Pedro Sánchez, incómodo convidado de piedra en la UE
Las claves
El presidente se niega a aceptar que vivimos una situación muy complicada que se tiene que afrontar con valentía y mirando de centro el peligro

DESDE que Trump ganó las elecciones y se empeñó en pasar a la historia como el impulsor de un acuerdo de paz en Ucrania a través de una maniobra pactada entre él y Putin al margen de Zelenski y de los gobernantes de la UE –afectados directos de las consecuencias–, el presidente español se ha convertido en un incómodo personaje en la UE.
Llevado por sus anticuadas inclinaciones –propias de asambleas universitarias de épocas franquistas– que le llevan a mirar con recelo a todo lo que signifique Ejército, armas o incluso Estados Unidos; y obligado también –sobre todo– por las exigencias de sus socios de Gobierno, tan retrógrados políticamente como él mismo, se niega a aceptar que en Europa, y por tanto España, vivimos una situación muy complicada que se tiene que afrontar con valentía y mirando de centro el peligro.
Una parte considerable de la ciudadanía europea, fundamentalmente la de los países orientales y nórdicos, lee con atención las instrucciones de sus Gobiernos para comprar lo indispensable que se necesitaría por si una emergencia obliga a estar recluidos durante dos o tres días. Lo que se llama ya un kit de supervivencia.
Ese kit ha sido estudiado y decidido estos últimos días por las autoridades de la UE y también por los gobernantes de los países europeos –incluido el primer ministro del Reino Unido aunque ya no forma parte de la UE–, que promueven una campaña de concienciación ciudadana para que estén preparados por si se produce un ataque cibernético, militar, o cualquier otro tipo de catástrofe. ¿Guerra? Se trabajará todo lo necesario para que no sea así, pero no se puede engañar a los europeos: hoy mandan en el mundo dos personajes peligrosos por sus ansias desmedidas de poder que les provocan reacciones locoides.
Gobiernos sensatos trasladan a sus ciudadanos que en situaciones como la que vivimos es aconsejable tomar medidas de prevención, aunque piden tranquilidad ya que en caso de peligro se activarán las alarmas. Mientras tanto, explican que la recomendación de un kit no es una broma, y que es aconsejable que todo el mundo tome medidas que les permitan protegerse durante 72 horas en caso de quedarse incomunicados o encerrados. Alimentos no perecederos, agua, analgésicos, las medicinas que necesitan habitualmente así como las recetas médicas para surtirse de ellas, linterna, radio, pilas de repuesto, cerillas, ropa de abrigo, cargadores y copia de la documentación personal y de otro tipo de documentos que puedan necesitar en el futuro. También recomiendan una navaja multiusos.
Sánchez falsea cifras
No se trata de alarmismo, sino de prevención, conviene no asumir riesgos indeseados. Si Putin –a quien se teme– toma decisiones indeseables, es preferible que encuentre a la población europea preparada para autoprotegerse. De hecho, Finlandia, los países bálticos y Polonia, fronterizos con Rusia, llevan semanas reforzando sus fronteras y tomando medidas para afrontar una indeseada invasión rusa, modelo de lo que hace tres años hizo Putin con Ucrania.
Sánchez es el único líder europeo que se resiste a incrementar el presupuesto de Defensa en la medida en que lo pide la OTAN y la UE. Es también el país de la OTAN que dedica menos porcentaje de su presupuesto a la Defensa, apenas el 1,2% frente al más del 4 de Polonia que, por razones obvias, es el país de la UE que encabeza la lista.
La OTAN y la UE exigen que sus miembros dediquen al menos el 2%, cifra que Sánchez se había marcado para 2029 y, aunque se ha visto obligado a prometer que en vista de las circunstancias llegará a ese porcentaje antes de ese año, ni dice cuándo ni cómo. Es más, desde la OTAN han filtrado que España ni siquiera llega al 1,2 como afirma, porque ha hinchado las cifras haciendo ver que destina a Defensa partidas que no son aplicables. Sánchez debe creer que en las instituciones europeas no saben hacer números ni desmenuzan los informes. Incluye partidas que pertenecen al sector de la seguridad, no a la Defensa. Tropas, armas, tecnología e investigación, aviones, buques, carros de combate y un largo etcétera que conoce perfectamente cualquier profesional de un capítulo presupuestario que es clave indispensable para cualquier país, democracia o dictadura.
Macron y Merz marcarán el futuro europeo
En las últimas semanas se han producido varias reuniones de países de la OTAN y la UE, la mayoría impulsadas por Macron y el británico Starmer, con la participación de Zelenski en alguna de ellas, aunque Ucrania no pertenece a ninguna de las dos organizaciones. Merz, que será canciller alemán antes de que finalice el mes de abril, tras el acuerdo al que ha llegado con los socialdemócratas y verdes, ha mantenido una importante conversación con Macron antes de acceder al Gobierno porque la crisis así lo aconsejaba. En Europa se está diseñando un futuro que pasa por regresar al histórico pacto francoalemán que ha sido siempre impulsor de la UE y que ahora se verá reforzado, desde fuera, con una estrecha comunicación con el premier británico, Starmer.
En todos estos movimientos europeos y atlantistas, el papel de Sánchez ha bajado considerablemente. Hace semanas, a raíz de que Trump ganara las elecciones en Estados Unidos y se preveían cambios importantes en el escenario internacional, Macron convocó al Elíseo a media docena de jefes de Gobierno europeos. No invitó a Pedro Sánchez, a pesar de sus gestos público de afecto.
Tanto en la reunión del Consejo Europeo de hace unos días, del que forman parte todos los presidentes de la UE, su papel no fue destacado por nadie. Y en el nuevo encuentro del jueves en el Elíseo de los gobernantes europeos, de todos, con asistencia también de Starmer y Zelenski, el papel del presidente español fue poco más que de convidado de piedra. Se marchó muy pronto, no se quedó al bla bla bla final habitual.
Su empecinamiento en no fijar fecha para presentar el nuevo presupuesto de Defensa, o de seguir desmarcándose de los compromisos que están adoptando la OTAN y la UE respecto a la guerra de Ucrania, ha devaluado considerablemente su figura política.
El 24 de junio se celebrará en La Haya una cumbre de la OTAN, y su secretario general ha dado a entender que ese día España presentará su aportación nacional. Moncloa se ha apresurado a desmentir que Sánchez haya prometido nada en ese sentido. España llegará al 2%, pero no hay fecha.
Se comprende. Pedro Sánchez lleva dos años con los PGE prorrogados, no ha presentado tampoco los de 2025 porque sabe que no los aprobaría el Congreso con los apoyos actuales, y se le hace muy difícil por tanto presentar en Bruselas los que corresponderían a Defensa. Sánchez sólo podría hacerlo si sumara a Defensa otras partidas, porque al no tener presupuestos no pueden ampliarse sin más las destinadas al ministerio de Margarita Robles. Ministra que, por otra parte, no tiene el poder necesario para mover partidas de otros ministerios para su departamento, eso es algo que se decide en Moncloa, en Presidencia.
La situación para Sánchez, por tanto, es insostenible a nivel internacional. Pero está decidido a mantenerse.
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