Caos y combates en la capital de Burundi un día después de la intentona golpista
Un día después de que el Ejército asegurara haber asumido el control en Burundi, la capital del país, Bujumbura, amaneció en medio de combates entre las fuerzas golpistas y las filas leales al presidente desplazado, Pierre Nkurunziza.
Los testigos informaron de explosiones y enfrentamientos en la mañana de ayer, mientras que el presidente, quien se encontraba en Tanzania el miércoles al anunciarse el golpe militar, aseguraba que el Ejército había fracasado en su ambición de derrocarlo.
El mandatario instó a los ciudadanos a permanecer en calma y lamentó el "gran daño, sobre todo en la capital", que está causando la situación.
Desconocidos atacaron varias estaciones de radio con granadas y, en horas posteriores, miembros de alto rango del Gobierno intentaron emitir declaraciones para la población a través de las emisoras, pero el Ejército rodeó las instalaciones, ante lo cual los funcionarios y miembros de la guardia presidencial permanecen en las estaciones de radio atrincherados.
Según fuentes golpistas, unidades de soldados se dirigían hacia la capital con tanques para respaldar al líder militar.
Godefroid Niyombare, ex jefe de Inteligencia del país, aseguró que el Ejército había tomado el poder mientras el presidente viajaba a Tanzania para participar en una cumbre de la Comunidad de África Oriental centrada en la crisis que atraviesa el país.
La crisis se desató inicialmente por las intenciones de Nkurunziza de presentarse a un tercer mandato en las elecciones del 26 de junio, pese a que la Constitución lo prohíbe. Esta decisión provocó protestas masivas que derivaron en violencia. Activistas de derechos humanos denunciaron que hay más de 20 muertos desde que comenzaron las manifestaciones.
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