El placer de vivir en una mansión

El placer de vivir en una mansión
El placer de vivir en una mansión
Cristóbal Santos

03 de agosto 2012 - 01:00

Ser el huésped de un castillo medieval. Vivir como en una novela de Drácula o en el filme de El Padrino. Tener una bolera, seis piscinas, sala de masaje, un cine con todas las comodidades, baños turcos, romanos y galerías de arte para disfrutar del mayor relax y el mejor ocio. La naturaleza mejor cuidada a su alrededor, un jardín vertical, un cálido hogar en un entorno nevado, vivir a pie de playa entre el verdor más fresco y con cristales a prueba de balas. O ya en el mayor de los delirios, hacer un suelo de oro o una escalera de plata. Sueños, que sueños son, pero que para unos pocos privilegiados son realidad. Se pueden contar con los dedos de las dos manos, pero sí, son la envidia de medio mundo. Han conseguido tener las mansiones más lujosas y caras del planeta. Son unos cuantos afortunados los que cada año entran en la lista con que Forbes nos pone los dientes largos al resto de los mortales. El capricho de vivienda más caro del mundo está en Mumbai (India), donde el magnate Muskesh Ambani ha erigido un espectacular edificio de veintisiete plantas, las seis primeras solo destinadas a párking, valorado en 1.000 millones de dólares, billionaire. Allí viven los seis miembros de su familia y sus seiscientos empleados. Tiene teatro, salón de baile, espacios para la salud y hasta un helipuerto en la última planta.

Si le gusta más la Costa Azul, pase por Villa Leopolda que construyó el rey Leopoldo II de Bélgica a principios del siglo XX y que luego fue propiedad de Giovanni Agnelli, dueño de Ferrari. Ocho hectáreas de jardín le harán más placentera la estancia. The Penthouse, sale por unos 170 millones de euros y le sitúa en la mansión más espectacular de toda Inglaterra. Para los amantes del cine, un atractivo insuperable será sentirse Ciudadano Kane por un día en la mansión del magnate Hearst o en el inquietante castillo medieval de Bran, en Transilvania (Rumanía), donde se cree que Bram Stoker se inspiró para crear su Drácula. Aunque para vida de cine, la que llevó el multimillonario productor Aaron Spelling en Hollywood. Su mansión, The Manor, inspirada en el estilo francés está a la venta. Su viuda dice que es "demasiado para una persona sola". Cuatro bares, tres cocinas, una bodega, pistas de tenis... Si tiene 122 millones de euros, es suya.

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