque no queda claro cómo va a operar en el voto la división de apoyos que ha hecho respaldando a Compromís en el Ayuntamiento y a Podemos en la Comunidad. La situación ha llegado a ser tan extraña que Díaz ha apoyado a Joan Ribó para la alcaldía delante de la candidata de Podemos.
También hay dudas sobre el futuro gobierno de Cantabria, ya que algunas encuestas dan una caída del PRC, el partido de Revilla y una subida de PP y Vox, con lo que el Gobierno puede depender de las sumas. En Navarra, no se prevé que sume la derecha que acude a las elecciones dividida y es previsible que el Gobierno salga de los pactos del PSN con Bildu y Geroa Bai. En Castilla La Mancha hay sondeos que dan claro vencedor a Emiliano García Page y otros en los que el resultado está más ajustado. Pero lo cierto es que se prevé que Vox entre en el Parlamento regional, desapareciendo Ciudadanos. De hecho Santiago Abascal se ha volcado en esta CCAA, con cuatro actos en campaña y cierre en Toledo.
Estas dudas que se trasladan también a capitales clave donde el gobierno va a estar muy reñido, en muchos casos, por las dudas sobre el aguante de Podemos. Es el caso de Sevilla, donde el PSOE se mantiene fuerte pero existe la duda de si sumará con la coalición de Podemos, IU y otros partidos, ya que el resultado de ambos bloques da muy ajustado. También se reproduce la situación en Valencia y en Valladolid, donde la izquierda sumó solo un concejal más que la derecha en 2019. En Barcelona cualquiera de los tres candidatos -Collboni, Trías y Colau- podría ser el más votado ya que las encuestas no son claras al respecto. En Madrid, Málaga o Zaragoza, el PP podría tener amplias mayorías al absorber a Ciudadanos.
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