Ruta de San Lorenzo: tesoros tradicionales salpicados de barroquismo

Ruta de San Lorenzo (1 de 2)

Entre una iglesia fernandina -la de San Lorenzo- y una barroca -la de los Trinitarios- se reparten unos patios que son tan distintos como tradicionales, que aúnan clasicismo y vanguardismo

Detalle del patio de Pastora, 2
Detalle del patio de Pastora, 2 / Juan Ayala

Entre una iglesia fernandina -la de San Lorenzo- y una barroca -la de los Trinitarios- se reparten unos patios que son tan distintos como tradicionales, que aúnan clasicismo y vanguardismo y que en algunos casos son verdaderos jardines botánicos, como el del número 2 de la calle Pastora, el patio de Rafael Barón, un recinto muy singular y uno de los más premiados del concurso. El de Pastora, 2 es uno de los cinco recintos que -junto a San Juan de Palomares, 8; Alvar Rodríguez, 8; Alvar Rodríguez, 11; y Pozanco, 6- se pueden visitar en la Ruta de San Lorenzo dentro de la categoría de arquitectura moderna durante estos días de la Fiesta de los Patios de Córdoba. En esta ruta se pueden visitar en total 12 patios; siete de ellos -Guzmanas, 7; Frailes, 6; plaza de San Rafael, 7; Pozanco, 21; Mariano Amaya, 4, San Juan de Palomares, 11; y Trueque, 4- de arquitectura antigua.

Patio de Pastora, 2
Patio de Pastora, 2 / Juan Ayala

"Yo sé que mi patio [el de Pastora, 2] es singular, en el sentido de que está creado por mi mujer y por mí; no es una arquitectura que haya evolucionado con el tiempo, que distintas generaciones lo hayan amoldado a sus necesidades. Nosotros nos encontramos una parte del patio, que es la parte trasera, que ya estaba antiguamente en la casa, y donde modificamos la escalera, que era en forma de L a forma de U para poder sembrar el naranjo, porque lo que teníamos claro era que queríamos sembrar tres árboles para simbolizar las tres culturas de la ciudad", destaca Rafael.

Por ello, sembraron el laurel, por la romana; el olivo, por la judía; y el naranjo, por los árabes. "Y luego, aprovechando el hueco de la escalera, recuperamos la pila de lavar, además creamos una fuente, porque siempre en los patios se ha escuchado el ruido del agua de fuente, y tuvimos la suerte de recuperar el pozo árabe", puntualiza. Rafael insiste en que a la gente el patio le parece cuando lo ve que es fruto de una rehabilitación más que de una construcción nueva. "A la gente le llama también la atención el estado de las plantas y preguntan que cómo podemos conseguir que estén tan bonitas y espectaculares", anota mientras una visitante se interesa por la capilla que preside el recinto con la imagen de la Virgen de la Salud. "También nos dicen que este patio es un patio muy vivo y, es verdad, los patios son seres vivos que van cambiando todos los años y por eso cada año parecen distintos", defiende.

Rafael está intentando renovar "todo lo que es la maceta de barro, copiando el modelo antiguo que se usaba en Córdoba, que era el modelo de copa, y que por desgracia se fue perdiendo por la maceta más industrial, que es más económica, de hecho esta mañana le ha encargado a un alfarero de La Rambla 20 tiestos para ir completando esa renovación después de que hayamos cambiado ya este año 50 macetas que nos han hecho en barro blanco y que hemos pintado con el azulillo típico de este patio", explica.

Patio de Guzmanas, 7
Patio de Guzmanas, 7 / Juan Ayala

También es novedad, pero en esta ocasión en lo que respecta a participación en la Fiesta de los Patios, y dentro de la modalidad de arquitectura antigua, el de Guzmanas, 7. "Hemos presentado el patio poniendo en valor la antigüedad del mismo, lo hemos recuperado manteniendo su esencia gracias a los datos que tenemos de cómo era en 1690; queremos compartir esa recuperación con la ciudad", detalla Óscar Rubio. Óscar defiende que uno de los elementos más singulares y que llaman la atención del visitante es la gran reja de entrada al recinto en la que la Chiquita Piconera está grabada en forja "y que es un homenaje a Julio Romero de Torres". "Y también la recreación de la cocina en el lugar en el que se ubicaba originalmente, además de que llama mucho la atención la recreación que trajimos de unas hormigas de hierro, que es una pieza muy típica de Ibiza, y la variedad de plantas que tenemos con mucha solera". "Es un patio para compartir con los demás, porque el patio que no se comparte con los demás no es un patio cordobés", defiende.

Patio de San Juan de Palomares, 8
Patio de San Juan de Palomares, 8 / Juan Ayala

Un patio muy compartido con los demás es el de San Juan de Palomares, 8, que junto con el de Pastora, 2 y alguno que otro más se pueden visitar durante gran parte de año. "Este año hemos introducido una azulejería de alambrilla con piezas del siglo XIX y del XVI y unas tablas de un artesonado mudéjar", refiere Gabriel Castillo sobre su patio, "un recinto muy particular", añade. Esa particularidad se la da un impresionante pacífico, una de las piezas vegetales más importantes de los patios que se presentan al concurso, "y por el que la gente me pregunta mucho", apunta. Otra de sus particularidades son los restos arqueológicos que atesora de "todas las culturas que han pasado por Córdoba" y una fuente única sobre la que descansa un San Rafael, "que es un relieve del escultor cordobés Antonio Castillo Ariza", su tío, "un relieve que se hizo en escayola para pasarlo a madera policromada", detalla.

Patio de Alvar Rodríguez, 8
Patio de Alvar Rodríguez, 8 / Juan Ayala

Como si de una escultura floral se tratara, Ángela María Gómez ornamenta su patio de Alvar Rodríguez, 8. "Este año he incorporado unas tillandsias, que son unas plantas difíciles de encontrar y que no necesitan tierra para mantenerse, se mantienen con la humedad ambiental del recinto". Ángela María defiende que la singularidad que tiene su patio "es su variedad floral; como soy florista, me gustan las plantas y es verdad que sí voy comprando cosas, pero la esencia de un patio no es poner todo nuevo. Desde mi punto de vista, la esencia de un patio está en conservarlo, que la planta crezca, que se mantenga, reproducirla, hacer de plantas grandes plantas pequeñas... Mi idea de patio es diferente a la del patio clásico", sostiene. Ángela María está convencida de que el hecho de ser florista no es una garantía para vestir el patio mejor que el resto de concursantes. "Hay mucha gente que no es florista y tiene patio y sabe mucho más de plantas que cualquier florista", apunta.

Patio de Alvar Rodríguez, 11
Patio de Alvar Rodríguez, 11 / Juan Ayala

En esa misma calle se puede visitar Alvar Rodríguez, 11, el patio de María Prieto. Uno de los elementos que diferencia a esta patio del resto es su pozo de estilo árabe, encalado, con tejadillo a dos aguas, adornado con una imagen de San Rafael, inspirado en el de Trueque, 4 y que descansa sobre suelo de enchinado cordobés. "El pozo y la mucha variedad de flores del patio son dos de las cosas que más le llaman la atención a quienes nos visitan", cuanta la hermana de la propietaria.

Patio de Pozanco, 6
Patio de Pozanco, 6 / Juan Ayala

Las mariposas se han convertido en santo y seña del patio de Pozanco, 6, el de las familias de las cuñadas Mercedes Romero y Ana Sánchez. "Este año hemos cambiado las formas florales de los balcones y las ventanas; hemos puesto más bien calas pequeñas de colores y hemos quitado también macetas para ganar un poco de espacio también", relata Ana. Junto a las mariposas, defiende que una de las singularidades del recinto es "una ventana llena de orquídeas, que no creo que en ningún otro lugar la haya". Esas mariposas de adorno están algunas confeccionadas en papel y otras muchas en latón y se pierden entre las plantas, también entre las más raras, "como la flor de la gamba, sobre la que pregunta mucha gente, la gente se interesa mucho por la vegetación del patio", añade Ana.

stats