Una botella de Moët Grand Vintage 2016
Una botella de Moët Grand Vintage 2016

Moët & Chandon acaba de lanzar su nueva añada: Grand Vintage 2016. Como resultado de un año con condiciones meteorológicas agitadas, la Maison presenta, tras seis años de maduración, un champagne que expresa elegancia y sutileza serena. El nuevo vintage es el 77º que lanza la firma francesa desde que se fundó en 1743.

El año 2016 fue todo un reto para los viticultores de Èpernay. El invierno fue húmedo, pero no suficiente frío, sumado a una primavera excesivamente lluviosa. Contrastes, desafíos y sorpresas para hacer un vino singular.

Tras seis años de maduración, y presentado tras el primer degüelle, el champagne emerge sereno y radiante, con sensaciones gustativas que se suceden suavemente Los aromas iniciales fugaces son marrones y secos: pan tostado, cereales y avellana. Los aromas secundarios son similares, pero más suaves, con pan de jengibre, mazapán y azúcar de cebada. Las notas de fondo persistentes son afrutadas y florales en una mezcla de ciruela, mirabel, membrillo, azahar y anís. Con una vivacidad refrescante y una efervescencia cremosa, el paladar es franco y ácido, con una agradable tensión final.

El perfil del coupage tiene una fuerza excepcional en Chardonnay (48%), que fue la última variedad en vendimiarse, seguida de Pinot Noir (34%) apoyada por la presencia de Pinot Meunier (18%).

Se trata de un extra brut con un dosage de 6g/litro. La expresión global de armonía se refleja en su radiante color amarillo dorado con vibrantes reflejos verdes.

Las texturas más adecuadas para el champagne Grand Vintage 2016 son la caza, la carne o el pescado tiernos y fundentes servidos con jugos cortos. El efecto igualmente tierno de un hinojo confitado, por ejemplo, añade una ligera neutralidad para permitir al champagne su máxima expresión. Es mejor evitar los sabores terrosos y de dulzor más intenso, como las hortalizas de raíz. Aderezar con un toque de anís evoca directamente esta misma nota de fondo duradera en el paladar del champagne, realzada por frutas blancas y flores.

Cada champagne Moët & Chandon Grand Vintage es el resultado de un único año de cosecha, un auténtico retrato del rendimiento estacional de cada momento. Cada uno tiene un ensamblaje específico siguiendo el savoir-faire y el legado de la Maison que el Chef de Cave, Benoît Gouez, traduce en forma de excepcionales champagnes lo que la naturaleza ofreció en ese año concreto.

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