Pedro Sánchez no rompe el bloqueo y encumbra a Vox

Resultado de las elecciones generales 10-N

El PSOE con todos los partidos de izquierda y el PNV se queda en 168 escaños

Albert Rivera convoca un congreso extraordinario tras el desastre de Ciudadanos

Resultado del escrutinio de las elecciones generales en Andalucía

Santiago Abascal, líder de Vox, celebra el resultado electoral del 10-N. / Efe
R. D.

10 de noviembre 2019 - 22:16

Al presidente del Gobierno en funciones no le ha salido bien la jugada. Todo lo contrario. Ni el presidente del CIS, José Félix Tezanos, ni Iván Redondo, su asesor áulico, han interpretado bien qué está ocurriendo en España. Pedro Sánchez no ha conseguido romper el bloqueo parlamentario que le ha llevado a la repetición electoral este 10 de noviembre. En el experimento se ha dejado 800.000 de votos y tres escaños. Al contrario de lo que ocurrió con Rajoy, que también debió de repetir unos comicios, las urnas han interpretado que es uno de los causantes del bloqueo. El del PP ganó 14, el del PSOE pierde tres.

Si logra ser investido presidente, lo será mediante un acuerdo más complicado. La suma del PSOE y de todos los partidos de izquierdas más el PNV sólo alcanza los 168 escaños, a siete de la mayoría absoluta. El claro ganador de esta repetición electoral es Vox. El partido de Santiago Abascal fulmina a Ciudadanos, que prácticamente está a punto de pasar a la historia, como UPyD. A pesar de que el PP de Pablo Casado mejora de modo notable el resultado, la suma de los tres partidos de centro y derecha se quedan lejos de su aspiración. El bloque de izquierda sigue sumando más. La participación ha rozado el 70%, 3,5 puntos menos que el 28 de abril.

Con 168 escaños, en el supuesto que le votase el PNV y Teruel Existe, que logra entrar en el Congreso, Sánchez necesitaría cerca de diez abstenciones. Las puede buscar en ERC, pero no hay que descartar que Ciudadanos terminase por dejarle pasar para liberarle del apoyo de los independentistas. El líder popular, Pablo Casado, ha rechazado cualquier apoyo al socialista, se ha declarado incompatible, mientras que Rivera se ha limitado a felicitar a Sánchez y ha dejado abierto qué hará.

El PSOE ha perdido tres diputados, se queda con 120 escaños, sigue siendo la primera fuerza pero sale debilitado. Con esa representación, sólo puede confiar en montar un Frankenstein -una mezcla de partidos de izquierdas- similar al que le apoyó en la moción de censura que le ganó a Mariano Rajoy. Pero, sin dudas, el perdedor de la noche es Albert Rivera y Ciudadanos, que pasa de 57 a 10 diputados. Pudo formar Gobierno con Sánchez en verano, pero no quiso y las urnas lo han castigado sin compasión. Rivera no quiso ni reunirse con Sánchez porque, según su ensoñación, era el líder de la derecha española. Sólo cuando faltaban horas para la convocatoria automática de las elecciones, al líder naranja se le ocurrió registrar una propuesta que no funcionó ni como trampantojo.

Rivera se ha dejado 2,5 millones de votos de una elección a otra. Ciudadanos ha convocado un congreso extraordinario, pero su líder no ha anunciado, de momento, que se marcha. El electorado ha castigado a quienes podían formar Gobierno y no lo hicieron: PSOE, Unidas Podemos y, sobre todo, Ciudadanos. Es una lección magistral para el futuro. En términos generales, esta repetición ha provocado una enorme reordenación en la derecha española. Vox, el más extremo de los tres partidos, se convierte en la tercera fuerza del país. En algunas comunidades, como Andalucía, casi le pisa el resultado al PP. Con un discurso más radical que Ciudadanos sobre Cataluña y la inmigración, el joven partido de Santiago Abascal ha pasado de 24 a 52 escaños. Antes de las elecciones del 28 de abril de 2019, era un partido sin representación. Lo han apoyado 3,5 millones de españoles.

Pablo Casado se consolida, definitivamente, como el líder de la oposición y del PP. En sus primeras elecciones sólo obtuvo 66 escaños y si resistió fue porque en las elecciones autonómicas y municipales consiguió cerrar pactos de gobierno allí donde hubo una oportunidad. No le falló ninguno. Ahora, el diputado palentino cuenta con 88 escaños, gana medio millón de votos y puede encarar una legislatura con aspiraciones de convertirse en el próximo presidente del Gobierno. Ahora bien, tendrá que vigilar el flanco derecho del electorado.

El partido de Pablo Iglesias, Unidas Podemos, también se deja bastantes apoyos en estos meses. La aparición de Íñigo Errejón le pasa factura, aunque su anterior número dos no logra rentabilizar su éxito mediático. Unidas Podemos logra 35 escaños, mientras que Errejón suma tres, de los cuales uno procede de los valencianos de Compromís. El BNG vuelve al Congreso con un diputado, después de romper también con Iglesias.

En el bloque independentista se han producido algunos cambios, pero por la aparición de las CUP. Esta formación radical y antisistema, catalana e independentista, obtiene dos escaños. ERC, el partido de Oriol Junquera, pasa de 15 a 13 escaños, sigue siendo el líder de ese sector, seguido por JxCat, el partido de Carles Puigdemont, que consigue uno más y se coloca en ocho escaños. Los independentistas no consigue rentabilizar la respuesta de la sentencia al Supremo.

Bildu, heredero político de la antigua Batasuna, se queda con cinco escaños. El PNV sube uno y llega a siete, y sigue siendo el primer partido en el País Vasco. El grupo regionalista cántabro sigue con un escaño y Coalición Canaria, con dos.

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