Nissan tendrá una tecnología V2G asequible a partir de 2026
Movilidad sostenible
La función V2G (vehicle-to-grip) de los vehículos eléctricos permite que estos, cuando estén conectados, se integren en la red, pudiendo así tanto cargar como descargar su batería y, en este segundo caso, incluso venderla en las horas en las que la energía es más costosa. Nissan ha anunciado que en 2026 será una realidad para sus coches.
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Nissan ha realizado un estudio en colaboración con el Centro de Propulsión Avanzada del Reino Unido que, entre sus conclusiones, permite estimar que la recarga bidireccional asequible de algunos de sus coches estará disponible a partir de 2026.
Nissan ya cuenta de forma nativa con esta tecnología en coches como el Leaf desde 2018, pero la novedad es el término "asequible" utilizado en tanto que hasta ahora eran necesarios costosos cargadores para devolver la energía de su batería a la red eléctrica.
Esta estimación se basa en varios proyectos llevados a cabo a lo largo de la última década y que, con uno llevado a cabo en la Universidad de Nottinghan (Reino Unido), han permitido que Nissan obtuviera el certificado G99 GRid Code con una solución basada en corriente alterna, necesaria para abastecer el suministro energético de ese país.
El objetivo de Nissan es ahora desplegar la tecnología V2G en todos los mercados en los que está presente, utilizando tanto corriente alterna como continua, según las infraestructuras locales y las normas.
La energía de vuelta desde la batería, también un negocio
La V2G bidireccional puede reducir el coste anual de suministro energético de un coche eléctrico en un 50 por ciento respecto a los costes de recarga "no inteligentes"; así como reducir las emisiones netas derivadas de las recargas de electricidad en un 30 por ciento por vehículo eléctrico.
Esto es posible en tanto que la V2G puede permitir almacenar energía de fuentes renovables en las baterías de los automóviles y relanzarla a la red cuando ésta la requiere, reduciendo así la dependencia de combustibles fósiles. Para ello, Nissan pretende ofrecer un cargador bidireccional comparable al de un monodireccional de los que se usan hoy en día.
Además de Nissan, que ya ha venido utilizando la tecnología V2G en proyectos piloto y cuya implementación comercial y generalizada aún depende de los acuerdos con operadores energéticos en diferentes países; hay otras marcas que ya han confirmado que contarán con ella en sus coches.
Es, por ejemplo, el caso de Hyundai y Kia, quienes cuentan con esta tecnología en los modelos con plataforma E-GMP -la de los Ioniq en la primera; y los EV en la segunda-, con la esperanza de que esté operativa en algunos mercados en 2025, a medida que se produzca la adaptación de infraestructuras y regulaciones. Otro tanto ocurre con Polestar, con la V2G disponible desde el Polestar 3, o Volvo, con varios proyectos pilotos en marcha.
Igualmente, en los modelos del grupo Volkswagen, la admite la plataforma MEB de la mayor parte de sus eléctricos; con la que ya se han realizado pruebas en Alemania. La funcionalidad completa de V2G en los modelos de las diferentes marcas de este consorcio podría estar lista para el año que viene, como también lo podría hacer BMW, quien aún trabaja en ella en fase experimental.
Por su parte, el Renault 5 E-Tech es el primer modelo de la marca en poder devolver energía a la red, para lo que pronto contará con un cargador bidireccional Mobilize Power V2G que estará disponible en nuestro país.
En cuanto a Tesla, la empresa hacia la que se dirigen todas las miradas cuando se trata de nuevas implementaciones relacionadas con los sistemas de propulsión eléctrica, sus vehículos tienen la capacidad técnica para soportar V2G, pero es una función que la empresa aún no ha activado en tanto que enfoca sus esfuerzos más en soluciones estacionarias, como las baterías Powerwall: con una capacidad energética por módulo de 13,5 kWh y la posibilidad de abastecer hasta 7 kW, esta solución cuesta 7.200 euros.
Así las cosas, el despliegue de V2G no solo depende de los fabricantes de automóviles, sino que también se hace necesario que las redes eléctricas adopten sistemas de comunicación y gestión de energía que soporten la integración de vehículos eléctricos como fuentes de energía bidireccionales, a la vez que se produzca una adaptación del marco regulatorio; aspectos ambos que, en países como el Reino Unido, ya parecen estar en marcha.
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