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Jerusalén/Fue hace un mes, el pasado siete de octubre, cuando las bombas comenzaron a caer sobre Gaza. El ataque terrorista de la milicia islamita Hamas contra un kibutz desató la furia israelí contra la Franja y los misiles no han dejado de sobrevolar el enclave.
Hamas acabaron con la vida de 1.400 israelíes, el mayor ataque terrorista en la historia del país. Ese mismo día comenzó el mes más sangriento en la historia del territorio palestino.
"Este ataque terrorista representa un punto de inflexión para Israel", opina en diálogo con EFE Miri Eisin, quien sirvió más de 20 años en la Inteligencia militar israelí y dirige el Instituto Internacional de Contraterrorismo de Israel.
Desde entonces Israel comenzó una operación por tierra, mar y aire que deja ya 10.010 muertos según los últimos datos del Ministerio de Sanidad palestino. Según esta misma fuente, más del 70% de los fallecidos son mujeres y niños. 88 de las víctimas son trabajadores humanitarios de las Naciones Unidas. Además, los dirigentes palestinos señalan que hay más de 25.400 personas heridas. Estas cifras dejan decenas de fosas comunes atestadas de cadáveres.
Tel Aviv insiste en que todo lo hace para acabar con Hamas y acusa al grupo terrorista de utilizar a los civiles para protegerse. "Hemos estado en guerra durante un mes, estamos infligiendo graves daños a Hamas, dañando el liderazgo de Hamas, atacando a los comandantes, atacando a los terroristas, destruyendo la infraestructura de Hamas en Gaza, y también estamos listos para otras áreas. Esta base sabe cómo llegar a cualquier parte del Medio Oriente", defendió ayer el ministro de Defensa Israelí, Yoav Gallant.
Tras varias advertencias, Israel terminó entrando en territorio palestino el 28 de octubre. En menos de 10 días, las tropas israelíes han conseguido rodear la ciudad de Gaza, la capital del enclave. Con este moviento, Tel Aviv ha conseguido dividir la Franaj y tomar el control sobre algunas carreteras. Desde allí han intentado salir miles de civiles, aunque las bombas no han cesado.
"Cerca de 1,5 millones de personas se han desplazado a lo largo de la Franja de Gaza desde el 7 de octubre. Casi la mitad (717.000) se están refugiando en 149 instalaciones de la UNRWA repartidas en las cinco gobernaciones de Gaza, incluyendo el norte", señaló la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos.
La organización destacó también que la víspera entraron al enclave palestino ocho camiones de ayuda humanitaria de la propia UNRWA cargados con suministros médicos, alimentos y agua potable, pero sin combustible, de vital importancia para el funcionamiento de hospitales, panaderías y plantas potabilizadoras.
"Israel mismo ya ha admitido que esto va más allá de la autodefensa", comenta a EFE Tahani Mustafa, analista palestina del International Crisis Group, que denuncia además que "los palestinos siguen siendo tratados como un problema a resolver y no como un pueblo con derechos y preocupaciones legítimos".
Muchos de esos derechos, advierten múltiples organismos internacionales, han sido violados durante el último mes con los incesantes ataques sobre infraestructuras civiles en Gaza, incluyendo escuelas y hospitales, y el férreo asedio por parte de Israel, que tras el ataque de Hamás hace un mes bloqueó el ingreso de agua, comida, electricidad, insumos médicos y combustible, entre otras cosas.
"Pasado un mes parecería que nadie ha aprendido nada y quienes tienen la oportunidad de reencauzar la situación no parecen interesados en hacerlo", considera Mustafa, quien cree además que lo único que ha dejado la guerra hasta el momento es "una catástrofe humanitaria gigante que aleja tanto el objetivo palestino de autodeterminación como el ideal israelí de seguridad".
La analista destaca además la dimensión regional del conflicto, al que describe como "un punto de inflexión en Oriente Medio".
Consultadas sobre la posibilidad de un cese de hostilidades en el corto plazo, ambas expertas lo descartan de plano. "Para Israel, la idea de un alto el fuego es irrelevante, lo único que podríamos considerar son pausas humanitarias", explica Eisin, que cree que la guerra con Hamás se puede prolongar durante meses debido a la decisión del Ejército de atacar por tierra en lugar de "eliminar" la Franja de Gaza desde el aire. Mustafa, por su parte, menciona que el Gobierno israelí, integrado por partidos de derecha, ultraderecha y ultraortodoxos, no tiene la capacidad ni el interés de desescalar el conflicto y está aprovechando esta situación para perseguir otros objetivos políticos.
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