El antepasado de Felipe VI que podría dar una medalla olímpica española disputada en París

Un 'bastardo' de Alfonso XII

Fernando Sanz, hijo de la cantante de ópera Elena Sanz, está considerado deportista francés en 1900 cuando fue segundo en una prueba ciclista

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El rey Alfonso XII
Francisco Andrés Gallardo - Jefe de sección de Vitally

24 de julio 2024 - 09:25

La cantante de ópera Elena Sanz Martínez de Arizala fue una figura célebre de su tiempo y admirada en el París de finales del siglo XIX. En la capital francesa residía tras la muerte de Alfonso XII, con el que había tenido una prolongada relación sentimental. Tuvo dos hijos del monarca fallecido en 1885 a los 27 años, de los que 11 estuvo en el trono, en un período de recuperación económica y política. Alfonso Sanz nació en 1879 tras la muerte de María de las Mercedes y antes de la segunda boda del entonces rey. Fue considerado así "hijo natural", sin derechos dinásticos, pese a sus reclamaciones judiciales para ostentar el apellido Borbón, una compensación al menos que no se cumplió. El Tribunal Supremo tampoco le reconocó en 1908 una dotación económica en un juicio en el que llegaron a intervenir dirigentes de los Gobiernos coetáneos de aquellos años. Su hermano Fernando nació en 1880, cuando el monarca ya estaba casado con su segunda esposa, María Cristina de Habsburgo-Lorena, por lo que en su momento se le consideró 'bastardo', hijo de un adulterio, de una infidelidad del monarca, por lo que ni siquiera trató de reclamar derecho familiar alguno.

Fernando Sanz en una prueba ciclista según recoge la web Confilegal

Alfonso XII. tatarabuelo de Felipe VI, llegó a sentirse enamorado de Elena Sanz como llegó a expresar por carta, considerándola una esposa, y a la que retiró de los escenarios, pero con la que no podía contraer matrimonio por las obligaciones que tenía con la Corona. Como detalla la web Confilegal, uno de los tres peritos del litigio de Alfonso Sanz consideró auténtico el escrito del difunto rey pero Sanz tenia poco margen. Por entonces la única forma de tener el reconocimiento de paternidad era que lo que asumiera el padre, lo que era imposible si éste fallecía.

Fernando, el hemano menor, ni siquiera emprendió una reclamación. Al cabo de los años su nombre ha reaparecido pero como deportista en los caóticos Juegos Olímpicos de París en el año 1900. El hijo de la cantante de ópera española, nacido en Madrid, participó en una de las pruebas ciclistas del calendario, la de 2.000 metros al sprint, en la que obtuvo el segundo lugar. Es una medalla (aunque en esos Juegos no se entregaron como tal) que está adjudicada a Francia al no aparecer el participante como español.

El periódico Marca exponía hace unos días la investigación del historiador olímpico Fernando Arrechea Rivas en la que se indentificaba a Sanz y Martínez de Arizala como deportista laureado hace 124 años en unos Juegos donde los participantes españoles no concurrían bajo un Comité Olímpico nacional. El COI concedió una medalla de oro para España en pelota vasca de dos participantes, José de Amezola y Francisco Villota, que ni siquiera llegaron a participar en la cancha por renuncia de los rivales. El COE también refleja la medalla de plata al aristócrata Pedro Pidal por tiro al pichón con arco que fue cuestionada porque el concurso tuvo remuneración económica.

Una futura reclamación del COE podría convertir en medalla española la participación de quien fue considerado 'bastardo' del rey Alfonso XII y que falleció en 1925.

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