Colombia y Venezuela entierran el hacha de guerra tras un año de tensión
Los presidentes Santos y Chávez apuestan por "doblar página, los dos países se necesitan" · El mandatario venezolano insiste en que no apoya a los grupos armados y que es una infamia decirlo
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Venezuela, Hugo Chávez, decidieron el martes, en una reunión en la localidad colombiana de Santa Marta, restablecer las relaciones comerciales y diplomáticas y trabajar conjuntamente para evitar la presencia de grupos armados ilegales en la frontera común.
Tras este encuentro, en el que el propio Santos reconoció las diferencias ideológicas que les han separado, ambos apostaron sin tapujos por la paz, la integración y la vuelta a la normalidad, porque los dos países se necesitan mutuamente.
Los dos mandatarios lograron así construir la necesaria confianza para devolver la estabilidad económica y comercial a los dos países, y sobre todo la tranquilidad a la región, ya que decidieron eliminar de su vocabulario la palabra "guerra".
"Hemos decidido que los países restablecen sus relaciones diplomáticas y relanzan una hoja de ruta para que todos los aspectos de la relación puedan progresar, avanzar y profundizarse", dijo Santos al asegurar que por la parte colombiana se arranca desde el "punto cero".
"Yo celebro mucho este encuentro con el presidente Chávez, dos personas que han tenido, o que hemos tenido, tantas frecuentes diferencias, que decidan doblar página y pensar en el futuro de nuestros países y nuestro pueblos", aseveró Santos.
Desde ahora, se va a celebrar "un diálogo franco, directo, sincero, como deben ser todas las buenas relaciones", según Santos, quien se refirió al "gran paso" dado.
Según una declaración emitida por ambos al término del crucial encuentro, Colombia y Venezuela decidieron "avanzar en beneficio de los dos pueblos", especialmente en las zonas fronterizas.
Para ello acordaron crear cinco comisiones para el pago de deuda y el reimpulso de las relaciones comerciales, para un acuerdo de complementación económica, para la inversión social en la zona fronteriza, para el desarrollo conjunto de infraestructuras y para proteger la seguridad de la frontera, bajo el acompañamiento de la Unasur.
Esta última comisión "busca prevenir la presencia y acción de grupos armados al margen de la ley" y a "aumentar la presencia de ambos Estados en la zona de frontera".
Asunto clave para ambos países, especialmente después de que hoy Chávez afirmara que su Gobierno no apoyará a los grupos armados ilegales en su territorio.
"Yo lo ratifico, y no hace falta que lo diga yo, lo he dicho un millón de veces, el Gobierno venezolano que yo dirijo ni apoya, ni permite, ni permitirá, presencia de guerrilla, ni terrorismo, ni narcotráfico en territorio venezolano; y mucho menos que alguien diga que yo apoyo a la guerrilla, al terrorismo, eso es una infamia", remarcó Chávez.
Pero también manifestó que la penetración de grupos armados ilegales a Venezuela "no es nuevo", al recordar que desde hace muchos años eso viene ocurriendo.
"Yo le pido que me crea, como yo le creo a él (...). Hemos patrullado, no hemos conseguido ningún campamento guerrillero, pero también es cierto que las tropas venezolanas en más de una ocasión se han enfrentado a la guerrilla colombiana, tenemos nuestros muertos también", subrayó.
"Yo vine aquí a apoyarlo a usted, presidente, a apoyar nuestras economías, nuestros intercambios y siempre ha sido así", remarcó al afirmar que "la unidad será resultado de fuerzas muy sensibles", citando a Simón Bolívar.
Y prosiguió, también con palabras robadas a El Libertador: "debemos vencer los demonios".
"Es imprescindible, no permitamos que mañana los chismes, las coordenadas y no sé cuantas más cosas nos permitan volver a pelear otra vez", declaró en alusión a las acusaciones vertidas contra Venezuela por el anterior Gobierno de Álvaro Uribe en el sentido de que este país albergaba guerrilleros.
Uribe presentó ante la Organización de Estados Americanos (OEA) pruebas, entre ellas coordenadas geográficas de lugares donde supuestamente hay campamentos de las FARC y el ELN en Venezuela, motivo que llevó al Gobierno de Caracas a romper las relaciones diplomáticas con Colombia el pasado 22 de julio.
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