Susan Boyle, el largo camino de una soñadora prodigiosa
La escocesa publica hoy su disco, 'I dreamed a dream', batiendo todas las expectativas de ventas. La cantante, salida de un concurso, ve así cumplido su mayor sueño en la vida.
Su presencia sobre el escenario del programa Britain's got talent, despertó comentarios hilarantes entre los presentadores, los miembros del jurado y, cómo no, la gente que asistía a una gala donde, no obstante, Susan Boyle -mucho más allá de su aspecto desaliñado y su tradicional imagen- cambió su destino y, de paso, el de la compañía discográfica que la ha fichado y que, hoy 24, pone a la venta su primer álbum, I dreamed a dream. Un trabajo que, antes de llegar al mercado, ya ha roto todas las previsiones superando al resto de artistas de la actualidad en lo que a reservas se refiere.
Con tanta fuerza regresa Boyle a la arena pública después de que, el 11 del pasado mes de abril, esta mujer nacida en 1961 un pequeño pueblo escocés llamado Blackburn, irrumpió en nuestra vida gracias a una garganta privilegiada con la que, a lo largo de su existencia, había intentado triunfar en vano multitud de ocasiones. Así, la artista realizó varios intentos televisivos que no fructificaron y que la recluyeron en las actividades de su parroquia y la obligaron a dedicarse en exclusiva al cuidado de sus padres hasta que éstos fallecieron. Ella, la más pequeña de una familia de seis hermanos y cuatro hermanas, vino al mundo tras un parto tardío -su madre tenía 47 años- y difícil -tuvo problemas de asfixia que revertieron en daños cerebrales con dificultades de aprendizaje como consecuencia de aquello-. No obstante, su empeño fue claro desde pequeña y Susan no dejó de poner todo lo que estaba en su mano para lograr su ilusión: grabar un disco.
Antes, el shock que supuso convertirse en la persona más buscada en el portal de imágenes de Youtube, haber alcanzado más de 13 millones y medio de referencias en Google, ser alguien conocido a nivel mundial, le costó un serio problema de salud y una crisis nerviosa que se desató tras conocerse la noticia de que, a pesar de llegar a la final del concurso que la lanzó a la fama, no era ella la ganadora. De inmediato debió ser ingresada en una clínica psiquiátrica donde, poco a poco, ha ido recuperándose hasta regresar a ese carisma tan especial que, por su sencillez y naturalidad, llama poderosamente la atención de sus seguidores.
Una audiencia que recibe ahora canciones como Wild horses, de los Rolling; You´ll see, de Madonna u otros clásicos del calado popular de Silent Night, Proud o The end of the World. "Este maravilloso viaje me ha ayudado a encontrar mi propia identidad. La felicidad existe para quien se atreve a soñar", ha declarado la intérprete ante este mágico momento que la envuelve a sus 47 años. "Nunca es tarde si la dicha es buena", afirma el refrán lo cual, si a las pruebas nos remitimos, es una realidad más que evidente.
Queda por materializar otro deseo que, en alguna de las entrevistas que concedió nuestra protagonista, dejó en el aire como un anhelo que no quisiera tampoco dejar atrás. Soltera y sin compromiso, esta nueva "estrella" del mundo del espectáculo ha reconocido que jamás ha recibido un "beso de amor" y que, aparte de la música, sería otra de las esperanzas que su pecho alberga. Mientras, se baraja una posible gira por América y Europa con la que se embolsaría la nada despreciable cantidad de casi nueve millones de euros. Volviendo al refranero, "las penas con pan, son menos penas" y, hasta que el corazón de Susan descubra su príncipe azul, muchos son los admiradores que desean disfrutar de su prodigiosa voz.
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