Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
París/El socialista Francois Hollande ganó las elecciones presidenciales francesas con un programa basado en el estímulo del crecimiento, de reforma del tratado europeo de austeridad, y en políticas sociales, como la contratación de miles de profesores.
Hollande ya anunció que si ganaba en la segunda vuelta de los comicios ante el conservador Nicolas Sarkozy, viajaría a Berlín para exigir a la canciller alemana, Angela Merkel, una reforma del tratado firmado a principios de marzo pasado para introducir medidas de reactivación económica que contrapesen las de rigor adoptadas.
El cambio del estatuto del Banco Central Europeo (BCE) para que pueda prestar directamente a los Estados, la creación de los eurobonos para financiar grandes proyectos de futuro y la reforma del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para que pueda recaudar una tasa sobre las transacciones financieras, son otras de sus propuestas. Con esas medidas, Hollande espera reactivar la economía europea y, por ende, la francesa, lo que le permitirá financiar su política social sin hacer explotar el déficit público, que se ha comprometido a equilibrar en 2017, un año más tarde que Sarkozy.
El candidato socialista ha basado su campaña en la juventud y a ella van dirigidas dos de las principales medidas de su programa. La contratación de 60.000 docentes pretende paliar la reducción de funcionarios en ese sector del último quinquenio, en el que el presidente saliente no sustituyó a la mitad de los que se jubilaron.
Junto a ello, Hollande ha propuesto el llamado contrato de generación, que fomenta el empleo de jóvenes para asociarlos a personal experto al borde de la jubilación con el fin de que les transmitan sus conocimientos, a cambio de exenciones fiscales para la empresa. Otra fuente de financiación pasa por una reforma de la política fiscal destinada a tasar a las rentas más elevadas, con la intención de que tributen con un 75 % aquellos que ganen más de un millón de euros al año.
En política energética, Hollande propuso reducir paulatinamente el peso de la nuclear en la producción eléctrica de Francia, para que antes de 2025 pase del 75% actual al 50%. Pero ante la polémica generada por esta noticia en un país consciente de que la energía atómica reduce su factura eléctrica, el político socialista indicó que solo pensaba cerrar una central en el presente mandato, la más antigua del país, la de Fessenheim, en el este de Francia. Para sustituir a la energía nuclear, Hollande propone aumentar el peso de las renovables, que quiere desarrollar con créditos y subvenciones.
Además, con el objetivo de mejorar el poder adquisitivo de los franceses, Hollande propone bloquear durante tres meses los precios de los combustibles. En materia social, Hollande es favorable a la legalización del matrimonio homosexual, incluida la posibilidad de que las parejas del mismo sexo puedan adoptar niños, y a la eutanasia.
Hollande apuesta por otorgar el derecho de voto en las elecciones municipales a los extranjeros residentes legalmente en Francia. Además, es partidario de luchar contra la inmigración ilegal y de la regularización individualizada según unos criterios objetivos.
El candidato socialista no ha parado de repetir que la suya será "una presidencia normal", para diferenciarla de la "hiperactividad" que le reprocha a Sarkozy. Entre las medidas que pretende adoptar para "normalizar" el cargo figuran la de una menor intervención en los asuntos del Gobierno, que delegará en el primer ministro, y la "moralización" de la vida pública. Para ello, Hollande propone reformar el estatuto penal del presidente, que podrá ser juzgado por los delitos cometidos antes de llegar al Elíseo.
Además, se compromete a prohibir que una misma persona acumule dos cargos públicos, una práctica habitual en Francia, donde un ministro, por ejemplo, puede hacer compatible su cargo con el de ser alcalde.
También te puede interesar
Lo último
4 Comentarios