La gestora abordará el desbloqueo del Gobierno
El riesgo de terceras elecciones se aleja, pero la decisión corresponderá al Comité Federal. Los 'pedristas' podrían solicitar que se pronunciasen las bases.
Aún más difícil que recomponer el partido, para lo que contarán con bastante tiempo, la gestora que se ha hecho cargo del PSOE tendrá que afrontar el desbloqueo del Gobierno de España. La mayor parte de los críticos -ahora ya convertidos en oficialistas- es partidario de dejar pasar la investidura de Mariano Rajoy, ante la certeza de que no hay una alternativa viable liderada por el PSOE y no es conveniente someter al sistema democrático a unas nuevas elecciones.
De este modo, se aleja el riesgo de celebrar los comicios el 25 de diciembre, día de Navidad, pero la gestora deberá afrontar un complicado trabajo de pedagogía entre sus dirigentes y, especialmente, la militancia. Además, la gestora, dirigida por el asturiano Javier Fernández, podrá proponer una salida al bloqueo, pero en último término tendrá que ser el Comité Federal el que decida si se abstiene ante Rajoy o si, en caso contrario, lleva al país a la repetición.
Los barones son partidarios de una abstención técnica, difieren en cómo llevar la negociación con el PP, pero ninguno va a volver a intentar la alternativa de izquierda. Ese fue el gran error de Pedro Sánchez, su búsqueda de un Gobierno de cambio en alianza con otras fuerzas de izquierda carecía de fundamento, y se hizo evidente que lo que buscaba era perpetuarse en el cargo hasta después de otras elecciones.
Los diputados tienen hasta el 31 de este mes para investir a un presidente. Quedan cuatro semanas en las que el Rey debería volver a realizar una ronda entre partidos y encargar la formación a un candidato, previsiblemente Rajoy. José Antich, ex presidente balear y miembro de la gestora, aseguró ayer que defenderá el no a Rajoy, y la catalana Nuria Parlón, alcaldesa de Santa Coloma y posible alternativa a Miquel Iceta en el PSC, explicó que los diputados catalanes no se abstendrán. Javier Fernández y los presidentes autonómicos van a tener que hacer un gran ejercicio de pedagogía. La falta de posicionamientos públicos de los barones territoriales a favor de la abstención se debía al temor de que Pedro Sánchez lo utilizase como herramienta de desgaste contra los opositores. De hecho, el ex secretario general identificó el viernes pasado a la gestora con otorgarle la abstención a los populares y extender la alfombra a Rajoy camino de su investidura y su pretensión fue que se votasen estas dos cuestiones a la vez.
La gestora se reúne por vez primera esta mañana, pero el martes habrá un encuentro aún más relevante, el del grupo parlamentario en el Congreso. Ahí deben producirse cambios, ya que Pedro Sánchez dejará de ser presidente del grupo, y es más que posible que Antonio Hernando también abandone la portavocía. Esta circunstancia todavía no está clara, ya que Hernando ha sido uno de los pedristas que ha negociado con la otra parte y dejó que el grupo de diputados expresase su descontento con Ferraz. Corresponde a este grupo ejecutar la decisión que tome el comité federal.
Si el PP sigue sin conseguir más apoyos, necesitará, al menos, 11 abstenciones del PSOE. No obstante, los populares podrían intentar un acuerdo con el PNV, aunque sería insuficiente; incluso de esto modo requerirían de una abstención socialista. Uno de los problemas del acuerdo es que el Gobierno desea que, tras la investidura, los socialistas le apoyen en la aprobación de los más que vitales Presupuestos del próximo ejercicio. Los dirigentes territoriales del partido se oponen a esto último, por lo que el Gobierno tendría que buscar, sí o sí, el apoyo de los nacionalistas vascos o prorrogar las cuentas. En ese caso, un decreto ley valdría para aprobar el techo de gasto, y dar la información que Bruselas requiere cada vez con más vehemencia de España.
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