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A la espera de conocer el resultado del voto en el extranjero, el hombre que decidirá si Pedro Sánchez sigue de presidente del Gobierno es Carles Puigdemont y sus siete diputados en el Congreso. En la Ejecutiva socialista se respira optimismo, la opinión mayoritaria es que Sánchez volverá a gobernar, aunque será una legislatura complicada, con una mayoría absoluta del PP en el Senado.
El propio presidente en funciones ha explicado en la reunión con su dirección, celebrada este lunes en Ferraz, que la democracia encontrará "una fórmula de gobernabilidad". El resultado de las elecciones del domingo deja pocas dudas sobre las escasas opciones que tiene el ganador, Alberto Núñez Feijóo para gobernar. Tendría que producirse una confluencia insólita entre Vox y el PNV para que ambos votasen al presidente popular sin que los del partido de Santiago Abascal entrasen en el Ejecutivo.
Puigdemont está huido de la justicia en Bélgica y la Fiscalía ha solicitado este mismo lunes al juez Llarena que active la orden la detención del ex presidente de la Generalitat, ya que carece de inmunidad por su condición de eurodiputado. Esto añade grandes problemas para Pedro Sánchez, pero no se consideran insalvables. En Junts hay una parte más pragmática y otra, la más cercana a Puigdemont, más radical. El socialista Salvador Illa no ha dejado de hablar con ambas, pero no ha conseguido por ahora el acercamiento de Puigdemont. Su decisión depende en buena medida de lo que consiga obtener de Sánchez, y eso debe ser algo más que lo logrado por ERC en la anterior legislatura, que fueron los indultos y la eliminación de delito de sedición.
Para que uno de los candidatos sea elegido presidente en el Congreso se necesitan más síes que noes. Aunque en una primera votación se requiere la mayoría absoluta, en la segunda, que se celebra a las 48 horas, basta con la mayoría simple. Alberto Núñez Feijóo podría contar con los 136 diputados del PP más los 33 de Vox y el de Unión del Pueblo Navarro( UPN), que suman 170 síes. Incluso si se le añade el voto de Coalición Canaria, no bastaría, llegaría a 171. ¿Quiénes votaría que no en esa investidura? El PSOE (122), Sumar (31), los siete de ERC, los siete de Junts, seis de Bildu y uno del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) supondrían 174 noes. No valdría ni la abstención del PNV, para que fuese presidente, tendrían que votarle los nacionalistas vascos.
El PNV no ha pensado en esta opción, pero la dirección popular soñó en determinados momentos de la noche electoral con una conversión nacionalista vasca si Vox renunciaba a entrar en el Gobierno de Feijóo. El PNV se encuentra en una posición de debilidad en el País Vasco, ha sido superado por el PSOE y por Bildu, pero una confluencia con Vox, un partido que niega las autonomías y se opone a la financiación vasca, sería letal para la organización.
Las posibilidades de una investidura de Pedro Sánchez son más altas. Si Junts se abstuviese, tendría 172 síes contra 171 noes, con lo que podría ser presidente, pero ello le obligará a negociar con ERC y Puigdemont, a la vez, y con PNV y Bildu. Es posible. En la reunión de la Ejecutiva de este lunes, Pedro Sánchez se ha mostrado optimista y ha comentado que "la democracia encontrará una solución".
No obstante, hay que esperar a conocer el resultado del voto en el extranjero, que estará listo el miércoles o el jueves. En el PSOE sostienen que aún pueden cambiar de dos a tres escaños en favor del bloque de la izquierda, hasta el punto de que la decisión de Carles Puigdemont no fuese decisiva.
El calendario para decidir si hay nuevo presidente, y quién es, o hay repetición electoral comienza el 17 de agosto. Ese día se va a constituir el Congreso de los Diputados, y la elección de la Mesa será básica para ver cómo funciona la posible unidad del bloque de las izquierdas con los independentistas. Si Junts se abstuviese, hay 172 diputados de izquierdas por 171 de derechas, de modo que el presidente o presidenta de la Cámara podría ser socialista. Este cargo es fundamental en momentos de incertidumbre, porque se convierte en la persona que marca las negociaciones y los tiempos de la investidura.
Una vez elegida la persona que dirigirá el Congreso, ésta informará al Rey de la constitución de la Cámara y la formación de los grupos. La legislatura echará a andar. Felipe VI realizará una primera ronda de consultas con los partidos, y será entonces cuando Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo informen de que están dispuestos a someterse a una sesión de investidura.
Feijóo ha dado a entender que se lo solicitará al Rey, ya que fue el ganador de la noche, pero esto se debe confirmar. Su antecesor en el cargo, Mariano Rajoy, rechazó la propuesta de Felipe VI en 2015. El argumento del entonces presidente en funciones es que él no iba a servir para "poner en marcha el reloj", y es que los dos meses de plazo que establece la Constitución para formar Gobierno se comienzan a contar desde la primera votación de investidura. En aquella ocasión, como Rajoy rechazó la propuesta real, Pedro Sánchez presentó su investidura, aunque no la ganó. Fue necesario que la Ejecutiva socialista destituyese a Sánchez y que el PSOE decidiese una abstención para que Rajoy, esa vez sí, diera el paso.
Ya no se contempla ningún cambio de opinión en el PSOE. Tanto si Feijóo se presenta ante la Cámara como si no recibe el encargo de Felipe VI, Pedro Sánchez sí lo hará pero necesitará mucho tiempo para poner de acuerdo a todos los independentistas y nacionalistas. Con quien sí cuenta es con Yolanda Díaz y los 31 diputados de Sumar. Díaz ya aventuró el domingo que habría un Gobierno progresista.
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