La crisis del euro impregna los mensajes para el 20-N

Rajoy apela a la "responsabilidad de todos" y asegura que ha tomado nota sobre quiénes le fueron leales. Rubalcaba pide al BCE "que gaste lo que tenga que gastar, no sólo un poquito".

La crisis del euro impregna los mensajes para el 20-N
La crisis del euro impregna los mensajes para el 20-N
J. M. Marqués Perales

15 de noviembre 2011 - 18:20

Hubo una gripe española que envió a millones de personas a la tumba, y hay otro virus griego que, tras engullir a Portugal e Irlanda, va a por Italia y España, y ayer amenazó a Francia, Bélgica y Austria. La crisis de la deuda de los países del euro, reflejada en ese diferencial de confianza respecto al bono alemán que se llama prima de riesgo, se llevó ayer el protagonismo de los mítines de los aspirantes a las elecciones generales del domingo. A menos de una semana de que España sancione en las urnas un más que previsible cambio político, la prima de riesgo alcanzó el máximo de los 455 puntos y el Tesoro hubo de pagar unos intereses del 5%, un porcentaje olvidado desde 1997, cuando el conjunto de la deuda era mucho menor. Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba realizaron interpretaciones distintas de este nuevo repunte de la crisis que recuerda bastante a la del verano.

Uno asegura que todo se debe a la mala gestión de Zapatero y a que el cambio es la condición indispensable, aunque no suficiente, para devolver a España la credibilidad, mientras que el otro, el socialista, apuntó, directamente, al Banco Central Europeo y a su falta de empuje para salir a los mercados a "defender el euro", "a gastar lo que haya que gastar, no un poquito", y a "decir, esto se acabó". Un ex ministro de Economía, Carlos Solchaga, que ayer acompañó a Rubalcaba en un foro económico, junto a Javier Solana, dijo lo siguiente: la salida de esta enorme crisis depende en un 95% de las decisiones europeas y sólo en un 5% de las nacionales, "lo contrario de lo que ocurría hace dos años".

Mariano Rajoy estuvo ayer en Vigo y Santander, donde pronunció un discurso sustentado en que el cambio político romperá con "la desconfianza que hay dentro y fuera de España", la culpable de que la emisión de la deuda se pagase ayer al precio más alto en 15 años. "La gente ya está muy cansada y no está ni para milongas ni para cuentos", mantuvo Rajoy, quien, no obstante, avisó que la tarea que le queda al Gobierno es "gigantesca, muy difícil", por lo que aludió a todos: "A los sindicatos, a los empresarios, a los españoles, al sistema financiero y a los medios de comunicación". Se hace patente que el aspirante del PP, a medida que se aproxima la posibilidad de gobernar, va avisando de la enorme tarea que le queda por delante, a él y a todos los citados. Eso sí, aún no ha pronunciado el sangre, sudor y lágrimas con el que Churchill avisó a los británicos de las penalidades de la Segunda Guerra Mundial.

Rubalcaba volvió al País Vasco, pero en Madrid, y por la mañana, mantuvo un encuentro con economistas, y su discurso fue muy diferente. El socialista urgió al Banco Central Europeo (BCE) a romper el "círculo vicioso mortal"; esto es, a salir a los mercados a comprar deuda de los países europeos para "darle el mensaje que entienden, el otro es el que no entienden". Rubalcaba criticó a las instituciones europeas por unos titubeos que, ciertamente, deben estar desconcertando a los inversores de medio mundo.

Pero la campaña electoral, la de estos cuatro días que restan hasta el domingo, ya no es el del duelo entre Rajoy y Rubalcaba, sino el del PSOE por ganarse la confianza de los indecisos, los enfadados, los indignados y, en especial, de aquéllos que se están desplazando hacia IU. Ése va a ser el objetivo. Rubalcaba aterriza hoy en Almería para acometer un auténtico maratón por todo el oriente andaluz, que incluye una comida con simpatizantes en Jaén, dos mítines de los llamados en ruta en Guadix y Antequera, y final en Málaga, donde reunirá a todas las generaciones del Partido Socialista, incluidos el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, el lehendakari Patxi López y el cabeza de lista por Vizcaya, Eduardo Madina. Se trata de un cierre de filas en torno al aspirante para que el PSOE salga fuerte, aunque derrotado, de las elecciones del 20-N. Lo del voto útil se va a oír mucho estos días, como lo de que votar a IU es dar el respaldo al PP. Rajoy también piensa en su partido. No en vano agradeció al PP cántabro el apoyo que le había prestado en los momentos difíciles, cuando su liderazgo estuvo cuestionado. "Tomo nota", dijo. ¿O avisó?

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