El compás lo ponen ellas

CRÓNICA DEL JUEVES DE FERIA

Más de una veintena de coros participan en el tradicional camino, que parte desde la Puerta del Puente, hasta El Arenal, en una jornada de intenso calor, que concluye en la Caseta Municipal

Integrantes del coro La Alegría de la Viñuela / Laura Martín

Si el miércoles de Feria es el reservado por miles de jóvenes por eso del botellón junto al río, el jueves de Feria es para los coros rocieros, que ayer llenaron las calles del recinto ferial de El Arenal de música, compás, palmas y, sobre todo, de mucho entusiasmo.

Pero para llegar al recinto ferial hay toda una liturgia que cumplir y que comienza poco antes del mediodía. El punto de partida, una vez más, es la Puerta del Puente donde los más de veinte coros que participan en este particular peregrinaje hasta la Feria se dan cita y convierten el emplazamiento en un auténtico babel de cantos con en los que los turistas no dejan de sorprenderse.

“Camino del Arenal vamos andando...”, cantan las integrantes del coro San José Obrero de la Fuensanta, que se resguardan, como pueden, del intenso sol que a mediodía luce en lo alto del cielo cordobés. María Redondo es una de las integrantes de esta formación que comenzó su andadura hace 14 años. “Esto no cansa y es una alegría para nosotras”, anota.

Coro San José Obrero de la Fuensanta / Laura Martín

Es Asunción Lara quien intenta marcar el ritmo durante el camino. No en vano, es la encargada de llevar un tambor sujeto con un arnés que, según anota, pesa unos ocho kilos. “Las fuerzas durante el camino me las dan ellas”, destaca en referencia a sus compañeras, al tiempo que resume que los coros “dan luz y alegría” a la Feria.

Pues sí, luz, alegría y compás durante todo el recorrido, marcado por un más que intenso calor que parece que no hace mella entre los componentes de los grupos. Un camino que este año abre el coro La Alegría de la Viñuela porque “madrugamos mucho para recoger la instancia”, cuenta con una gran sonrisa Rosa Lozano. Con vestidos blancos con lunares azules, esta agrupación fue deleitando al público que se agolpa a su salida con “canciones dedicadas a Córdoba”, añade.

“Mira, lo peor es el calor; qué pongan unos pinos en el camino”, señala Toñi Josende, una de las 26 personas que forman parte del coro Las Jaras y a quien desde hace 13 años no le duele prenda alguna en participar en esta iniciativa tan singular y que culmina con la su actuación y la recepción en la Caseta Municipal. Amas de casa, jubiladas y trabajadoras –alguna de ellas han pedido el día para poder participar– integran este grupo que también hace visitas a residencias de mayores y a la prisión.

"Lo peor es el calor; qué pongan unos pinos en el camino", bromea una de las integrantes de un coro

Victoria Salas es la directora del coro Nuevo Amanecer y coincide con el resto de formaciones es que eso de calor “es lo peor” del camino, pero “oye, antes muertas que sencillas”, señala durante el camino que empieza a convertirse en algo más complicado por aquello de que la sombra no llega por ningún lado, el calor va in crescendo y aún hay un trecho bastante importante hasta llegar a El Arenal.

“Hay que ir dosificando el aire y las fuerzas”. Es el consejo que lanza para hacer este recorrido sonoro hasta El Arenal Susana Arias, responsable del coro Aromas de Azahar, del que forman parte más de una veintena de personas. A su lado, Francisca Delgado, una de las fundadoras del grupo, quita cualquier hierro al sofocante calor o a las horas cantando sin parar porque asegura que “vamos tan alegres que no nos cansamos”. Es más, subraya que eso de ir hasta la Feria cantando para el deleite del público se afronta “con muchos nervios”.

Uno de los integrantes del coro La alegría del Reina Sofía / Laura Martín

“Los demás serán muy buenos, pero nosotros somos los mejores”, dice con sorna Rafael Carrillo, responsable del coro La Alegría del Reina Sofía, del que forman parte nueve hombres y 23 mujeres, que visten trajes de flamenca de color rosa. Quien fuera jefe de cocina del Hospital asegura que para esto del camino “hay que esta preparado”, pero que a pesar del calor y de los inconvenientes que puedan presentarse “y de que no hay toldo hasta la Feria, lo pasamos muy bien”.

“Hoy –por ayer– es un día especial para nosotros por la convivencia con todos los coros”, apunta Juan Varo, de la formación Ritmo y Compás, nacida en 1992, quien también aclara que su repertorio “es particular porque cantamos a Córdoba y las letras son nuestras”. Ante el intenso calor que sigue aumentando a medida que los coros comienzan a llegar hasta El Arenal, Varo intenta vencerlo o, al menos, amortiguarlo con agua y con el aire que sale de los abanicos de sus compañeras de camino.

Durante el recorrido, los coros interpretan sevillanas, rumbas y, algún que otro pasodoble

Y así, entre sevillanas, rumbas y, algún que otro pasodoble los coros alcanzan la inmensa portada de la Feria y toman El Arenal con sus canciones, compás y ritmos ensayados durante los últimos meses para acudir hasta la recepción oficial en la Caseta Municipal y ofrecer las preceptivas actuaciones como colofón y recompensa al camino.

No obstante, la llegada de los coros sorprende a más de uno en El Arenal que vive otro de sus días grandes y en el que el público llena las casetas –muchas de ellas con comidas de empresas–, pero también la calle del Infierno para disfrutar de las atracciones. Es por ejemplo lo que hacen Jesús Alonso y su mujer Laura Rodríguez con sus dos hijos, de cuatro y siete años. “Ayer –por el miércoles– no pudimos venir porque trabajábamos los dos, pero como hoy –por ayer– no hay colegio hemos decidido venir a que disfruten de las atracciones y luego comer en una caseta”, explica Rodríguez, quien sostiene la conveniencia de “venir a primera hora para evitar que haya tanta gente”.

Sea como fuere, la de ayer en El Arenal fue otra jornada grande para disfrutar del Mayo Festivo que va apurando sus horas.

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